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sábado, 30 de abril de 2011

Idiosincrasia cubana

“TUTA'LOCO" , "TUTA'QUIVOCAO”...
Por Esteban Fernández
Los cubanos somos campeones, caballones, geniales, adivinos, profetas. Podemos ser más papistas que el Papa y más republicanos que Sarah Palin. Sabemos más de política internacional que todos los Senadores norteamericanos.

Podemos dirigir un equipo de pelota de las Grandes Ligas mil veces mejor que Jim Leyland o el retirado Bobby Cox. Los cubanos "nos comemos el azúcar cruda y el agua sin masticar". Somos estrategas militares y políticos. Cuando las cosas pasan "ya nosotros sabíamos que iban a pasar".

El cubano va al Infierno, y SI LO DEJAN HABLAR, termina en el Paraíso, al lado de San Pedro, recibiendo a los recién llegados. Somos alegres, divertidos, emprendedores, inteligentes, halagadores, soñadores, idealistas. Al amigo lo convertimos en "hermano"; todos tenemos la mejor madre del mundo, todos tenemos una larga historia personal que contar y todos éramos unos magníficos peloteros durante nuestra juventud.

Los cubanos, todos, "nos vamos a ganar la lotería". Consideramos que tenemos la mejor música del mundo, y que la mujer cubana es la más linda del Universo...

Los cubanos, ninguno, nos consideramos feos, ni brutos, ni fracasados, ni inferiores, ni analfabetos. El cubano nunca se equivoca en lo que pasó ni en lo que va a pasar. Somos cariñosos, al amigo le decimos "mi sangre, mi socio, mi tierra", a la mujer le decimos "mi amor, mi cielo, mi corazón"...

Hablamos rápido, interrumpimos, discutimos, discrepamos. Sabemos más de guerra que Napoleón, más de paz que Ghandi. Somos mejores escritores que los escritores, mejores poetas que los poetas. La comida cubana es la más sabrosa del planeta. Hacemos la paella mejor que lo españoles, y el arroz frito mejor que los chinos.

En ninguna parte encontramos una playa más linda que Varadero, ni podemos leer una sola historia donde encontremos unos patriotas más grandes que Martí, Maceo y Agramonte. Ni encontramos en ninguna biografía un solo H.P. más H.P. que Fidel y Raúl. Es decir ¡qué hasta en eso de darle un par de H.P. a la humanidad somos los campeones!...

Somos los mejores bailarines del mundo, tenemos los tres Santos (San Lázaro, Santa Bárbara y la Caridad del Cobre) más milagrosos, y no aceptamos que exista, ni nazca, un solo torpedero mejor que Willy Miranda...

Podemos ser más americanistas que los americanos, mejores negociantes que los judíos, sabemos más de medicina que los médicos, más de leyes que los abogados, y sabemos (desde las salas de nuestras casas, frente al televisor) lo que es "strike or ball" o lo que es "safe or out" mejor que todos los "umpires" ante una jugada apretada...

Le dimos al mundo la guaracha, la rumba, el bolero, a Kid Gavilán, a Kid Chocolate y a "Trespatines". Inventamos la quimbumbia, el quimbombó y el ajiaco. El mejor azúcar y el mejor tabaco. Tuvimos a Celia Cruz, a Olga Guillot y al Benny Moré. Somos los herederos de la sangre de Calixto García y de Carlos Manuel de Céspedes. Creamos el mambo y cocinamos los mejores frijoles negros del planeta.

Le obsequiamos a la humanidad a Gloria Estefan y a Andy García. Podemos estar dos horas discutiendo y regateando el precio de una lata de leche condensada, inventamos la media noche, el Ironbeer , la Materva, la Malta Hatuey, el Ron Bacardí, el Mojito y el mojo de la yuca. Y si alguien me lee y discrepa tengo la respuesta genial de 11 millones de cubanos: "Tutaloco", "Tutaquivocao" y " Tú no sabes lo que estás hablando"...
Algunos dirán: "Así éramos y ya no somos". Y yo les respondo: ¡Así quedan muchísimos vivitos y coleando!....

Autor Esteban Fernandez

miércoles, 27 de abril de 2011

"Me olvidé de vivir"

Julio Iglesias es uno de los cantantes españoles más escuchados por los cubanos que conozco dentro y fuera de la isla, pero a mi, en particular, Julio como cantante, me parece demasiado repetitivo en sus melodías, a veces me resulta empalagoso, sin embargo esta canción, de corte "filosófico" es la única, de las tantas suyas, que me ha gustado escuchar de cuando en cuando. Quizás sea porque la asocio con alguién a quien conozco y creo que la letra le viene como anillo al "dedo" como si hubiera sido "mandada¨" a hacer para él.

martes, 26 de abril de 2011

El poder de una sonrisa. El amor



Una sonrisa cada mañana al despertar es el mejor símbolo de ternura, es la mejor manera de descubrir que podemos ser felices a pesar de la hostilidad del mundo real.
Es difícil mantener esa sonrisa en la soledad de las noches, también es difícil en las compañías pasajeras o desconocidas. Encontrar el rumbo, saber cuales son las calles que debemos tomar, cuales son las flores que debemos cortar y aquellos besos que debemos cultivar es el secreto de la vida, no siempre es igual para todos, pero está ahí, para ser tomado, para aprender a conseguir lo que necesitamos.
Debemos abrir los ojos, descubrir el mundo que nos rodea, conocer a las personas por su corazón, por sus ideas, escuchar, más que hablar, pensar ,más que opinar, aprender a ceder para obtener, porque no se obtiene lo que no se logra, lo que no se cultiva y aún cuando se esté en compañía, hay que ser uno mismo y mantener viva la ternura, qué importa quién dé el beso o el abrazo, lo importante es que al darlo o al recibirlo está fortaleciéndose la ternura y por lo general si damos: recibimos....

El amor
Hay quien dice que el amor es una fruta, un pecado, un deseo, una simple palabra cuyo significado es la suma de todos los milagros y es cierto, el amor también es una alucinación, un fragmento de sueño, un gesto, un guiño de ojos, una respiración entrecortada, pero también es dolor, comprensión, ansias, stress, caminos sin salidas. El amor es una de las pocas acciones de la vida que logra tomar de la misma el significado de cada uno de sus detalles, no existe nada en el mundo que pueda hacerse sin amor..
El amor es asi: ternura desmedida, palabra sabia que penetra en el alma y nos acaricia, nos envuelve en una monotonía salvaje, en una dulce y placentera sensación de quietud. El amor es así, pero también es la fuerza que impone el cambio, es el discurso predilecto de los que se besan sin miedos, es el tallo, las espinas, lo arisco de las rocas, porque cada detalle tiene la simplicidad de nacer y la complejidad de morir....

