Te ofrezco mis manos,
ven, acércame las tuyas...
Tratemos de tocar con ellas
los primeros destellos del alba...
Verás cómo el sol se detiene
y nos brinda un trago de su luz
para calentarnos el alma.
Vamos a empezar nuestro día
cogidos de las manos;
vamos a entrelazar las rutas
de estas líneas paralelas
que persisten en alejarnos.
Vamos a remontarnos lejos
para buscar aquellas noches
que se nos quedaron dormidas,
vamos a rescatar los besos
que no nos dimos por temor
a desatar la furia de las dudas.
No te quedes ahí, como si nada.
Aprende a liberarte de ti mismo
ensayando la sonrisa de la vida.
Si te quedas ahí, nos condenarás
al fracaso inutil de los sueños,
se nos irá el sol y también el alba.
Se hará tarde y ya no estaré aquí,
ofreciéndote mis manos,
para alcanzar ese rayo de luz
que nos despierte el alma.
Esperanza E Serrano
Fort Myers, 2008
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