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domingo, 20 de abril de 2014

Desempolvando archivos:La Isla del nunca jamás.

 
foto: Archivo de la Biblioteca de Miami. Tomada en 1965, a los cubanos acabados de llegar de Camarioca. International Rescue Committee waiting area at the Cuban Refugee Center, ca. 1965
 
La isla del nunca jamás
Rehenes y apátridas. De cómo  Fidel Castro ( con  su régimen comunista-totalitarista) acabó con el derecho del pueblo cubano de entrar y salir del país.
Período de 1959-1980
Por: Manuel Zayas
El 9 de enero de 1959, el autoproclamado "gobierno provisional de la Revolución" se sacó de la manga una ley para controlar los movimientos de los ciudadanos cubanos al extranjero, una medida inconstitucional que fue el preámbulo de las que vendrían después y que regularían y eliminarían de tajo el derecho a la libre circulación.
Sancionada hace 53 años bajo el título de "Vigencia de pasaportes", la Ley No. 2 decía: "Es necesario a los propios efectos y principios de la Revolución, evitar que personas comprometidas con el régimen anterior, autores de delitos comunes traten de abandonar el territorio nacional con el fin de evadir la acción de la justicia, dictándose al efecto las medidas oportunas para evitar que así suceda".
A los pocos días, aquella disposición fue enmedada por la Ley No. 18, y obligaba a lo siguiente: "Todo ciudadano cubano poseedor de Pasaporte válido expedido por el Ministerio de Estado, que se proponga trasladarse al extranjero, deberá obtener una autorización al efecto, que le será concedida por el señor Jefe de la Policía Nacional". [El énfasis en esta y otras frases es del autor del artículo.]
Bajo el pretexto de impedir la evasión de criminales del régimen de Fulgencio Batista, toda la población cubana pasó a ser sospechosa de colaboracionismo. Al jefe de la policía se le otorgó una autoridad desconocida hasta entonces, la de autorizar (o no) los viajes al extranjero. (Estaban exentos de esa autorización los portadores de pasaportes diplomáticos emitidos después del 6 de enero de 1959.)
A ojos vista, la medida era contraria a la Constitución de 1940 que, en su Artículo 30, consagraba como un derecho fundamental la libertad de circulación. "Toda persona podrá entrar y permanecer en el territorio nacional, salir de él, trasladarse de un lugar a otro y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte u otro requisito semejante, salvo lo que se disponga en las Leyes sobre inmigración y las atribuciones de la autoridad en caso de responsabilidad criminal".
Y continuaba ese artículo constitucional: "A nadie se obligará a mudar de domicilio o residencia sino por mandato de autoridad judicial y en los casos y con los requisitos que la Ley señale. Ningún cubano podrá ser expatriado ni se le prohibirá la entrada en el territorio de la República".
La Ley No. 2 fue aprobada por el Consejo de Ministros, con el presidente Manuel Urrutia a la cabeza. Sin cargo alguno en aquel primer gabinete gubernamental, pero con gran apoyo popular, Fidel Castro ejercía un poder a la sombra de aquellos ministros. Según un decreto de Urrutia, Castro ostentaba el título de Comandante en Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire.
Las promesas del gobierno provisional de celebrar elecciones y de reinstaurar el orden constitucional —quebrantado con el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952— cayeron en saco roto. Disuelto el Congreso y el Senado, el Consejo de Ministros quedó como única instancia legislativa: el 7 de febrero de 1959 sancionó la Ley Fundamental, que derogó la anterior Carta Magna, inservible desde los primeros días de enero.
Entre las principales modificaciones: se instaura la pena de muerte con efectos retroactivos para criminales y cómplices del anterior régimen (antes estaba contemplada solo para delitos militares en tiempos de guerra y proscrita para delitos políticos), se aprueba la confiscación de bienes a esas personas y para los autores de "delitos contrarrevolucionarios" y con fines sociales . El habeas corpus, garantía jurídica de libertad del individuo frente a las detenciones arbitrarias, fue suspendido por 90 días.
Pese a todas las modificaciones, el Artículo 30 de la Constitución de 1940 fue mantenido intacto. La Ley Fundamental seguía reconociendo la libertad de circulación como un derecho del pueblo cubano aunque, en la práctica, el ejercicio de ese derecho estaba truncado por la decisión de una maquinaria policial, facultada ahora para autorizar los viajes al exterior.
Los conflictos dentro del propio gobierno llevaron a José Miró Cardona a presentar su dimisión como primer ministro. Desde el 17 de febrero lo sustituiría Fidel Castro. Pocos meses después, las tensiones seguían. Entonces Castro presenta su dimisión, argumentando que el presidente Urrutia demoraba la firma de las nuevas leyes revolucionarias.
Forzado a renunciar por las protestas populares de respaldo a Castro, el 17 de julio Urrutia dejó su puesto como presidente. Su cargo como representante del Estado lo ocuparía Osvaldo Dorticós. Fidel Castro seguiría al frente del gobierno.
Una ley trampa
Los usos que se le dió a la Ley No. 2 excedieron los mismos límites de esa disposición. Se trataba, en efecto, de una ley trampa. Paradójicamente, dos de los antiguos miembros del primer gabinete del gobierno provisional y votantes de aquella ley, también serían víctimas de su aplicación. Solo obtendrían garantías para abandonar el territorio cubano después de solicitar asilo en las embajadas latinoamericanas en La Habana.
Ese fue el caso del ex primer ministro Miró Cardona, quien el 5 de junio de 1960 se refugió en la embajada de Argentina, y también el del ex presidente Urrutia, que en abril de 1961 se asiló en la de Venezuela. Tras la ruptura de relaciones diplomáticas entre Caracas y La Habana, Urrutia fue trasladado a la delegación diplomática de México, donde permaneció hasta 1963 a la espera de un salvoconducto que le permitiera salir del país.