Tomado de: http://proyectoopinioncubanafilosofando.blogspot.com/

domingo, 24 de abril de 2011

Más sobre la idiosincrasia cubana



Los cubanos tenemos una forma muy peculiar de comunicarnos, rápido y sencillo, sin muchas complicaciones, solo basta conocer ese toque especial que le damos al idioma español que nos diferencia de otros pueblos hispanoparlantes y que indiscutiblemente es parte intrínseca de nuestra idiosincrasia.
Para que tengan una idea de lo que les hablo les ilustraré con una pequeña relación de "sinónimos" que utilizamos cotidianamente para hablar en cubano:

El Cubano no se baja del autobus o de cualquier otro medio de transportación: El cubano se apea.
El Cubano no se cae: Se destimbala.
El Cubano no te golpea: Te rompe la siquitrilla.
El Cubano no baila: Echa un pie.
El Cubano no es haragán: No dispara un chícharo.
El Cubano no se equivoca: Se enreda.
El Cubano no se muere: Canta el manisero, guinda el piojo, estira la pata.
El Cubano no tiene obsesiones: Tiene matraquillas.
El Cubano no se enferma: Se pone maluco.
El Cubano no pasa hambre: Se jama un cable.
El Cubano no es pobre: Esta en la fuácata, esta pelao.
El Cubano no esta delgado: Es un güin, un esqueleto rumbero.
El cubano no se vuelve loco: Tiene guayabitos en la azotea, le patina el coco, está fundido, tiene cruzados los cables
El Cubano no corre: Echa un patín.
El Cubano no es infiel: Pega los tarros.
El Cubano no se sube: Se encarama.
El Cubano no habla mucho: Mete tremenda muela.
El Cubano no se enamora: Coge tremendo metío.
El Cubano no es pícaro: Es candela.
El Cubano no es inteligente: Es un filtro.
El Cubano no se emborracha: Coge nota, o se curda.
El Cubano no es niño: Es fiñe.
El Cubano no gestiona: Resuelve, mete mono, engancha.
El Cubano no es un experto: Es un bárbaro, un salvaje, una fiera, un animal.
El Cubano no se lastima: Se desguabina, Se descuarejinga, se desmondinga.
El Cubano no ignora a alguien: Lo tira a mierda.
El Cubano no es culto y lector: Es una polilla.
El Cubano no dice "toca mal el piano": Dice "machaca las teclas”
El Cubano no se enreda cuando habla o cuando realiza algo incomprensible para otros: Forma un arroz con mango.
El Cubano no es ostentoso o pretencioso: Se da lija, es bambollero
El Cubano no conquista a una mujer: Liga a una jeva.
El Cubano que tiene una novia flaca o fea: Lo que en realidad tiene por novia es un bacalao o un moco.
El Cubano cuando no entiende algo no dice "me lo has puesto difícil": Dice "Me la pusiste en China".
El Cubano no te dice que hiciste algo excepcional: Te dice "Te la comiste!"
El Cubano no te dice que es tu amigo: Te demuestra que “es tu amigo”

La amistad entre cubanos es algo sagrado, se expresa y se demuestra muy diferente a la amistad que cultivan entre si otros grupos humanos.

Un amigo cubano… es diferente a cualquier otro amigo
Un amigo es alguien que nunca te pide comida. Un amigo cubano te demuestra su amistad ofreciendote una gran comida, muy especial y tipicamente cubana.
Un amigo te pregunta como estás. Un amigo cubano te dice que te ves bien, te abraza y te besa.
Un amigo llama a tus padres señor y señora. Un amigo cubano llama a tus padres "mi viejo" y "mi vieja."
Un amigo nunca te ha visto llorar. Un amigo cubano ha llorado contigo por cualquier cosa.
Un amigo te ofrece el sofá para que duermas. Un amigo cubano te da su cama, se acuesta en el suelo... y no te deja dormir en toda la puñetera noche conversando contigo.
Un amigo espera que le brindes café. Un amigo cubano, te lo pide, pasa a la cocina, monta la cafetera y... hasta le pide azúcar a la vecina si no tienes.
Un amigo te ofrece medicinas si estas enfermo. Un amigo cubano te hace una sopa de pollo, y te obliga a tomártela junto con los remedios de su abuela.
Un amigo te manda flores con una tarjeta cuando estás ingresado en el hospital. Un amigo cubano se queda en el hospital a cuidarte en una silla a tu lado.
Un amigo te pide algo prestado y te lo devuelve a los dos días. Un amigo cubano te lo pide prestado y a la semana se cree que es de él.
Un amigo sabe algunas cosas acerca de ti. Un amigo cubano podría escribir un libro con las cosas que tú le has contado sobre ti y tu familia.
Un amigo toca a tu puerta para que le abras. Un amigo cubano entra y después te dice: ¡Estoy aquí!
Un amigo es por un tiempo. Un amigo cubano es para siempre.
Un amigo ignoraría este email. Un amigo cubano se lo pasará a otros y si tiene un blog, lo publicará orgullosamente de sentirse cubano(a)

jueves, 21 de abril de 2011

"Ahora se sabe por qué no hay certificado de nacimiento"


.El fotomontaje de la dirigente republicana Marylin Davenport

«Ahora se sabe por qué no hay certificado de nacimiento», comentaba la autora, en alusión a los rumores sobre la nacionalidad del presidente de EE.UU.
ABC /afp
El debate sobre la nacionalidad del presidente de EE.UU., Barack Obama, se ha enturbiado con la iniciativa de Marylin Davenport, una dirigente republicana de Carolina del Sur y miembro del Tea Party. Entre las voces que dudan de que Obama naciera en EE.UU., ella ha dado un salto cualitativo. Davenport decidió enviar un correo electrónico con un montaje del presidente de EE.UU. con una familia de chimpancés. El título no dejaba lugar a dudas: "Ahora se sabe por qué no hay certificado de nacimiento.
Para seguir leyendo:
http://www.abc.es/20110419/internacional/abci-obama-chimpance-201104190205.html

martes, 19 de abril de 2011

Manifiesto para la disolución del Partido Comunista de Cuba



Nota
Hoy publico aqui el grito desesperado de un cubano que ha sido educado dentro del regimen Castro-comunista mafioso de La Habana.
Lo considero un documento valioso por cuanto es un fiel reflejo de la mentalidad de muchos cubanos de a pie dentro de la isla.
Esperanza E Serrano

Manifiesto para la disolución del Partido Comunista de Cuba Abril 2011 Por CubaNet

Étienne de la Boétie: Discurso sobre la servidumbre voluntaria.

“En esta ocasión no quisiera sino averiguar cómo es posible que tantos nombres, tantas villas, tantas ciudades, tantas naciones aguanten a veces a un tirano solo, que no tiene más poder que el que le dan, que no tiene capacidad de dañarlos sino en cuanto ellos tienen capacidad de aguantarlo, que no podría hacerles mal alguno sino en cuanto ellos prefieren tolerarlo a contradecirlo”.

