La música, fiel redentora de todas mis heridas. En días como hoy, escuchar a Plácido Domingo es el mejor bálsamo, la dicha secreta de remontarse al infinito y tocar las estrellas, y desde alli olvidar todas las penas...
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Esperanza, Alma sublime y gentil, ¡cuánto me hubiera gustado haberte conocido en tus años mozos... ! Hoy serías la abuela de mis nietos Jacob
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Esperanza, Alma sublime y gentil, ¡cuánto me hubiera gustado haberte conocido en tus años mozos... !
Hoy serías la abuela de mis nietos
Jacob
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