El asilo político quedaba como único garante de la libertad de circulación. Con la nacionalización de la prensa en 1960, José Ignacio Rivero, dueño del conservador Diario de la Marina, debió refugiarse en la embajada de Perú. Temía que el "entierro simbólico" con el que se proclamó la muerte de su periódico se tradujera en una muerte real. La suya, claro está. Por su parte, Miguel Ángel Quevedo, propietario de la revista Bohemia, buscó refugio en la delegación venezolana.
En septiembre de 1960, los consulados cubanos recibieron una orden del Ministerio de Relaciones Exteriores. Se les instaba a contactar con los ciudadanos bajo su jurisdicción para que regresaran a la Isla. Quienes se nieguen, serán catalogados como  "contrarrevolucionarios".
Así le sucedió por aquella fecha al escritor Severo Sarduy, becado en París,  cuando comunica su intención de no regresar. Su hermana Mercedes Sarduy recuerda: "A partir de este momento es considerado un traidor contrarrevolucionario (adjetivos con los que 'acuñaban' a todo aquel que no viviera en Cuba o que no simpatizara con el sistema)".
El escritor viviría su propio limbo jurídico. En 1963, según su hermana, Severo Sarduy "tiene problemas con la renovación de su carta de residencia francesa y posteriormente, con la prórroga de su pasaporte cubano que quedó en un limbo, para siempre, entre las paredes del consulado cubano en Francia. Nunca se lo devolvieron".
Algo similar le ocurrió a la cantante Celia Cruz. Su pasaporte fue cancelado en octubre de 1960 por funcionarios del consulado cubano en México. Dos años después, las autoridades diplomáticas que debían representarla le negarán autorización para que pueda entrar a Cuba. Celia Cruz no podrá viajar a La Habana para asistir a los funerales de su madre.
En la mañana del 5 de agosto de 1961, los periódicos cubanos —ya bajo control del gobierno— anunciaron el cambio obligatorio de billetes, una medida que se había mantenido en el mayor secreto y que se haría efectiva en las siguientes 48 horas (6 y 7 de agosto). Debajo de los grandes titulares de la noticia, se podía leer : "Cerrado el país a la entrada del exterior durante esos dos días" (diario Hoy) y "Prohíben entrar al país durante esos dos días" (diario Revolución).
El Muro de Fidel Castro
En 1961, tras la ruptura de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE UU, y unos días antes del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, el Máximo Líder proclamó el carácter socialista de la revolución. Para entonces, Castro ya tenía militarizado el país entero. Controlaba la administración de la justicia y cada institución civil. Había acabado con los partidos políticos, y nacionalizado la enseñanza, la prensa, la banca y las grandes empresas. Era el administador supremo del terror revolucionario.
El 5 de septiembre de 1961, el dictador amenazó con algo insólito: anunció que se le retiraría la nacionalidad cubana a todos los profesionales de la salud, técnicos y profesores que abandonaran el país. Esa medida draconiana había sido puesta en práctica un año atrás, pero permanecía en secreto.
El éxodo creciente de profesionales significaba una sangría para el nuevo régimen. En su discurso de clausura del Congreso Nacional de Alfabetización, Castro dijo sobre los médicos: "El que en esas [estas] circunstancias abandone hoy a su enfermo, ese, ese es un miserable, a ese no le debemos dar chance nunca más de volver a este país; a esa gente hay que quitarle la ciudadanía, hay que quitarle la ciudadanía (APLAUSOS) porque esa gente algún día va a mendigar aquí, a las puertas de este país que la dejen regresar".
Y continuó: "Cuando esa gente se indigeste de yankismo y cuando esa gente esté cansada de desprecios y de malos tratos, (…) llegará el día en que vengan a tocar aquí todos esos técnicos, a las puertas de este país, ingenieros, arquitectos, médicos, profesores, vendrán a tocar a las puertas de este país, pidiendo que los dejen entrar, y ese es el momento en que nosotros tenemos que ser duros (APLAUSOS), y yo creo sinceramente, nosotros sugerimos, y somos partidarios, de que seamos duros con esa gente".
Graduado en derecho —y sin nada ni nadie que le pusiera freno—, Castro era libre para inventarse conceptos absurdos de nacionalidad. Y de ponerlos en práctica: "Es decir que a esa gente le digamos: 'No, cubano no es el que nació aquí, cubano es el que ama este país, cubano es el que lucha por este país, cubano es el que defiende este país'".
En otro momento de su discurso, el dictador volvió a retratarse : "¿Qué van a hacer?, ¿vivir en la casa que le corresponderá a un obrero?  ¡No! (El público corea:  '¡No!') ¿Disfrutar de las riquezas que han creado y crearán nuestros trabajadores? ¡No! (El público corea: '¡No!') Ellos no tendrán ese derecho, y ese será el castigo duro, el castigo implacable que recibirán por su traición".
Para el 28 de septiembre de 1961, el Máximo Líder se reservará sus instrucciones a la población de cómo actuar con los que se van del país, y llama a "la vigilancia en las casas", labor que deberá desempeñar cada miembro de los Comités de Defensa de la Revolución, diseminados en cada barrio.
Dijo Castro: "Los parásitos que se van a veces traen a un parientico o traen a un amiguito para la casa, y, ¡de eso nada! No señor. Hay que vigilar para cuando ya ustedes los vean vendiendo máquina, muebles, etcétera, y ya se sabe que se van, nosotros tengamos la planilla. Y esa casa —lo advertimos— será para una familia obrera. El que se mude para la casa de un parásito que se vaya, ¡que sepa que después tiene que dejar la casa! (Aplausos), el que se mude para la casa de un parásito, que esas casas son para los obreros".
Las listas negras
Al día siguiente, el 29 de septiembre de 1961, el Ministerio del Interior (MININT) dictó una disposición contraria al Artículo 30 de la Ley Fundamental. Mediante la Resolución No. 454, se implantaba el permiso de salida y los tiempos de estancia que los ciudadanos cubanos podían permanecer en el extranjero, quienes, de no regresar en los términos establecidos, serían considerados emigrantes definitivos y se procedería a confiscar todos sus bienes, sin derecho a indemnización.
Pese a las críticas a esa disposición del MININT, que no era un organismo facultado para ordenar la confiscación de propiedades, el gobierno promulgó un texto más restrictivo, la Ley No. 989 de 5 de diciembre de 1961 (vigente en la actualidad), que reglamenta "las medidas a tomar sobre los muebles o inmuebles, o de cualquier otra clase de valor, etc. a quienes abandonan con imperdonable desdén el territorio nacional".