LA HABANA, Cuba, abril, http://www.cubanet.org

-Cuando reflexiono sobre las posibilidades que tiene el pueblo de Cuba de mejorar sus condiciones de vida, de levantarse de las ruinas en que se halla inmerso, y de respirar profundamente el aire de la libertad, la única idea que se me presenta como evidente es la de disolver el partido comunista. Mientras el partido controle y dirija, mientras las decisiones se tomen en su seno, mientras cada acción, incluso aquellas que suponen cambios en la estructura económica deba estar en consonancia con un estilo de pensamiento tan atrasado y dogmático, el progreso no hallará hogar en esta Isla.
Un gobierno debe ser el siervo del pueblo y no a la inversa. Y si toma una línea de dirección por considerarla un atajo hacia el bienestar de la gente y no da resultados favorables, entonces hay que abandonar el camino elegido y tomar otro. Un gobierno realmente interesado en la felicidad del pueblo tiene que ser capaz de sacrificar sus más preciadas ideas si éstas sólo conducen a la barbarie, y no insistir en dibujar la trayectoria a seguir cueste lo que cueste.
El único fin loable, el único objetivo a alcanzar sin importar el precio debe ser la felicidad del pueblo. Sin embargo, durante más de cinco décadas el gobierno cubano ha dirigido caprichosamente sin atenerse a las consecuencias, que invariablemente pagan los de abajo. Sus palabras predilectas son las mismas de hace 50 años: gloria, victoria, patria, muerte, humanidad, sacrificio, trabajo, esfuerzo, colectivo. Las palabras: placer, felicidad, autonomía e individuo no están en el vocabulario comunista.
Sin embargo, su supuesta opción por el bienestar colectivo se esgrime una y otra vez para justificar el avasallamiento del interés individual. Esto, como es natural, encierra una contradicción insalvable. Así, cuando se persigue al individuo que trae alimentos del campo a la ciudad, al anciano que vende maní sin licencia, al que expresa lo que opina cuando su opinión difiere de la ideología del Partido; cuando se prohíbe la libre prensa, el libre pensamiento, el libre comercio; cuando se extirpa al individuo su capacidad de elección y se le hace dependiente de las migajas del gobierno; cuando se le dicta cómo debe ser y a qué se debe parecer, cuando se le margina, se le llama gusano por añorar una vida digna en otro país, cuando se le falta el respeto una y otra vez haciéndole víctima de una aberrada obsesión por el control físico y mental, cuando, en fin, se le magulla el espíritu, y se le muestra una y otra vez su insignificancia ante el poder absoluto del Estado, cuando todo esto sucede, me pregunto ¿qué gana el pueblo? ¿En qué consiste el bien de todos cuando se afecta permanentemente el interés de cada uno? ¿Con qué justificación el interés personal, puede ser una y otra vez pisoteado en nombre del bien colectivo, como si cada individuo no conformara esa colectividad?
La ideología del sacrificio es la ideología de la miseria. El odio histórico del comunismo hacia el rico sólo ha conseguido mantener al pueblo en la más perentoria pobreza. Y mientras el país se derrumba arruinado por un flujo ininterrumpido de malas decisiones; mientras el pueblo pasa hambre y es obligado a robarle al gobierno donde quiera que puede para alimentarse; mientras es condenado a sufrir el eterno drama del transporte público; mientras se debe pedir permiso al ministerio del interior para viajar al extranjero, y pagarlo con el salario completo de ocho meses de trabajo; mientras esto sucede los dirigentes del gobierno acuden a cenas y recepciones, pasean en automóviles con chofer y viajan continuamente al exterior.
La ideología del partido comunista es sobre todo hipócrita. Es heredera directa de la metodología eclesiástica occidental. Sus métodos son muy similares a los que utilizaban los inquisidores desde el siglo XIII: imposición de una creencia (justicia de Dios; justicia de los principios de la revolución), vigilancia para asegurar que cada acción esté en consonancia con aquella, silenciamiento de toda voz disonante, apelación a una entidad trascendente para justificar el castigo (voluntad de Dios en el primer caso, voluntad de los líderes de la revolución en el otro).
Ambos poderes, el poder comunista y el poder de la iglesia medieval se apoyan en un mismo sistema de proposiciones: el individuo está llamado a ser algo diferente a lo que es, a respetar ciertas reglas morales, a sacrificarse por un bien superior, a abandonar ciertos comportamientos incoherentes con la ideología que el poder detenta, y, lo que es aún más desgarrador, el individuo está obligado a pensar de acuerdo con esta ideología. Los líderes de un bando y otro son los que saben cuál es el camino correcto, son los que determinan las reglas morales, las normas de conducta y la manera adecuada de pensar.
Una de las tantas coincidencias que se encuentran entre la ideología del poder eclesiástico medieval y la del comunista es la afirmación de un futuro mejor para los que se comporten como es debido, una vez que se arrogan el derecho de decidir cuál es el deber ser. El primero tomó el énfasis de la religión cristiana en la moral ascética, en la aceptación de la verdad de Jesús como única verdad, para levantar sobre esta base un sistema de proposiciones infernales legitimado divinamente con el fin de clasificar a los seres humanos en píos e impíos, en comulgantes y excomulgados. El segundo tomó una serie de nobles ideas para instaurar poco a poco una tiranía que exige descaradamente el sacrificio constante del pueblo como condición para obtener la victoria, aunque nunca ha definido concretamente en qué consiste su visión de futuro, ni su noción de victoria. Ambos operan con un sistema de proposiciones abstractas que pueden ser cargadas de sentido de acuerdo con el interés del empoderado.
El partido comunista es moralista, siendo inmoral. Es capaz de expulsar a sus miembros cuando éstos se expresan valientemente con un cierto grado de libertad. No escucha sinceramente las críticas, aunque afirma que está interesado en ellas. Afirma explícitamente que su objetivo es controlar y dirigir, mostrando una falta de confianza en el pueblo, en la gente, en la capacidad de innovar abiertamente. Siempre ha mostrado un creciente recelo hacia los jóvenes que no militan en sus filas. Incluso estos últimos son coartados inmediatamente cuando dicen algo fuera del esquemático guión.
El partido comunista cubano es de derecha aunque se presenta como de izquierda. Su único objetivo es hacer perdurar el poder en manos de sus líderes. Es ultraconservador. Lo que el gobierno supuestamente hace por el bienestar del pueblo se lo repite una y otra vez; lo chantajea: haciéndole creer que perderá lo que han ganado desde el triunfo de la revolución. Llenan las calles de pancartas infantiles diciendo que los norteamericanos nos lo quitarán todo, que los niños no podrán ir a la escuela, que la gente perderá sus casas.
El gobierno cubano da como única opción el regreso a cuando todo estaba peor si no se sigue el camino señalado. No hay un futuro mejor, dice, si no es en el socialismo. Pero, ¿qué socialismo?
Si la casi totalidad de los medios de producción pertenece al Estado; si el salario de los trabajadores no aumenta conforme aumenta la plusvalía; si cada mes se pide en las reuniones sindicales trabajos voluntarios (es decir, trabajo no remunerado) a los cuales es casi obligado ir debido a la presión que se ejerce sobre el trabajador; si a pesar de los pésimos salarios hay que pagar mensualmente al gobierno un tributo para las milicias de tropas territoriales (organización caduca impuesta institucionalmente cuya única función es actuar como sanguijuela del salario del pueblo trabajador), y otro tributo al sindicato (aparato al servicio del gobierno para presionar, controlar ideológicamente y exigir disciplina a los trabajadores); si en cada oportunidad se pide más trabajo, más sacrificio, más resultados, más cantidad, más calidad a cambio de nada; si el salario de un trabajador no alcanza ni para alimentarse adecuadamente, y mucho menos para vestirse o divertirse mínimamente, me pregunto ¿en qué se diferencia el estado cubano del peor de los capitalistas imaginables? ¿En qué se diferencia del más cruento neoliberal cuando expulsa de sus centros de trabajo a medio millón de empleados empujándolos a una enajenación mayor aun que la de recibir salarios simbólicos, es decir, a la de trabajar como merolicos o cuentapropistas, sin importarle los años que hayan dedicado al estudio técnico o universitario, a la vez que alarga en cinco años la vida laboral de aquellos que añoraban retirarse después de una vida de trabajo mal remunerado?
