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domingo, 23 de marzo de 2014

Consejos sanos: Qué comer para evitar la caída del cabello

Una mala alimentación, a causa del estrés o las dietas restrictivas, provoca que el pelo se muestre sin brillo y empobrecido.
Qué comer para evitar la caída del cabello

Alimentos buenos para la salud del cabello  
i. g. peña@IreneGomezPena

La caída del cabello es un hecho que nos preocupa y que estigmatiza tanto a hombres como a mujeres. Cuando el pelo clarea y la almohada se llena de «pistas» corremos al médico o al herbolario para que nos receten pastillas que remedien el efecto «entradas». Sin embargo, la prevención la tenemos mucho más cerca, en concreto, en la mesa en la que comemos.
Esto es lo que explica la nutricionista italiana Daniela Morandi, famosa por su innovador programa de «reseteo nutricional» en las italianas Termas de Saturnia y para quien la caída del cabello se puede evitar si controlamos lo que comemos.

¿Crees que comemos peor que antes?

El estrés y la situación inestable que vivimos eleva los niveles de insulina a causa de la generación de cortisoles, que es la hormona anti-estrés. De aquí se deriva una mayor atracción hacia alimentos ricos en azúcar, como los carbohidratos dulces o salados, con un alto índice glicémico (carbohidratos malos). La crisis nos hace comer mal y nos lleva a ingerir este tipo de alimentos porque cuestan menos que la carne, la verdura o la fruta.

¿Crees que hay una dieta perfecta?

No se puede generalizar porque cada organismo es un mundo en sí. Digamos que se adelgaza si se sigue una alimentación óptima basada en la ingesta de frutas y verduras, además de una cantidad adecuada de proteínas magras y de aceite de oliva. Desafortunadamente el consumo de carbohidratos debería ser limitado y en algunos casos eliminado por su alto índice glicémico.

¿Hay alimentos malos?

No, en absoluto. En el caso de la leche y el queso, depende del hecho de que existan en el organismo más o menos enzimas para digerirlos. Algunas personas las pierden y, por tanto, estos alimentos no les sientan bien. En cuanto a los carbohidratos de alto índice glicémico, su uso crea una inflamación celular, dañina para el organismo. No obstante, no hay alimentos malos sino dietas restrictivas que inducen a una malnutrición.

¿Hay relación entre el pelo y los alimentos?

Una parte estructural del pelo está compuesta por proteínas, que son un elemento fundamental. A menudo una de las causas de la debilidad y caída del pelo es un incorrecto aporte nutricional. Tanto una dieta vegetariana como un ayuno y una dieta hipercalórica, si no son controladas por un experto, pueden causar la pérdida del cabello.

¿Qué alimentos son buenos para el cabello?

Las frutas y las verduras, en general, son buenísimas por sus vitaminas y sales minerales –sobre todo las verduras de hoja verde, con un alto contenido de vitamina A–, el brócoli, el tomate, los champiñones y las judías verdes, con mucha vitamina B.
El hierro de la carne roja, las espinacas y la verdura son fundamentales para la oxigenación del cuero cabelludo y la pigmentación del cabello. El cobre es básico y lo encontramos en los mariscos , las espinacas y las nueces. Se trata de un componente importante para la síntesis de la melanina del pelo.
El zinc, que se encuentra en carnes y pescados, es imprescindible para el crecimiento del pelo y el azufre, en carnes blancas y en carnes como el hígado, es fundamental para fortalecer el pelo débil y quebradizo.
El aceite de oliva, el chocolate, la salvia y la albahaca desempeñan una función antioxidante gracias a la presencia de polifenoles y, por otro lado, el magnesio -presente en almendras- activa las reacciones enzimáticas importantes para la salud del cabello.
El pescado contiene muchas proteínas y algunas especies son ricas en selenio, últio para combatir los radicales libres. Los piñones, por su parte, mantienen el pelo joven porque contienen resveratrol, proteínas con la función de «apagar» los genes que conllevan un envejecimiento precoz del cabello.

¿Cuántas veces a la semana?

Lo más adecuado es combinar todos estos alimentos en una cantidad adecuada (no en exceso) cada vez que comemos. Sobre todo pocas proteínas, muchas verduras y, al menos, una fruta al día. No debemos olvidar el aceite de oliva, que es un potente antioxidante.