La nueva norma estableció lo que sería el permiso de salida y el de entrada, y reguló la confiscación de bienes al emigrante definitivo, sin derecho a compensación. Aunque contraria al ordenamiento jurídico, esa ley había levantado un muro infraqueable. Todos los ciudadanos eran rehenes de un sistema totalitario. De golpe, los cubanos en terceros países comenzaron a ostentar una nacionalidad inefectiva, la del apátrida, sin derecho a residencia y tránsito en su propio país.
La huida de batistianos y de miembros de la mediana y alta burguesía, perjudicada por las nacionalizaciones, le había servido al gobierno cubano para politizar el tema migratorio y desprestigiar a la emigración cubana. La Operación Pedro Pan, que sacó del país a unos 14.000 niños, había sido utilizada por los gobiernos de Cuba y EE UU para desacreditarse mutuamente. Pero lo que no estaba dispuesto a seguir permitiendo el gobierno revolucionario era el constante éxodo, ahora de profesionales.
Después de las declaraciones públicas del dictador, el deseo de querer emigrar (o haberlo hecho) comenzó a ser vigilado como razón de Estado. Pedir un permiso de salida contemplaría la muerte civil para el solicitante, cuyo nombre comenzaría a figurar en una lista negra. Todos sus bienes pasaban a ser minuciosamente inventariados y decomisados cuando se autorizaba la salida, que podía ser demorada meses o incluso años.
En su libro Diario para Uchiram (Verbum, Madrid, 2008), la escritora cubana Julia Miranda relata la odisea que significaba querer emigrar y ofrece un retrato del momento en que llegan a inventariar su casa "cuatro de los más repulsivos personajillos creados especialmente para nosotros":
"Los intrusos abrieron sus plumas y sus libros y comenzaron a apuntar, dos de ellos en los cuartos principales, deteniéndose en medio de cada habitación para mirar con ojos devoradores cada objeto, cada detalle. (…) Entré directamente hasta la cocina donde mi madre contaba, ayudada por uno de aquellos hombres, cada platico, cada tacita, cada jarro, cada cuchara. Miré sus canas y pensé que no había derecho a obligarla a realizar aquella labor…"
Y sigue la enumeración:
"Comencé, pues, a contar y dar el número exacto de mis vestidos, faldas, blusas, ajustadores, bloomers, medias, etc. Finalmente, y después de haber terminado con todo lo de la niña, hicimos lo mismo con las sábanas, toallas, fundas, almohadas, zapatos, carteras, collares, relojes, sortijas, en fin, con todos aquellos objetos que no constituyen un mueble o aparato, pues estos ya los habían inventariado desde el principio".
Julia Miranda resume:
"Aquel día sufrimos, de modo casi irreparable, la violación de nuestro hogar y las más desagradables horas de nuestra existencia".
El Estado se consumó como institución soberana del pillaje. En un fragmento documental insertado al inicio de la película Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea, puede contemplarse cómo los funcionarios de emigración obligaban a los que abandonaban el país a dejar sortijas y relojes… Se suponía que esos pequeños objetos irían, también, al Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados.
Crisis migratoria y conflictos con EE UU
A pesar de la ruptura de relaciones diplomáticas, Cuba y EE UU seguían enlazados por vuelos comerciales. En respuesta a las nacionalizaciones de empresas norteamericanas en la Isla y hacia 1962, durante el mandato de John F. Kennedy, el embargo estadounidense contra Cuba llegó a ser casi total. En octubre de 1962, durante la Crisis de los Misiles, el gobierno norteamericano suspendió los vuelos regulares entre las dos naciones.  Ya para entonces, habían salido de la Isla más de 270.000 personas.
Molesto por la cantidad de cubanos que abandonaban el país irregularmente —lo que figuraba (y figura) como un delito penado con varios años de cárcel—, el Máximo Líder acusó a EE UU de promover la emigración ilegal.
En su alocución del 28 de septiembre de 1965, Castro dijo que la emigración ilegal era utilizada para hacer "una incesante propaganda contra la Revolución, para contar cosas terribles, tenebrosas. A ellos no les ha importado que más de uno se haya ahogado. ¡Eso les importa un bledo a los imperialistas, si les sirve para hacer propaganda!".
"Podríamos habilitar (…) el puerto de Camarioca, en Matanzas, que es uno de los puntos más próximos, para que todo el que tenga algún pariente le damos permiso para venir en el barco, sea quien sea, con todas las garantías, avisando con tiempo por correspondencia. Y si no puede, que se dirija entonces, la correspondencia la pueden dirigir al Ministerio del Interior, sí, para que tenga todas las garantías; y si quieren, 48 horas de permanencia en el puertecito, para que una vez allí les avisen a los familiares que los vienen a buscar y se los lleven por un medio seguro", aseguró.
La provocación de una emigración masiva sería la táctica del dictador para forzar a EE UU a la negociación migratoria, estrategia que emplearía también con sobrado éxito durante el éxodo del Mariel (1980) y la Crisis de los Balseros (1994).
El puente marítimo Camarioca-Florida comenzó el 3 de octubre y terminó el 15 de noviembre de 1965, cuando los dos países acordaron poner fin a la emigración ilegal y establecer lo que se conoció como los Vuelos de la Libertad (1965-1973).
En las negociaciones migratorias entre Washington y La Habana salió a relucir una cifra: en Cuba existían más de 70.000 presos políticos. La dictadura se proponía dejarlos libres y permitirles la salida. A cambio, EE UU debía lograr la liberación inmediata de todos los cubanos presos por actividades subversivas en distintas naciones latinoamericanas y asegurar su traslado al país comunista. El gobierno norteamericano declaró que no podía negociar a nombre de otros estados.
A un año del comienzo de los Vuelos de la Libertad, el Congreso de EE UU aprobó el 2 de noviembre de 1966 la Ley Pública 89-732, The Cuban Adjustment Act, también conocida  como Ley de Ajuste Cubano, que permitiría a los refugiados cubanos ajustar el estatus migratorio al de residentes permanentes.