Nótese que hablamos sobre todo de un sistema económico, pues cuando los fanáticos androides del gobierno saltan emotivamente para decir que la salud y la educación son gratuitos en Cuba, y que ningún niño se muere de hambre, obvian dos cosas fundamentales. La primera es que hay países capitalistas donde NADIE muere de hambre, y donde la salud y la educación, además de ser gratuitas, son de alta calidad. De modo que estos dos bastiones donde se ha apoyado el discurso oficial durante tanto tiempo no son prerrogativa del sistema mal llamado socialismo, que rige en Cuba. La segunda es que los niños y ancianos cubanos no mueren de hambre, pero sí pasan hambre. Los que reiteran este manido slogan tal vez apoyen al verdugo que tortura lentamente a su víctima sin matarla, y cuando le critican arguye: otros torturadores asesinan a sus víctimas, yo no.
¿Y por qué no decir de paso que estos dos fundamentos con los que el régimen cubano pretende auto legitimarse están carcomidos? ¿Por qué no recordar que desde el momento en que los padres tienen que hacer mil maravillas para pagar a un profesor particular, dado el pésimo estado en que se encuentra actualmente la educación en Cuba tal educación deja de ser gratis, como la universidad deja de ser gratis cuando el recién graduado debe casi regalar dos o tres años de trabajo obligado al Estado si no quiere perder el título universitario que con su propio esfuerzo ganó? ¿ Y por qué no decir de una vez que la educación es una inversión política del gobierno cubano, que siembra la ideología en los infantes haciéndoles venerar a los héroes de la patria, repetir consignas que no comprenden, leer libros de texto cargados de sutil contenido ideológico? ¿Por qué obviar la histórica obligatoriedad de asistir un mes a trabajar en el campo durante cada año de la secundaria, así como el hecho de que la mayoría de los de mi generación y de las siguientes tuvieron que encerrarse durante tres años en los fríos muros de un preuniversitario para trabajar la tierra, lejos de nuestros padres y seres queridos si teníamos esperanzas de continuar estudios superiores? ¿Y ya nadie recuerda a quienes eran expulsados por no asistir a la escuela al campo, sobre todo en los años en los 70, a aquellos que no siguieron las advertencias del sonoro lema “al campo iré y mi año aprobaré”?
¿Y qué decir de la salud pública, donde ya es costumbre hacer regalos a los médicos para ser bien atendidos, o para obtener una cama en una sala de operaciones en un plazo de tiempo más corto? ¿Y olvidaré que un vecino murió de cáncer después de esperar durante meses un balón de oxígeno que nunca llegó por la vía legal y que fue necesario conseguir sobornando a más de una persona en el camino? ¿Y que en las farmacias se venden los medicamentos en grandes cantidades a las revendedoras que luego quintuplican los precios en la calle? ¿Y que las paredes, las puertas, las ventanas, los baños de muchos hospitales están sucios, manchados, descuidados? ¿Y qué en algunos hospitales el acompañante dispone tan sólo de una rígida silla de hierro para pasar la noche, mientras que en otros ni siquiera eso? ¿Y no es cierto que en ocasiones cuando una mujer va a dar a luz los familiares reúnen utensilios de limpieza para dejar el baño de la sala mínimamente aceptable? ¿Y que las cucarachitas circulan libremente por los cuneros de los hospitales gineco-obstétricos? ¿Y que mientras nuestros médicos cumplen misión internacionalista nuestros hospitales carecen de ellos? ¿Y que no hace mucho murieron de frío un grupo de pacientes en el hospital psiquiátrico de Mazorra?
Cuando ese altanero con apariencia de burgués y que ejerce la presidencia de la asamblea del poder popular respondió hace ya algún tiempo a las dudas de unos jóvenes de la universidad de ciencias informáticas arguyendo que en Cuba era tan difícil viajar porque si todo el mundo viajara se caerían los aviones del cielo, y procedió luego a preguntar impúdicamente si ellos preferían pagar sus estudios universitarios y que el Estado retirara su mano altruista, estaba siendo ya no sólo ridículo e infantil, sino muy cínico. Imaginemos por un instante que a su mentecita semi programada se le ocurriera siquiera proponerlo seriamente. Lo primero es que estaría negando la misma esencia del sistema político cubano, una de las pocas cosas que impide que la gente salga a las calles para derrocar a la tiranía. Lo segundo, y esto muestra ya definitivamente o un alto grado de retraso mental o una indolencia rayana en la ignorancia, es que sería imposible hacer funcionar al país un día más: la población apenas puede alimentarse dignamente, y sobrevive haciendo mil marañas para llegar a fin de mes, como para estar en condiciones de pagar la educación o la salud, más de lo que ya lo hace al recibir su miserable salario.
¿Por qué siembran en el pueblo la idea de que el Estado es un gran benefactor que paga todos los servicios como si tuviera fondos propios y no obtuviera dichos fondos del trabajo del mismo pueblo? Sí, de ese mismo pueblo que costea su propia represión inconscientemente mientras escucha una y otra vez que su lamentable y permanente miseria es una situación de dicha comparada con la del resto de los países capitalistas, como si todos los países capitalistas fueran exactamente lo mismo. Las abstracciones metafísicas son muy útiles cuando se tiene el objetivo de confundir y manipular a los que nunca han puesto un pie fuera de la Isla, pero son fatales cuando se pretende lograr un acercamiento medianamente aceptable a la realidad social.
La polémica socialismo vs capitalismo tal y como se presenta en Cuba es un galimatías sencillo de elucubrar: tome cualquier término e ínflelo, demonícelo, cárguelo de sentido, generalícelo, cúlpelo de todo el mal de la tierra y habrá conseguido lo que han logrado los escribientes de esta tiranía caribeña: alejarse de la realidad para vivir en un mundo de abstracciones vacías. Y si usted es uno de estos últimos, entonces le será muy útil cuando le señalen los errores que comete el gobierno que defiende: sólo tendrá que apartar los ojos del problema en cuestión y mirar hacia afuera, pedirle a su acusador que mire lo que sucede en los países capitalistas, donde ocurren tantas atrocidades. Si su interlocutor se descuida y no le trae de nuevo al asunto, entonces usted habrá podido evitar reconocer públicamente lo que tanto niega para afirmar la legitimidad de la ideología que defiende.
Pero si tenemos un presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular cuando el pueblo no tiene ningún poder; si este presidente anda en un automóvil y no espera cada día durante horas en una parada de autobús, ni suda corriéndole detrás al ómnibus cuando éste sigue de largo con la gente apretujada unas contra otras, para detenerse a cien metros de donde debe; si luego no se monta y viaja colgado al principio, y al rato consigue entrar a empujones para quedar lapidado entre la gente y la puerta; si no escucha decir al chofer, en muy mala forma, que camine pues el ómnibus está vacío, ni recibe ofensas del que a su lado le exige que le quite el pie de encima, mientras el que está delante le grita que no le empuje; si cuando este mediocre jefecillo finalmente llega a su oficina ésta no tuviera aire acondicionado, sino un ventilador de techo medio roto; y le esperara un almuerzo en el comedor obrero; si al rompérsele los zapatos se diera cuenta de que su humilde salario no le alcanza para comprar otro par, pues de lo contrario no le quedará un centavo para el resto del mes, y viera a su anciana madre hambrienta viviendo en una casa que se cae y con un retiro que da lástima; si, en fin, fuera un digno representante del pueblo y no un vive bien oportunista, tal vez dedicaría algún tiempo a hablar o escribir sobre las penurias y la miseria del pueblo trabajador, o a pedirle cuentas al gobierno por todo el daño que le hace al país, en lugar de dedicarse exclusivamente a hablar o escribir indiferentemente sobre los cinco prisioneros cubanos en los Estados Unidos. Pero entonces no podría ser el presidente del poder popular: sería un disidente, un gusano, un enemigo de la revolución.
