-Culto y Leyendas-
"el trono de Santàn Kòn", el mismo Santa Bàrbara en China.
en todo el paìs, dirà invariablemente que "està bendita", que sus mayores le han enseñado a adorarla, porque "es lo màs sagrado y lo màs grande de este mundo". Y todos repetiràn exactamente lo mismo: "La Ceiba es santa" "Es el àrbol de la Virgen Marìa" "Es el àrbol del santìsimo" o "del Poder de Dios", o que es "àrbol de misterio". Prueba de ello, que los elementos desencadenados la respetan: no la abate, no la desgaja el huracàn màs fiero: no la fulmina el rayo.
"El rayo respeta a la ceiba y a màs nadie"
el fondo, comùn a todo el gènero humano, un àrbol de tales proporciones y de belleza tan solemne y majestàtica, aparezca como la materializaciòn de alguna poderosa divinidad: esta divinidad de la ceiba se impone sencillamente.
de la vegetaciòn, la tiene tambièn para hacer fecundas a las mujeres estèriles. La que desea
concebir y consulta a un alsè o a un palero, beberà durante tres lunas seguidas, para lograr su
anhelo, un cocimiento de la corteza de una ceiba hembra que se arranca de la parte del tronco cara
al naciente. Y en cambio la que no desea parir, la tomarà de una ceiba macho, orientada al poniente.