Campos de concentración y Campamentos de Apátridas
Como el Ministerio del Interior tenía noticias de qué cubano era desafecto o un apestado, se implantó el trabajo obligatorio como forma de reeducación. "El trabajo los hará hombres", era el cartel que aparecía a la entrada de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), los campos de concentración que el gobierno castrista creó el 19 de noviembre de 1965, a los pocos días de cerrarse el puerto de Camarioca.
En los tres años que duró aquel experimento, por allí pasaron unos 25.000 hombres, básicamente jóvenes en edad militar, entre los cuales había religiosos, homosexuales y hippies, los nuevos apestados del sistema totalitario. "Las alambradas, las torres de vigilancia, y los barracones son análogos a los que popularizaron Lenin, Stalin y Hitler". Son palabras del sacerdote católico Carlos Manuel de Céspedes.
Paralalemente a la creación de las UMAP, se establecieron campos de trabajo forzado en la agricultura, en régimen paramilitar, a los cuales serían enviadas las personas que manifestaban su deseo de emigrar. El trabajo agrícola era condición para otorgar el permiso de salida, y muchos de los que intentaron evadir esos trabajos eran condenados a prisión.
En 1968, en plena Ofensiva Revolucionaria, el gobierno bautizó los campos de trabajo forzado con un nuevo nombre. Los llamó Campamentos de Apátridas y los mantendría en vigor hasta mediados de los 70. Decenas de miles de cubanos pasaron por esa suerte de gulag castrista, básicamente hombres que sobrepasaban la edad del servicio militar obligatorio. A los varones entre 15 y 26 años no se les permitía emigrar. Por lo general, las mujeres sin hijos menores de 7 años eran enviadas a granjas avícolas en un régimen menos severo.
El departamento de orden público de esos campos llevaba un estricto control de cada ciudadano, y vigilaba con especial interés "los casos de homosexualidad".
En Diario para Uchiram, Julia Miranda reproduce íntegramente el Reglamento para Campamentos de Apátridas .
 Cito aquí fragmentos:
"La organización de los albergues será semi-militar. Los elementos se formarán por escuadras, pelotones y compañías. (…) [El jefe de brigada] llevará  (…) una libreta de orden alfabético donde consten los siguientes datos: nombre y apellidos, dirección exacta, oficio, edad, si padece alguna enfermedad, y al reverso le señalará los pases otorgados, y las cortes disciplinarias a las que fue sometido [cada miembro de la brigada]. (…) Los miembros de la brigada (albergue) están obligados a desempeñar las labores a ellos encomendadas, rendimiento al máximo de productividad y calidad".
En repetidas ocasiones, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dirigió comunicados al gobierno cubano solicitando el cese de las actividades represivas contra los que se planteaban emigrar.
El régimen de La Habana siempre respondió con el silencio, y continuó despidiendo de sus puestos de trabajo a los solicitantes de permisos de salida y enviándolos a desempeñar labores agrícolas obligatorias, con excepción de los médicos, que permanecerían en constantes guardias localizables y sin derecho reconocido al descanso.
Muchos médicos pendientes de su "liberación" vivieron en esa pesadilla durante una década. Personas de otras profesiones, incluidos los funcionarios, también afrontarían serias limitaciones para emigrar.
Los apátridas
La palabra "apátrida" ha quedado como una de las formas de insulto que peor utiza la dictadura cubana para referirse a todos los nacionales identificados como contrarios a la revolución. Según la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de la ONU, ese término designa "a toda persona que no sea considerada como nacional suyo por ningún Estado, conforme a su legislación".
Antes de amenazar con retirar la nacionalidad, el gobierno cubano puso en ejecución —como medida de represión política— la cancelación y retirada de pasaportes a residentes en el extranjero. Si bien esos actos no dan constancia per se de que se haya producido una pérdida legal de nacionalidad, el solo hecho de no poder contar con documentación del país del que un ciudadano es originario, colocaba a la persona en un estado de indefensión jurídica, cercana a la apatridía.
El gobierno cubano nunca ha revelado cifras de a cuántos ciudadanos les retiró efectivamente la nacionalidad, abandonándolos como apátridas. Lo que sí hay constancia es del cuño de "salida definitiva" estampado en los pasaportes de los nuevos apestados. Y también de que existieron Campamentos de Apátridas para ciudadanos cubanos dentro de su propio país.
En los años 70, la CIDH se interesó por la suerte de varias personas con doble nacionalidad por nacimiento, la cubana y la estadounidense, a los que se les impedía salir del país. Después de varios años retenidos, el régimen los obligó a renunciar a la nacionalidad cubana, como requisito para autorizarles la salida.
La CIDH emitió una resolución en la que denunció el asunto como un "caso grave y reiterado de violación de los derechos de justicia y de protección contra la detención arbitraria, consagrados en los Artículos VIII y XXV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre".
Con la Constitución Socialista de 1976, el régimen se consagró a sí mismo en el poder, y estableció la discriminación como política de Estado, intentado dar viso legal a todas las arbitrariedades ejercitadas desde los tempranos días de enero del 59. El derecho de cada cubano a entrar y salir libremente de su país, se esfumó, como por arte de magia, también de la nueva Ley de leyes.
Dispuesto a superarse siempre, el gobierno de Fidel Castro quedaba facultado para inaugurar los actos de repudio televisados y la deportación de ciudadanos. Así hizo durante el  éxodo del Mariel. Desde entonces, nunca les han faltado personas indefensas a las que golpear. Ni otras a las que deportar.
Tomado de:
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/8952-la-isla-del-nunca-jamas
Fotos sobre el éxodo de cubanos en 1965 por Camarioca
http://www.flickr.com/photos/dukeunivlibraries/3768223845/