Sí, porque son ellos, los líderes históricos de la revolución, quienes marcan los destinos, quienes dictan la ley, mientras permanecen ilesos cuando cometen graves crímenes como los de encerrar a intelectuales, sacerdotes y homosexuales en un campo de concentración al que llamaron cínicamente Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), o el de enviar a miles de jóvenes a morir en una guerra que no es la suya en otro continente, mientras ellos permanecen en sus cómodas butacas arrogándose el mérito del internacionalismo proletario; o el de enviar y apoyar a un grupo de gentuza del partido comunista a humillar públicamente a quien desea abandonar el país. Todavía hoy circulan hojas por los centros de trabajo para que los trabajadores firmen que están dispuestos a salir a abuchear, e incluso golpear, a quienes tienen la osadía de protestar contra alguna injusticia social. Todavía hoy esos penosos y mediocres medios de prensa oficialista salen a cubrir el avasallamiento que comete la chusma cabeza hueca contra cualquier acto de protesta pacífica, y luego lo pasan en el noticiero arguyendo que el pueblo revolucionario salió a las calles espontáneamente para dar un escarmiento a los contrarrevolucionarios. Pero si hay alguien verdaderamente contrarrevolucionario es el partido comunista de Cuba que se opone a cualquier iniciativa que roce siquiera sus intereses.
El gobierno cubano bajo los principios rectores de su partido comunista ha cosechado enfáticamente la intolerancia. Un solo pueblo, una sola voluntad. ¿Habrá mayor falta de respeto a la dignidad humana que lo que el gobierno ha hecho con el pueblo cubano? Ha convertido a muchos de sus intelectuales en títeres. Ha hipostasiado el concepto de revolución, para asimilarlo a la voluntad de los gobernantes cubanos. Ha creado un macabro sistema electoral indirecto que comienza por la elección de alguien que TIENE que ser un revolucionario, es decir, un obediente y fiel seguidor de las ideas de los gobernantes. Ha excluido a todo el que piensa contrariamente a la corriente del Partido; ha condenado al pueblo a la miseria; le ha exigido y le exige dar todo, incluso la vida para defender un sistema que les oprime; ha engañado sistemáticamente a la gente; ha convertido la ilegalidad en una condición de vida; ha hecho de la emigración un negocio controlado por el Ministerio del Interior, que le extrae todo lo que puede al que decide emigrar, haciéndole pagar entre otras cosas una suma de 400 CUC (unos 10 000 pesos, es decir el salario medio completo de 25 meses de trabajo) por un chequeo médico consistente en una toma de sangre, una de orina y una radiografía; ha enfrentado y dividido al pueblo cubano haciéndoles desconfiar del prójimo, haciéndoles vigilarse mutuamente, haciéndoles disputarse migajas como un televisor en un altísimo precio (6000 pesos, el salario medio completo de 15 meses de trabajo), el cual presenta la sola ventaja de poder ser pagado a créditos; ha condenado a la juventud a desear el exilio, y a exiliarse; ha separado a la familia cubana, a la madre del hijo, al esposo de la esposa, al abuelo de los nietos. Ha hecho su voluntad en nuestra tierra y en nuestro cielo, sin respetar en lo más mínimo los intereses y deseos del pueblo.
¿Y por qué continuar bajo el abrigo de una tiranía cuando se puede pedir su renuncia? El aparato del partido ha cometido ya demasiados errores y los sigue cometiendo. No hay que estudiar la teoría de sistemas para comprender el asunto. El aparato del partido está demasiado determinado, incluso sus miembros tienen miedo de ir demasiado lejos con una opinión porque saben lo que puede costarles. El aparato del partido tiene entonces que ser disuelto y sus miembros liberados sin consecuencias.
Ahora bien, ¿significa esto que propongo la instauración del sistema capitalista? NO. Sería lo peor que pudiera pasar en un pueblo arrasado por la miseria material y espiritual. ¿Significa acaso que acepto la intromisión extranjera en los asuntos de los cubanos para resolver el conflicto? NO. Nuestra amada patria, marcada hace ya demasiado tiempo por un doble bloqueo (el del gobierno norteamericano y el del cubano) que nos desangra, y que soportó la opresión colonial, la neocolonial, y luego esta larga tiranía nacional deberá ser libre y soberana, una vez que logre zafarse del yugo que la oprime ¿Significa entonces que me opongo a la existencia de un partido comunista, mostrando una intolerancia de la que acuso al gobierno cubano? NO. Propongo la eliminación inmediata de ESE partido comunista, bajo el mando de ESOS líderes. Después de dicha disolución pueden, y deberían concurrir todos los puntos de vista posibles para contribuir al progreso de la nación, pues los lastres que nacen del temor, incluso del de los miembros del partido, habrán desaparecido.
Si el pueblo cubano quiere progresar en todos los sentidos tiene que hacerlo bajo el signo del libre pensamiento, y el partido comunista de Cuba es un obstáculo para esa tan deseada libertad. Hay muchísimas propuestas tanto por grupos de jóvenes cubanos como por parte de individuos, algunos de los cuales tienen en su espalda la marca de más de un latigazo recibido a lo largo de estos últimos 50 años. Latigazos que ya comienzan a sentir también ciertos jóvenes inquietos, a los cuales se les leen los correos, se les pincha el teléfono, se les presiona para que no participen en actividades espontáneas, se les expulsa de sus centros de trabajo, o se les amenaza con impedirles la entrada al país, si es que han emigrado.
Lo cierto es que ya el gobierno no tiene fundamento alguno para tachar de enemigos de la patria (la patria no es el sistema político que la rige) a quien se atreve a hacer una propuesta osada, pues pululan las ideas nacidas de un auténtico sentimiento de socialización, desde unos deseos profundos de crear estructuras de democracia, de autogestión, de cooperativización. No digo que sean propuestas acabadas, ni perfectas, digo que son dignas de tomar en consideración para la creación de un nuevo sistema económico y político netamente cubano, y, sobre todo, digo que son propuestas hechas desde abajo, desde el pueblo, desde la gente que se monta en las guaguas repletas, y pasa trabajos, y siente la presión que se les opone cuando se expresan libremente, y, sobre todo, que no está viciada por el poder, ni por el miedo al poder.
¿Y a quién deben ir dirigidas esas propuestas? ¿Al congreso del partido? No serán escuchadas por varias razones. La razón más evidente es que afectan los intereses de los clanes familiares en el poder, es decir a la oligarquía capitalista de la isla; a la vez que han salido de cabezas pensantes al margen del partido comunista, que suele tomar como ofensivas las ideas que no se producen en su seno, y que no están consonancia con los caprichos de sus ídolos.
Confieso no tener una solución inmediata para ese problema. Creo que debemos seguir presionando pacíficamente cuanto podamos hasta que un nuevo panorama se defina en el horizonte. Eso sí, en lo adelante cualquier proyecto político debe incluir estructuras que permitan controlar a los administradores del gobierno. Es imprescindible evitar los líderes carismáticos y los protagonismos huecos. Los poderes no deberán ser detentados por una sola persona, ni por un grupo de “auto-elegidos” para gobernar, y deben ser permanentemente supervisados para castigar la corrupción y la megalomanía, de las cuales ya hemos sufrido amargas consecuencias.
Por lo pronto, uno de los propósitos más urgentes debe ser la reducción de los poderes del Estado, institución que regula coercitivamente el proceso de sociabilidad, nos marca con el hierro candente de la dominación y nos inyecta ese miedo que motiva la doble moral y que corrompe en lo más profundo al espíritu humano. Sí, porque el problema de la Cuba de hoy no es sólo su fúnebre economía, es también su deplorable estado moral. Algo es seguro: reconstruir lo primero será más sencillo que subsanar lo segundo.
Lo que propongo, en resumen, es comenzar por dar el primer paso: si el partido comunista de Cuba es el corazón palpitante de la tiranía, por el bien de nuestra nación, es necesario detenerlo.
Un cubano de a pie
Tomado de http://www.cubacotidiana.blogspot.com/

