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martes, 30 de noviembre de 2010

Del romanticismo cubano (Siglo XIX)

A un arroyo

¿Veis ese arroyuelo blando
que va la yerba lamiendo,
cómo se acerca sonriendo,
cómo se aleja llorando?

Es una blanca madeja
que con sus hebras encanta:
Cuando se aproxima canta,
y llora cuando se aleja.

Cinta de cristal sonora
que en aljófar se deslíe,
como un alma alegre ríe,
como un alma triste llora.

Ya forma en su murmurío
copas de blancas espumas,
rizados como las plumas
de las ánades del río.

Ya temblando se alboroza
si el aura sus linfas mece,
o bien corriendo parece
que se queja o que solloza.

Y cuando viene a besar
las flores con su corriente,
se llega tan mansamente
que no se siente llegar.

Entre sus espumas frías
y mis yertas ilusiones,
hay vagas palpitaciones
de secretas simpatías.

El baja del soto umbrío
solo, humilde, sin estruendo,
y va corriendo, corriendo
hasta perderse en el río.

Su existencia viene a ser
una existencia latente,
que corre tan mansamente,
que no se siente correr.

Y yo con paso ligero
busco el lugar del olvido,
trovador desconocido,
ignorado caballero.

Vengo a su orilla a sentir
la fe muerta, el bien pasado,
y a vivir tan ignorado
¡que no me sienta vivir!

Autor: José Joaquin Palma

Prestigioso poeta cubano. Nació en Bayamo, el 11 de septiembre de 1844.
En 1968 se unió al Grito de la Demajagua
Fue ayudante de Carlos Manuel de Céspedes y redactor del periodico "El Cubano Libre"
En 1873 salió a cumplir una misión del Gobierno en Armas en Centro América. Residió ,por muchos años, en Honduras y Guatemala. Es el autor de la letra del himno nacional de Guatemala.
Se unió a José Martí y regresó a la isla a combatir en la guerra de 1895.
Al instaurarse la República de Cuba, el primer presidente: Don Tomás Estrada Palma lo designó Cónsul General en Guatemala. Allí lo sorprendió la muerte el 2 de agosto de 1911.

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