viernes, 18 de abril de 2014

Despedida



Dame  lo que te sobra
de todo lo que no tienes:
una gota de ternura,
un minuto de alegría,
un segundo de entendimiento,
un tramo de anhelos,
una mirada limpia,  
una tarde de ensueños,
mariposas  en el aire,
melodías en el viento...
¡Todo lo que necesito
para combatir mis tedios!.

Tal vez un gramo de amor
sirviera para algo,
quizás la brújula
del desatino
se enderezara un poco,
pero eso es imposible;
no se puede dar
lo que no se tiene

A cambio te regalo
mis noches de insomnio,
mi soledad perenne,
mis dudas,
mi desamor
mi desaliento,
mi gesto fruncido,
mi mirada escéptica,
mi voz perdida
en los muros del silencio.

Como tanto te sobra
y tanto me falta,
mejor me quedo
con tu gran indiferencia,
tu desidia
tu frialdad,
tus desajustes,
tus equívocos, 
tus imposiciones,
tu tozudez rampante,
todo lo negativo
de tu vida errante.

Así te borro definitivamente
de esta memoria mía,
tan lacerante y altiva
que no admite perdones
ni pide explicaciones.

Como soy  dadivosa,
me conformo con darte
el punto final de la historia
de lo que nunca fue,
ni será,
como tú la querías.

                                             Esperanza E Serrano


martes, 15 de abril de 2014


Sangre de horchata.

"Sangre de horchata"
Era demasiado niña cuando escuché por primera vez la frase: " Ese tipo tiene sangre de horchata".
Se la escuché a unos vecinos de mi barrio que jugaban dominó en casa de una tía. Los vecinos se referían a un señor llamado Serafín,-nunca supe su apellido- .
Aquella frase me dio vueltas en la cabeza por mucho tiempo. Yo no sabía a ciencia cierta qué cosa era la horchata, pues lo mismo podía ser un atole hecho de maicena, un majarete aguado, un jugo de guanábana, qué cualquier otra bebida hecha con frutas machacadas. Lo cierto es que cada vez que veía a Serafín, (yo, una mocosa de apenas cinco años) lo miraba de arriba abajo, con ojos curiosos, inquisidores, investigadores.
En mi inocencia, el hecho de que Serafín tuviera sangre de horchata, le daba un carácter especial. Serafín se convirtió en mi "héroe", porque, indiscutiblemente, él era muy diferente a los jugadores de dominó que tan mala impresión me causaban a mi corta edad ya que siempre andaban con una botella de ron y un tabaco en la mano- la mayor parte de las veces con el torso desnudo, -alardeando de sus efímeras victorias en la mesa del dominó.
Debo confesar que a mi padre también le escuché la expresión en varias ocasiones, pero él no se refería a Serafín sino que la soltaba cuando se molestaba con las travesuras de mis hermanos. Textualmente mi padre exclamaba: ¡Con estos muchachos hay que tener sangre de horchata, para no sonarles cuatro cintazos.!¨" Mi padre no era fácil de carácter. Cuando se molestaba Don Juan Serrano, la casa entera se sumía en el silencio absoluto. Hasta el vuelo de una mosca se podía escuchar.
Por supuesto que escuchar esa frase en boca de mi padre en momentos así, le daba una connotación mucho más especial al concepto que mi febril imaginación se iba forjando sobre el asunto. Tener sangre de horchata, era algo especial. No todo el mundo gozaba de ese privilegio, por lo menos en mi barrio.
Les cuento que por años duró mi fascinación con aquel campesino bonachón, alegre y siempre servicial, al que conocíamos como Serafín. Quizás él nunca sospechó cuán alegre brincaba mi corazoncito cuando lo veía pasar en su caballo y más aún cuando me sonreía y me saludaba con el orgullo propio de los héroes infantiles.
Pasó el tiempo y con él fuí perdiendo la inocencia.
Un buen día me enteré que a Serafín lo bautizaron como "el tipo con sangre de horchata porque su mujer, Dora, lo manipulaba a su antojo, al extremo de que los más chismosos también le llamaban el tarrú del barrio. No olviden que en la idiosincracia cubana, el machismo está super arraigado, y en Oriente, mucho más.
Serafín era un pobre infeliz que no se inmutaba con nada, por eso dejó de ser mi héroe en la medida en que yo me iba volviendo rebelde con la cercanía de la adolescencia.
Hoy, mirando esas fotos que he puesto en este post, tengo que recurrir a mi padre:
¡Hay que tener sangre de horchata para no morirse de pena al ver lo que es nuestra patria hoy!.
¡Caramba qué falta hace que se acabe esa maldita pulpa (vaya usted a saber de dónde la sacan) con la que preparan el jugo que se toman por la mañana los cubanos como desayuno habitual, después de darse su acostumbrado baño de quimbombó!
Esperanza E. Serrano.
Nota:
Horchata es el nombre de una bebida azucarada que, dependiendo de los productos utilizados para su elaboración puede ser:
W http://es.wikipedia.org.wiki/Horchata
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El uso de la expresión "Tener sangre de horchata" es muy frecuente en Cuba y en Mexico.
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Reall Academia de la Lengua Española:
Horchata:
1. f. Bebida hecha con chufas u otros frutos, machacados, exprimidos y mezclados con agua y azúcar.
Sangre de horchata:
f. coloq. Carácter calmoso que no se altera por nada.

