Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé
Galas de Cuba
Cuba mi suelo querido,
que desde niño adoré,
siempre por ti suspiré
de dulce afecto rendido.
Por ti en el alma he sentido
gratísima inspiración.
Disfruta mi corazón
por tu dulcísimo encanto,
y hoy te bendigo y te canto
de mi ruda lira al son.
Cuba delicioso edén
perfumado por tus flores
"quien no ha visto tus primores,
ni vio luz ni gozó bien"
Con dulcísimo vaiven
besan tus playas los mares,
se columpian tus palmares,
gime el viento dulcemente
y adornan tu regia frente
blancos lirios y azahares.
Los nísperos que florecen
en las vegas de tus ríos
forman dulces murmuríos
si al son del viento se mecen;
te adornan y te embellecen
montes y cañaverales,
susurran tus caimitales,
te cantan los ruiseñores,
y arrulladas son tus flores
por las brisas tropicales.
En la provincia oriental,
bajo el cielo peregrino,
se eleva el monte Turquino,
siempre verde y colosal.
Allí el alegre zorzal,
sobre las ramas saltando,
ve en los peñascos rodando,
las flores que el viento quiebra
y a tu ardiente sol celebra
con su canto dulce y blando.
Tú tienes risueños prados
y seductoras campiñas,
dulces y fragantes piñas,
aves raras y ganados.
En tus montes elevados
se columpian las jocumas,
y en las plateadas yagrumas
que se elevan en el llano,
el tocororo cubano
luce sus variadsa plumas.
Tus cristalinos torrentes,
que entre flores se deslizan,
tus praderas fertilizan
con sus límpidas corrientes.
Hay a orillas de tus fuentes
bellezas indescriptibles,
y allí los juncos flexibles
en la vernal estación
besan las aguas al son
de los vientos apacibles.
Ostenta en ti el cocotero
sus primorosos racimos,
siendo sus frutos opimos
envidia del extranjero.
Tus diagames en enero
florecen siempre lozanos,
mil primores soberanos
tu faz de nácar destella,
y eres "la tierra más bella
que vieron ojos humanos."
Las guajiras entre flores
nacen en tus campos bellos
tienen negros los cabellos
y los ojos seductores;
con sus gracias y primores,
son gratas cual la ambarina,
donosas como una ondina,
dotadas de ardientes almas,
esbeltas como tus palmas,
dulces como mi Rufina.
Son tus aguas exquisitas
y regaladas tus frutas,
y bellísimas las grutas
de las lomas de Cubitas.
Mil bellezas infinitas
hay en medio de tus montes,
y a tus vastos horizontes
espléndida luz colora,
cuando al despuntar la aurora
cantan tus pardos sinsontes.
Son risueñas tus marañas
y tus bosques pintorescos,
y tus cedros gigantescos
se alzan sobre las montañas.
Tus plátanos y tus cañas
al caminante recrean,
te adornan y te hermosean,
de tu alma son los destellos,
y son azules y bellos
los mares que te rodean.
Se elevan los yamaqueyes
en tus terrenos feraces,
y se anidan las torcaces
en tus esbeltos mameyes,
sobre tus altos jagüeyes
se alzan las ceibas lozanas,
ostentan las yuraguanas
verdes pencas bulliciosas
y son alegres y hermosas
tus dilatadas sabanas.
Dichoso el que admira en ti
tus praderas florecientes,
tus ceibas y tus torrentes
y tu cielo azul turquí.
Tú eres siempre la que a mí
me inspira "cantos cubanos"
la patria de mis hermanos,
del Nuevo Mundo una estrella,
y en fin "la tierra más bella
que vieron ojos humanos."
J.C.N.F. El Cucalambé.
(1829.¿?)