Por: Aleaga Pesant.
LA HABANA, Cuba, 4 de marzo ( www.cubanet.org/ ) -Algunos de los abandonados edificios de los desaparecidos Escuelas Secundarias Básicas en el Campo (ESBEC) e Institutos Pre Universitarios en el Campo (IPUEC), otrora baluartes de la revolución educativa del gobierno militar cubano, se reconstruyen ahora para reciclarlos como prisiones, según un oficial del Ministerio del Interior en la Provincia Artemisa, que pidió el anonimato, y otras fuentes.
Las antiguas escuelas secundarias y preuniversitarias del Plan Ceiba, ubicadas en el municipio Caimito, de la provincia Artemisa, Jorge Dimitrov (Ceiba 7), Simón Bolívar (Ceiba 5), Leoncio Prado (Ceiba 9), Vicente Pérez Noa (Ceiba 4) y Turcios Lima (Ceiba 2), en las cercanías de las poblaciones de Caimito y Ceiba del Agua, ya se convirtieron en prisiones para hombres y mujeres.
La fuente indica que los centros penitenciarios son clasificados como de “menor rigor”, y los reos internados allí trabajaran en los campos de cítricos, o en los almacenes provinciales del MININT en Ceiba del Agua. Las mujeres, internas en los edificios de la antigua Ceiba 6, Yuri Gagarin, la mayoría de las cuales son convictas de prostitución, asedio al turismo u otros delitos afines, trabajaran en un taller de costura, para el cual ya se instalan las maquinas necesarias. La fuente añadió que la mayoría de los reos hombres son convictos de corrupción.
Durante medio siglo el gobierno militar se vanaglorió de realizar una verdadera revolución en la educación de la isla, que comenzó con la llamada campaña de alfabetización a principios de los 60, la creación de varias universidades y la proyección de la enseñanza politécnica. Uno de los más repetidos lemas de la propaganda política de la dictadura rezaba: “Convertir los cuarteles en escuelas”.
Más tarde vinieron las escuelas en el campo que, según las autoridades, se basaban en el principio de combinar estudio y trabajo para la formación integral de los alumnos; pero pronto se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza financiero, para el Estado, y familiar, para las familias de los educandos, que eran alejados del hogar en la difícil edad de la adolescencia. Más recientemente el gobierno cerró todos los Institutos Pre Universitarios existentes en las ciudades, dejando a los estudiantes la única opción de becarse en los centros construidos en el campo. El descabellado proyecto contribuyó a la descomposición de la familia, y generó altos niveles de promiscuidad, pre delincuencia, además de bajo rendimiento económico y académico.
Con la llegada de Raúl Castro a la presidencia del país, los incosteables ESBEC e IPUEC fueron cerrados y algunas de sus edificios fueron convertidos en edificios de viviendas, otros en prisiones, mientras que un grupo importante de estas edificaciones, en lugares como Isla de la Juventud y Jagüey Grande, permanecen abandonados.
aleagapesant@yahoo.es
LA HABANA, Cuba, 4 de marzo ( www.cubanet.org/ ) -Algunos de los abandonados edificios de los desaparecidos Escuelas Secundarias Básicas en el Campo (ESBEC) e Institutos Pre Universitarios en el Campo (IPUEC), otrora baluartes de la revolución educativa del gobierno militar cubano, se reconstruyen ahora para reciclarlos como prisiones, según un oficial del Ministerio del Interior en la Provincia Artemisa, que pidió el anonimato, y otras fuentes.
Las antiguas escuelas secundarias y preuniversitarias del Plan Ceiba, ubicadas en el municipio Caimito, de la provincia Artemisa, Jorge Dimitrov (Ceiba 7), Simón Bolívar (Ceiba 5), Leoncio Prado (Ceiba 9), Vicente Pérez Noa (Ceiba 4) y Turcios Lima (Ceiba 2), en las cercanías de las poblaciones de Caimito y Ceiba del Agua, ya se convirtieron en prisiones para hombres y mujeres.
La fuente indica que los centros penitenciarios son clasificados como de “menor rigor”, y los reos internados allí trabajaran en los campos de cítricos, o en los almacenes provinciales del MININT en Ceiba del Agua. Las mujeres, internas en los edificios de la antigua Ceiba 6, Yuri Gagarin, la mayoría de las cuales son convictas de prostitución, asedio al turismo u otros delitos afines, trabajaran en un taller de costura, para el cual ya se instalan las maquinas necesarias. La fuente añadió que la mayoría de los reos hombres son convictos de corrupción.
Durante medio siglo el gobierno militar se vanaglorió de realizar una verdadera revolución en la educación de la isla, que comenzó con la llamada campaña de alfabetización a principios de los 60, la creación de varias universidades y la proyección de la enseñanza politécnica. Uno de los más repetidos lemas de la propaganda política de la dictadura rezaba: “Convertir los cuarteles en escuelas”.
Más tarde vinieron las escuelas en el campo que, según las autoridades, se basaban en el principio de combinar estudio y trabajo para la formación integral de los alumnos; pero pronto se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza financiero, para el Estado, y familiar, para las familias de los educandos, que eran alejados del hogar en la difícil edad de la adolescencia. Más recientemente el gobierno cerró todos los Institutos Pre Universitarios existentes en las ciudades, dejando a los estudiantes la única opción de becarse en los centros construidos en el campo. El descabellado proyecto contribuyó a la descomposición de la familia, y generó altos niveles de promiscuidad, pre delincuencia, además de bajo rendimiento económico y académico.
Con la llegada de Raúl Castro a la presidencia del país, los incosteables ESBEC e IPUEC fueron cerrados y algunas de sus edificios fueron convertidos en edificios de viviendas, otros en prisiones, mientras que un grupo importante de estas edificaciones, en lugares como Isla de la Juventud y Jagüey Grande, permanecen abandonados.
aleagapesant@yahoo.es
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