lunes, 14 de abril de 2014

Desempolvando archivos

Mis lazos con la tierra donde nací son afectivos





Hoy me levanté pensando en los conceptos: Patria y Nación.
La Real Academia de la Lengua Española los define de la siguiente manera:
Patria
1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
2. f. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.
Nación
(Del lat. natĭo, -ōnis).
1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno.
2. f. Territorio de ese país.
3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

Pensando en ambos términos me dio por revisar la actual Constitución Cubana en busca de esos vínculos jurídicos que debieran atarme a mi patria. Busqué la Constitución Cubana vigente en
Gaceta Oficial, de la Republica de Cuba. Publicación Digital: "Constitución de la República de Cuba.
Revisando la nota introductoria de este documento leo:

..." La Constitución también fue modificada con el fin de garantizar y ampliar el ejercicio de numerosos derechos y libertades fundamentales y los derechos civiles y políticos de los ciudadanos y extranjeros.
El 10 de junio del 2002, el pueblo de Cuba, en un proceso plebiscitario popular sin precedentes, puesto de manifiesto tanto en la Asamblea Extraordinaria de las direcciones nacionales de las organizaciones de masas; como en actos y marchas realizados el día 12 del propio mes de junio a todo lo largo y ancho del país, en los que participaron más de nueve millones de personas y para la firma pública y voluntaria de 8 198 237 electores durante los días 15, 16 y 17 de ese mismo mes ratificaron el contenido socialista de esta Constitución en respuesta a las manifestaciones injerencistas y ofensivas del Presidente de los Estados Unidos de América, e interesaron de la Asamblea Nacional del Poder Popular reformarla, para dejar expresamente consignado el carácter irrevocable del socialismo y del sistema político y social revolucionario por ella diseñado, así como que las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con otro Estado no pueden ser negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera, ante lo cual el órgano supremo de poder del Estado, en sesión extraordinaria, convocada al efecto, adoptó por unanimidad el Acuerdo No. V-74, por el que se aprobó la Ley de Reforma Constitucional el 26 de junio del 2002"...

Aclaro que no estaba en Cuba cuando se hizo esta enmienda. Cuando residía allá tampoco voté por semejante Constitución.

Continúo leyendo:

ARTICULO 1.-Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana.

Este artículo 1 me conmueve: ¡Qué lindo suena! Pero que gran mentira!

Sigo leyendo.

ARTICULO 3.-En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes.
Todos los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución.
El socialismo y el sistema político y social revolucionario establecido en esta Constitución, probado por años de heroica resistencia frente a las agresiones de todo tipo y la guerra económica de los gobiernos de la potencia imperialista más poderosa que ha existido y habiendo demostrado su capacidad de transformar el país y crear una sociedad enteramente nueva y justa, es irrevocable, y Cuba no volverá jamás al capitalismo...
Apenas he leído los tres primeros artículos de esa Constitución, y ya sospecho que no tengo jurídicamente ningún vinculo con la tierra donde nací y viví 47 años de mi vida. Como tengo algo de "masoquista" sigo leyendo...










ARTICULO 13.-La República de Cuba concede asilo a los perseguidos por sus ideales o luchas por los derechos democráticos, contra el imperialismo, el fascismo, el colonialismo y el neocolonialismo; contra la discriminación y el racismo; por la liberación nacional; por los derechos y reivindicaciones de los trabajadores, campesinos y estudiantes; por sus actividades políticas, científicas, artísticas y literarias progresistas, por el socialismo y la paz.
Con este artículo 13 se legaliza en Cuba el asilo y la residencia de miembros de la ETA, la FARC y cualquier otra organización "revolucionaria". Se les concede asilo político a los que comparten la ideología marxista -fidelista. Sin embargo los cubanos que nos oponemos a esa ideología sectarista nos vemos obligados a emigrar.

Más adelante me detengo en:

ARTICULO 53.-Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista. Las condiciones materiales para su ejercicio están dadas por el hecho de que la prensa, la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada, lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad. La ley regula el ejercicio de estas libertades.
..

Más claro ni el agua. Todo esta regido de acuerdo a los fines del socialismo cubano. Contra él, todo es ilegal: Ley mordaza, a la fuerza, reforzada en los siguientes artículos :
ARTICULO 57.-La correspondencia es inviolable. Sólo puede ser ocupada, abierta y examinada en los casos previstos por la ley. Se guardará secreto de los asuntos ajenos al hecho que motivare el examen.
El mismo principio se observará con respecto a las comunicaciones cablegráficas, telegráficas y telefónicas.
ARTICULO 62.-Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible.
....
Es decir, el propio pueblo cuando "votó" por esa Constitución se puso la "soga al cuello"
....
ARTICULO 65.-La defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano.
La ley regula el servicio militar que los cubanos deben prestar.
La traición a la patria es el más grave de los crímenes; quien la comete está sujeto a las más severas sanciones.
ARTICULO 66.-
El cumplimiento estricto de la Constitución y de las leyes es deber inexcusable de todos."...
...
En el articulo 65 se define a qué se refiere este documento: se trata de la Ley Suprema de la Patria Socialista de la dinastía castrista y su élite gobernante
Ahora entiendo por qué jurídicamente no tengo vínculos con mi patria de origen. El socialismo me excluye como a tantos otros cubanos que andamos regados por el mundo, también excluye a los miles que, dentro de Cuba, se oponen a los principios de esa patria socialista, impuesta en esa aberrante Constitución. De ahí que sostengo que el Articulo 1 es una gran mentira. No se trata de una patria con todos y para el bien de todos los nacidos en Cuba, sino de una patria que solo incluye a los que apoyan a ese Estado Socialista, centralista.