domingo, 17 de abril de 2011

Como mi abuela decidió no dispararle a un intruso una noche en Toluca


Cómo mi abuela decidió no dispararle a un intruso
Por JUAN ANTONIO SEMPERE* -

Allá por 1956, mi abuela (Conchis, finada) estuvo a punto de matar a un hombre. Justificadamente, pero de todas formas hubiera sido una gran tragedia si se hubiese animado a jalar el gatillo. Aunque, paradójicamente, también el hecho de no haber jalado el gatillo constituyó una gran tragedia.


Mis abuelos maternos vivían en una vieja casona en la zona centro de la ciudad de Toluca, sobre la calle de Juárez. La casa tenía dos pisos, con grandes ventanales y balcones de herrería que miraban a la calle. En ese entonces mi abuelo tenía una fábrica de jabones en la ciudad de Puebla, así que pasaba de lunes a jueves supervisándola y regresaba el fin de semana con su familia en Toluca.


Durante aquellas ausencias, mi abuela se quedaba sola en casa cuidando a cuatro niños: mi tía Maru (†), los gemelos José Manuel y Lourdes (mi mamá) y mi tío Luis, cuyas edades oscilaban entre los 9 y los 2 años. Los tiempos no eran ni con mucho tan inseguros como hoy en día, pero mi abuelo había peleado en la Guerra Cristera y sabía de lo que son capaces los seres humanos en un momento de ofuscación, así que había instruido concienzudamente a su esposa en el manejo de una monumental escopeta de cacería. “Si alguien intenta meterse a la casa, tú dispárale sin pensarlo dos veces, ¿entendido?”, era la consigna que le hacía a mi abuela cada vez que partía a supervisar el negocio jabonero.


En una de tantas ausencias, mi abuela escuchó un ruido extraño cerca de la ventana de su habitación. Era casi la medianoche. Se incorporó y alcanzó a distinguir una sombra extraña ascendiendo sobre el balcón, dibujada tenuemente sobre la cortina gracias a un modesto farolito que proporcionaba algo de iluminación a la calle. Acorde al mandato de mi abuelo, tomó la escopeta y salió del cuarto. La idea de mi abuela era asomarse por el balcón de una habitación contigua (la del cuarto de costura), para poder sorprender al malhechor en el acto de internarse al domicilio. Al asomarse sigilosamente por la ventana del costurero, mi abuela pudo comprobar que, en efecto, un hombre corpulento se había encaramado al balcón de la recámara principal. Con tan sólo tres o cuatro metros de distancia entre ella y su objetivo, levantó el cañón de la escopeta y apuntó hacia el infractor. Pero ahí le entró la duda. El hombre venía bien vestido. Y no estaba intentando meterse a la casa. Por el contrario, al parecer estaba intentando medir el salto hacia el balcón de la casa de al lado. Con voz de mando (mi abuela era brava, cuenta la leyenda), gritó un clarísimo “¡Alto o disparo!” A lo que el petrificado intruso respondió con un “¡No dispare, por favor!”, girando sobre sus talones y levantando las manos para mostrarse en actitud de sumisión. Mi abuela reconoció de inmediato el acento de su -casi- víctima: “¿Señor Castro?” “Sí, señora Valdés, soy su vecino, el señor Castro. Se me olvidaron mis llaves y estaba intentando llegar a mi balcón a través del suyo. Mil perdones”.


El señor Castro había trepado por un viejo álamo que facilitaba el ascenso al balcón de casa de mi abuela, notando que de ahí a su propio balcón no le separaba más que un saltito, proeza moderada para alguien atlético y de buena estatura. Mi abuela, sin embargo, no estaba de humor para escuchar explicaciones de esa clase. No lo bajó de bruto, animal, bestia y qué se yo cuántos otros insultos a la usanza de la gente decente, mientras que le decía que estuvo a punto de llegar volando a su balcón, pero gracias a un escopetazo marca Wyatt Earp. Castro se deshacía en disculpas, sin saber cómo apaciguar a mi iracunda abuela. Al final de cuentas todo quedó en un susto y en una anécdota familiar sumamente socorrida. Pero no tanto por los hechos ocurridos esa noche, sino por lo que pasó después.


El señor Castro dejó de ser vecino de mis abuelos unos meses más tarde. Se embarcó en Tuxpan, Veracruz, en un yate llamado Granma, junto con sus compañeros: su hermano Raúl, el señor Guevara, el señor Almeida, el señor Cienfuegos y otros más. Llegaron el 2 de diciembre a las inmediaciones de la playa Las Coloradas, se agarraron a balazos con el ejército y terminaron por internarse en la Sierra Maestra de aquella isla, Cuba. Poco más de un par de añitos más tarde, el señor Castro –Fidel, para sus amigos– era el hombre más importante de su país, sentándose en la silla presidencial que había dejado vacante Fulgencio Batista. Y de ahí no se movió en un buen rato.


La historia no termina allí.


Mi abuelo tenía un hermano menor, Luis (alguien que en su momento ameritará su propia serie de anécdotas, pues su historia fue vasta y llena de curiosidades). Luis [Valdés Soccert] era un espíritu rebelde, en marcado contraste con la personalidad seria y conservadora de mi abuelo.


Luis se fue a vivir a Cuba siendo un adulto joven, y contrajo matrimonio con una cubana risueña y dicharachera llamada Manolita. Mi tío abuelo Luis era propietario de una feria, con la que recorría la isla a lo largo y ancho durante todo el año. Simpatizó desde un principio con la causa de la revolución cubana (aún antes de que ésta triunfara), lo que le llevó a entablar acaloradas discusiones con su hermano (mi abuelo) cada vez que volvía a México en vacaciones y fechas importantes.