No quiero hacer un post demasiado largo, ni desviarme del tema, pero me parece
oportuno señalar que, los que escribieron semejante documento, han utilizado hipócritamente a la figura de José Martí como garante de esa patria socialista donde sólo caben los fidelistas-socialistas. Con razón muchos piensan que existieron dos José Martí: uno comunista y otro democrático liberalista. Tal vez los psicólogos cubanos al servicio del régimen justifiquen esta creencia argumentando que nuestro Héroe Nacional, nuestro Apóstol, sufría de bipolaridad.




Volviendo a los vínculos jurídicos que debieran unirme a mi patria.

Me detengo a leer los artículos del Capitulo XIII: Tribunales y Fiscalía. Hago una parada necesaria en:




ARTICULO 127.-La Fiscalía General de la República es el órgano del Estado al que corresponde, como objetivos fundamentales, el control y la preservación de la legalidad, sobre la base de la vigilancia del estricto cumplimiento de la Constitución, las leyes y demás disposiciones legales, por los organismos del Estado, entidades económicas y sociales y por los ciudadanos; y la promoción y el ejercicio de la acción penal pública en representación del Estado.
La ley determina los demás objetivos y funciones, así como la forma, extensión y oportunidad en que la Fiscalía ejerce sus facultades al objeto expresado.


ARTICULO 128.-La Fiscalía General de la República constituye una unidad orgánica subordinada únicamente a la Asamblea Nacional del Poder Popular y al Consejo de Estado.
El Fiscal General de la República recibe instrucciones directas del Consejo de Estado.
Al Fiscal General de la República corresponde la dirección y reglamentación de la actividad de la Fiscalía en todo el territorio nacional.
Los órganos de la Fiscalía están organizados verticalmente en toda la nación, están subordinados sólo a la Fiscalía General de la República y son independientes de todo órgano local. "
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Después de tan agotadora lectura y de analizar todos los artículos de esta infamante Constitución, me queda bien claro que, jurídicamente, no tengo ningún lazo con esa patria socialista. Siento mucha pena con aquellos cubanos que la defienden ciegamente: ¡Qué equivocados están!


Mis lazos con mi patria son afectivos, y por ese amor que me une a mi pueblo mantengo la esperanza de que algún día Cuba sea, no la patria socialista, sino la patria de todos y para el bien de todos los cubanos. Patria por la que lucharon Martí y todos los próceres de nuestras guerras de independencia: una patria incluyente, pluralista, democrática, gobernada con leyes propias y ajustables a todas las características propias del país, incluyendo sus elementos naturales.


Del José Martí democrático, humanista al que tanto he admirado, sin que eso me lleve a sobre dimensionar su valor como patriota y como ser humano, he tomado las siguientes definiciones:



"Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas"


"La patria es sagrada, y los que la aman, sin interés ni cansancio, le deben toda la verdad."
"De la patria puede tal vez desertarse, mas nunca en su desventura"

"De altar se ha de tomar a Cuba para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal para levantarse sobre ella".


Esperanza E Serrano

miércoles, 9 de abril de 2014

Automasaje para reducir el abdomen

¿Quieres reducir esa grasa localizada en el abdomen y no sabes cómo? ¿Has hecho dieta, ejercicio, estás en tu peso ideal y aún así sigues teniendo grasa abdominal? Entonces es momento de probar el automasaje para reducir el abdomen. Los automasajes son beneficiosos para la salud y existen de todo tipo, desde fines estéticos a médicos y en cualquier parte del cuerpo.

El arte del automasaje

El cuerpo humano reacciona ante la presión, y de esta forma estimula diferentes funciones. En general, hay tres métodos para hacer un masaje: movimientos, presiones y pequeños golpecitos.
En general, los masajes se utilizan para la reducción de la tensión y el alivio de las tensiones. También es útil para aliviar dolores -los más comunes, los de las piernas, los pies y la espalda-.
Automasaje-para-reducir-el-abdomen-1.jpg Fuse/Thinkstock
En el sentido estético, el masaje se utiliza para drenar líquidos, mejorar el aspecto de la celulitis o adelgazar. En el caso del estómago, muchas veces es el estrés el que nos impide eliminar la grasa restante, o simplemente nos hace sentir hinchados. Esto se debe a que la producción de cortisol en el cuerpo hace que se pare la digestión de los alimentos, reservando la energía para que el cuerpo luche contra el enemigo. El masaje permite que se elimine esta tensión y se mejore notablemente la hinchazón abdominal.
Además, los masajes en el área abdominal mejoran la circulación de la sangre y, por ende, aumentan el metabolismo, lo que ayuda a perder peso. También tonifica los músculos y el calor generado derrite las adiposidades.
Por último, el automasaje estimula los sistemas cardiovascular, linfático y el sistema digestivo, necesarios para la eliminación de toxinas y el exceso de residuos, lo que ayudará a perder peso.

Cómo hacer un automasaje

Automasaje-para-reducir-el-abdomen-2.jpg FogStock/Thinkstock
Hay diversos automasajes para reducir el abdomen, todos son útiles ya que sirven para diferentes aspectos.
El masaje más simple y tal vez hasta intuitivo consiste en masajear, rodar, pellizcar suavemente y amasar la zona abdominal por unos cuantos minutos.
En el caso de que tengamos el estómago hinchado, antes de exhalar debemos mover la mano derecha en el lado derecho del abdomen, y la izquierda en el costado izquierdo, ambas en el sentido de las agujas del reloj, 10 veces mínimo. Los círculos deben seguir haciéndose, esta vez yendo hacia el centro del abdomen. Al llegar allí, vamos primero hacia arriba, y luego hasta la zona de la ingle. El masaje debe durar aproximadamente 10 minutos en total.
Si lo que tienes es retención de líquidos, no dudes en seguir los pasos de este vídeo sobre un automasaje de drenaje linfático y verás cómo te deshaces de todo ese líquido sobrante:










El masaje chi nei tsang

Por último, podemos llevar a cabo un automasaje llamado chi nei tsang. Podemos hacer los cuatro primeros pasos todos los días, y la rutina completa una vez a la semana:
  1. Nos acostamos boca arriba con las rodillas levantadas y los pies planos, apoyados en almohadas.
  2. Respiramos profundamente, llevando la presión del aire desde el sacro hasta llegar al piso pélvico. Exhalamos hundiendo el pecho y el abdomen lo máximo posible. Debemos respirar así durante todo el masaje.
  3. Utilizando las yemas de los dedos de ambas manos, masajeamos alrededor del ombligo por 5 minutos. Esto mejorará la digestión, alivia tensiones, elimina la retención de líquidos y ayuda a bajar de peso.
  4. Las manos se colocan por todo el abdomen pero lejos del ombligo, y durante 5 minutos bombean alternativamente el vientre.
  5. Debajo de las costillas del lado izquierdo, masajeamos con firmeza hacia abajo, hacia la zona del ombligo. Repetimos en el lado derecho.
  6. En la parte inferior del abdomen hacemos movimiento circulares, dos veces en el sentido de las agujas del reloj y dos al revés. Deben ser movimientos suaves que vayan desde la pelvis hasta el ombligo.
  7. Ponemos las manos sobre el abdomen y le damos calor por un par de minutos. Respiramos suavemente.

domingo, 23 de marzo de 2014

Consejos sanos: Qué comer para evitar la caída del cabello

Una mala alimentación, a causa del estrés o las dietas restrictivas, provoca que el pelo se muestre sin brillo y empobrecido.
Qué comer para evitar la caída del cabello

Alimentos buenos para la salud del cabello  
i. g. peña@IreneGomezPena

La caída del cabello es un hecho que nos preocupa y que estigmatiza tanto a hombres como a mujeres. Cuando el pelo clarea y la almohada se llena de «pistas» corremos al médico o al herbolario para que nos receten pastillas que remedien el efecto «entradas». Sin embargo, la prevención la tenemos mucho más cerca, en concreto, en la mesa en la que comemos.
Esto es lo que explica la nutricionista italiana Daniela Morandi, famosa por su innovador programa de «reseteo nutricional» en las italianas Termas de Saturnia y para quien la caída del cabello se puede evitar si controlamos lo que comemos.

¿Crees que comemos peor que antes?

El estrés y la situación inestable que vivimos eleva los niveles de insulina a causa de la generación de cortisoles, que es la hormona anti-estrés. De aquí se deriva una mayor atracción hacia alimentos ricos en azúcar, como los carbohidratos dulces o salados, con un alto índice glicémico (carbohidratos malos). La crisis nos hace comer mal y nos lleva a ingerir este tipo de alimentos porque cuestan menos que la carne, la verdura o la fruta.

¿Crees que hay una dieta perfecta?

No se puede generalizar porque cada organismo es un mundo en sí. Digamos que se adelgaza si se sigue una alimentación óptima basada en la ingesta de frutas y verduras, además de una cantidad adecuada de proteínas magras y de aceite de oliva. Desafortunadamente el consumo de carbohidratos debería ser limitado y en algunos casos eliminado por su alto índice glicémico.

¿Hay alimentos malos?

No, en absoluto. En el caso de la leche y el queso, depende del hecho de que existan en el organismo más o menos enzimas para digerirlos. Algunas personas las pierden y, por tanto, estos alimentos no les sientan bien. En cuanto a los carbohidratos de alto índice glicémico, su uso crea una inflamación celular, dañina para el organismo. No obstante, no hay alimentos malos sino dietas restrictivas que inducen a una malnutrición.

¿Hay relación entre el pelo y los alimentos?

Una parte estructural del pelo está compuesta por proteínas, que son un elemento fundamental. A menudo una de las causas de la debilidad y caída del pelo es un incorrecto aporte nutricional. Tanto una dieta vegetariana como un ayuno y una dieta hipercalórica, si no son controladas por un experto, pueden causar la pérdida del cabello.

¿Qué alimentos son buenos para el cabello?

Las frutas y las verduras, en general, son buenísimas por sus vitaminas y sales minerales –sobre todo las verduras de hoja verde, con un alto contenido de vitamina A–, el brócoli, el tomate, los champiñones y las judías verdes, con mucha vitamina B.
El hierro de la carne roja, las espinacas y la verdura son fundamentales para la oxigenación del cuero cabelludo y la pigmentación del cabello. El cobre es básico y lo encontramos en los mariscos , las espinacas y las nueces. Se trata de un componente importante para la síntesis de la melanina del pelo.
El zinc, que se encuentra en carnes y pescados, es imprescindible para el crecimiento del pelo y el azufre, en carnes blancas y en carnes como el hígado, es fundamental para fortalecer el pelo débil y quebradizo.
El aceite de oliva, el chocolate, la salvia y la albahaca desempeñan una función antioxidante gracias a la presencia de polifenoles y, por otro lado, el magnesio -presente en almendras- activa las reacciones enzimáticas importantes para la salud del cabello.
El pescado contiene muchas proteínas y algunas especies son ricas en selenio, últio para combatir los radicales libres. Los piñones, por su parte, mantienen el pelo joven porque contienen resveratrol, proteínas con la función de «apagar» los genes que conllevan un envejecimiento precoz del cabello.

¿Cuántas veces a la semana?

Lo más adecuado es combinar todos estos alimentos en una cantidad adecuada (no en exceso) cada vez que comemos. Sobre todo pocas proteínas, muchas verduras y, al menos, una fruta al día. No debemos olvidar el aceite de oliva, que es un potente antioxidante.