El tío Luis conoció al señor Castro, tanto en México como en Cuba. Tras el derrocamiento de Batista, ambos coincidieron en varias funciones oficiales, pues la feria de mi tío era uno de los pocos entretenimientos que seguían funcionando con regularidad tras la revolución. El señor Castro siempre fue cordial con el tío Luis, pese a que éste último siempre declinó afiliarse al partido y asumir varios cargos oficiales que le fueron ofertados por el barbado líder. Pero el clima social de Cuba cambió mucho al paso del tiempo. Y tan sólo un par de años después del triunfo revolucionario, mi tío Luis pasó de ser una persona cercana al señor Castro a “enemigo de la nación”. Logró obtener un salvoconducto del gobierno mexicano para escapar de la isla con su esposa y su hijo recién nacido, tras enterarse que su nombre estaba por ser difundido en una lista de personas que debían ser recluidas en prisión por conspirar contra el gobierno. Mi tío, anteriormente defensor de la causa promovida por los barbudos rebeldes, miró con rabia e impotencia a los soldados que sólo le dejaron subir al avión tras arrancarle los botones y cremalleras de la ropa, confiscándole a la familia hasta la última pieza de equipaje, e incluso las botellas de leche de su hijo. “Esto servirá para que coman los niños cubanos, no para alimentar a hijos de desertores y traidores”, fue la explicación.


Luis, Manolita y el bebé fueron recibidos por mi abuelo en México, literalmente cerrándose las desgarradas ropas con sus propias manos. Dentro de todo tuvieron suerte. Vivieron para contar su historia y para recriminarle a mi abuela que no hubiera jalado del gatillo cuando tuvo en la mira a “ese maldito barbón que ha de pudrirse en los infiernos”.


Mi abuela murió joven, a mediados de los 60. Mi abuelo nunca fue el mismo tras perder a su esposa, y él se fue en el 81. Mi tío abuelo Luis duró unos pocos años más. Su esposa, Manolita, acaba de morir hace unos meses. Todos de causas naturales. El señor Castro nada más no se muere. Ahí sigue, en su isla. Y muchísimas personas esperan escuchar sobre su eventual muerte. De entrada, todos mis amigos cubanos en Miami a quienes les he relatado esta anécdota familiar. Las reacciones a la historia de mi abuela y el señor Castro han sido muy diversas. Han generado risas incrédulas, expresiones anodinas, escrutinio con preguntas y más preguntas… algunos se han echado a llorar. En serio. Es un cliché hablar de “efectos mariposa” y alterar el curso de la historia en menos de un segundo, pero es obligado referirnos a esos lugares comunes cuando ocurren casos así.

¿Estaría yo escribiendo en un blog si mi abuela hubiera tirado del gatillo? ¿Existiría yo mismo, acaso? No lo sé. Nadie lo sabe. Solo que sé que siempre que revivimos esta anécdota en mi familia, siento algo muy raro en mi interior. Como si evitar una tragedia entre los míos hubiera desencadenado la tragedia para miles, quizá millones de personas. Por eso prefiero no pensar mucho en “hubieras” y en consecuencias… Sólo platico la historia y dejo que cada quien decida qué hacer con ella.

Tomado de:



. Este testimonio se reproduce en CaféFuerte por cortesía del autor, que lo publicó originalmente en su blog Finísima persona. *JUAN ANTONIO SEMPERE, periodista mexicano. Ha sido editor de publicaciones líderes en el mercado latinoamericano como Men’s Health en Español (1996-2005), Prevention en Español (2004) y ESPN Deportes (2005-2006). Ha publicado en Maxim, Quo, Marie Claire, Buenhogar, Contacto Digital, Playboy y el diario Reforma. Actualmente es socio fundador de Factoria UNO, empresa generadora de contenidos multimediáticos.

viernes, 15 de abril de 2011

El amor


El amor
El amor jamás te avisará en qué lugar te espera.

El amor es la medicina que más necesita la humanidad,

es el mejor antídoto contra la soledad.

El amor le abre las puertas al olvido

y cierra las ventanas al rencor.

El amor llega a cualquier edad,

no discrimina, ni humilla,

y regala paciencia, ternura, pasión...

El amor desnuda el corazón,

diluye las penas y restaura sueños rotos.

Exalta emociones y fortalece la confianza.

El amor no sabe de imposibles,

desafía prejuicios y miradas condenatorias,

rompe barreras y levanta hogueras,

es el maestro de la bondad, la esperanza y la paz.

Se deleita con la mirada de un niño,

nos acompaña por los caminos más difíciles,

no tiene horario, ni limites,

es entrega total.

El amor pone en tus manos las semillas que sembrarás,

no es patrimonio exclusivo de un vinculo carnal,

te ayuda a descubrir los pequeños milagros de la cotidianidad,

a conocerte a través de la mirad de otro ser,

a enriquecer tu mente, a consolidar tu espíritu.

El amor te hace fuerte y frágil a la vez,

no tiene principio ni fin porque siempre estará

brindándote nuevas oportunidades,

aun cuando creas que se ha marchado para siempre,

te sorprenderás al verlo regresar con otro rostro,

que te traerá de nuevo aquel aletear de mariposas

que un día te hizo soñar y te llevó de la mano al infinito...

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Nota: este texto me llegó via email, palabras sabias que me agradan y que comparto con ustedes.

Para cerrar este post los dejo con Andrea Bocelli



jueves, 14 de abril de 2011

Pobre amor



¡Pobre amor! No lo despiertes,

que se ha quedado dormido.

Hay en sus labios inertes,

la tristeza del olvido.


¡Pobre amor! No lo despiertes,

Dios sabe cuánto ha sufrido.

¡Pobre amor! No lo despiertes,

que se ha quedado dormido.


Alberto Ureta

Poeta peruano

(1885_1966)

miércoles, 13 de abril de 2011

Las ocho "mentiras" que debes conocer


Las ocho mentiras más grandes sobre la comida sana

Por José Barki

Las maravillas del marketing y los gurús de la comida sana nos han hecho creer que ciertos alimentos hacen milagros en el cuerpo humano: adelgazan, queman grasas, nos quitan el hambre o, inclusive, nos hacen más felices. Sin embargo, la mayoría de los mitos sobre la alimentación saludable son absolutamente falsos. Estas son las ocho mentiras más grandes que nos han contado sobre el tema.


1.Los alimentos integrales adelgazan


Muchos creen que “integral” es lo mismo que “dietético”. Grave error. Las harinas y cereales integrales cuentan con prácticamente las mismas calorías que los productos refinados. Sí se podrá decir que son más sanos por su alto contenido en minerales y fibras, y que ayudan a eliminar toxinas con más facilidad. Pero de ninguna manera adelgazan.


2. Las ensaladas de los fast food son la “opción saludable”


Nunca falta el que entra en McDonald´s y, en vez de pedir una hamburguesa como Dios manda, elige la ensalada porque es la “opción sana”. Una reciente investigación privada sobre las ensaladas que se venden en los locales de comida rápida determinó que estos productos están excedidos de sal y grasas. El ejemplo es lapidario: un Big Mac tiene 540 calorías y 1,040 miligramos de sal; mientras que una ensalada completa con pollo y aderezo cuenta con 530 calorías y 1,260 mg de sal. O sea que el Big Mac es más sano; o menos dañino. Y más rico.


3. Los productos 0% grasa son sanos


Es muy común que uno se sienta habilitado para devorar sin culpas toda clase de alimentos “0% grasa” (fat free en inglés). Mucha gente los consume porque piensa que, mágicamente, perderá peso. El problema es que, al quitar la grasa, gran parte del sabor original de estos productos es removido, lo cual obliga a los fabricantes a agregar azúcar y toda clase de químicos de origen dudoso. Por eso, los alimentos 0% grasa pueden ser peores que los comunes.


4. Las galletitas son mejores que el pan


Más mitos que se derrumban. Y una buena noticia para los amantes incondicionales del pan: las galletitas tienen muchas más calorías (420 en 100 gramos) que el pan (280 en 100 gramos) y también más grasa. Así que terminemos con eso de andar haciendo migas con las insoportables galletas de agua y pidámosle al mozo otra panera.


5. Los limones aportan vitamina C y no tienen azúcar


Es cierto que los limones aportan vitamina C, pero también es verdad que otras frutas tienen las mismas propiedades y son deliciosas. Tomen nota: un kilo de frutillas tiene más Vitamina C que un kilo de limones y, aunque no lo crean, tiene menos azúcar. Por eso, basta ya de sacrificarse tomando jugo de limón para evitar gripes y resfríos, creyendo que eso nos hará todopoderosos. Las frutillas cuentan con las mismas propiedades vitamínicas y son definitivamente más ricas.


6. Las barritas de cereal hacen bien


En los últimos años se multiplicó la variedad de barritas de cereal en los quioscos. Muchos deportistas las consumen como complemento proteico. Lo que no todos saben es que estos cereales, mezclados con frutas y chocolate, pueden tener hasta el doble de azúcar que algunas golosinas convencionales. Hay que estar atento.


7. Las espinacas dan fuerza


Popeye sacaba unos músculos tremendos cada vez que comía su lata de espinacas. Y es cierto que esta verdura tiene hierro, pero no tanto como las lentejas, el hígado de cerdo o los berberechos. Además, las espinacas tienen sustancias laxantes y quelantes que hacen más difícil la absorción del hierro por parte del cuerpo humano.


8. Las zanahorias agudizan la visión


Comer zanahorias cual Bugs Bunny no nos salvará de usar lentes si realmente tenemos problemas de visión. Los betacarotenos que contiene esta verdura son precursores de la vitamina A, imprescindible para la fabricación del pigmento rodopsina, que mejora la agudeza visual en ambientes con malas condiciones de luz. Es decir: no por comer zanahorias vamos a tener la vista de un lince; a lo sumo veremos un poquitito mejor si está oscuro.

martes, 12 de abril de 2011

Elogio a la mujer brava

Por Héctor Abad

Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.


A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.


La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).


A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.


Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.


Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.


Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.


Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!


Tomado de>


http://www.actitudtini.com/mujeresconactitud/2010/05/elogio-a-la-mujer-brava


nota; Para quien no lo sepa, Héctor Abad nació en Colombia en 1958 y se recibió en Literatura moderna en Italia. Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la facultad de medicina), pero vuelve a Italia por amenazas recibidas. Regresa en 1993, aproximadamente y en la actualidad reside en Bogotá.

sábado, 9 de abril de 2011

"Y las arañas tomaron los árboles"

Ciencia curiosa – 8 abr 2011 2:45 p.m. EDT
Por Miguel Artime


Hace seis meses, en Pakistán llovió como no se recordaba. De hecho en una sola semana cayó la misma cantidad de agua que se esperaba para toda una década. Los afectados humanos fueron millones, pero los animales también se vieron forzados a luchar por su supervivencia.


Y esa es parte de la explicación de la fotografía. Estos árboles, recubiertos por completo de telaraña, sirvieron de "isla de náufrago" a miles de estos arácnidos, que se vieron obligados a escapar de la lluvia subiéndose a los árboles. Desde entonces, las enormes colonias de arañas se han apoderado de las copas de los árboles (ubicados cerca de un lago) y no han vuelto a bajar al suelo.

Ahora, según puedo leer al pie de la foto, el extraño comportamiento de los artrópodos ha supuesto una pequeña bendición para los habitantes de la zona, llamada Sindh. Y es que este inusual fenómeno ha ayudado a que los mosquitos desciendan en número, ya que muchos se ven atrapados por las enormes telas casi inmediatamente después de abandonar las aguas, tras su fase de ninfa. ¿El resultado? Un descenso acusado en el riesgo de malaria para los lugareños. Y es que en este se caso se cumple el viejo refrán: "no hay mal que por bien no venga". La foto y la explicación, las encontré en Flickr. Fotos cortesía de Russell Watkins/Department for International Development Tomado de: http://es-us.noticias.yahoo.com/blogs/ciencia-curiosa/y-las-arañas-tomaron-los-árboles.html

martes, 5 de abril de 2011

Idiosincrasia cubana


Cosas de Cubanos


POR QUÉ LOS CUBANOS NO PUEDEN SER TERRORISTAS...

1. 7:45 a.m. es muy temprano para levantarse de la cama.

2. Siempre llegamos tarde, podemos perder cualquier vuelo.....

3. La gente bonita que va en el avión nos distrae.

4. Como hablamos alto, atraemos la atención de todo el mundo.

5. Con comida y tragos en el avión, olvidamos a qué íbamos.

6. Como hablamos con las manos, tendríamos que poner las armas en el piso.

7. Todos quisiéramos volar el avión y nos pondríamos a discutir antes de tiempo quien sería el piloto.

8. Como no podemos mantener un secreto, todo el mundo se enteraría una semana antes.

Y MI FAVORITO.......

9. Pondríamos la bandera cubana en el avión.



¿TU ERES CUBANO? SI NO LO SABES, SEGURO QUE TE DARÍAS CUENTA SI.......

1) Alguna vez te han pegado con una chancleta.

2) Creciste teniéndole miedo al coco.

3) Si otros te dicen que dejes de gritar cuando solo estas hablando.

5) Si usas tu boca para apuntar a alguien.

6) Si tu, constantemente, te refieres a cualquier cereal como 'Con fleis.'

7) Si tu mamá te gritaba para que vinieras a comer, a pesar de que vivían en un apartamento de un cuarto.

8) Si tú puedes bailar conga, son, merengue, guaracha o salsa sin música.

9) Si usas manteca en vez de aceite de oliva y todavía no sabes porque tus 'nalgas' crecen cada vez más.

10) Si te montas a un carro para cinco pasajeros con siete personas adentro y todavía alguien grita “caben más!'

11) Siempre que tienes catarro tu mama te embarra todo el pecho de 'Vicks' además de ponértelo en la nariz.

12) Si tu mamá te prepara tu merienda a pesar de que ya tienes 32 años.

13) Si llamas a los estadounidenses 'americanos', a todos los Asiáticos 'Chinos' y ni hablar de los nativos de España, todos son 'Gallegos'..
.....
"How do you tell a communist? Well, it's someone who reads Marx and Lenin. And how do you tell an anti-Communist? It's someone who understands Marx and Lenin." Ronald Reagan

"Como puedes conocer a un comunista? Bueno, es alguien que lee a Marx y Lenin. Y como puedes conocer a un anticomunista?. Es alguien que si entiende a Marx y Lenin" Ronald Reagan.

sábado, 2 de abril de 2011

¿Volver?

VOLVER?



¿Como puedo volver, si no me he ido,


si llevo en mi alma sembrado mi pasado,


si no he cesado de sufrir lo que he sufrido,


ni dejado de amar lo que he amado?



Solo pueden volver los que han dejado


perdidos en el polvo del olvido


los sueños en la patria encadenados


por el sueño en tierra extraña prometido.



Solo pueden volver los que se han ido,


Y en suelos del destierro han sepultado


recuerdos, anhelos y pasados…


¡Yo no puedo volver, yo no me he ido !


Autor: Dr. Emilio Cosío Tomado de: http://www.lanuevanacion.com/