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miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Quién es este hombre? ¿Quién es esta mujer?

¿Quién es este hombre? ¿Quién es esta mujer?
Por: Juan Martín Lorenzo
¿Quiénes son estos jóvenes y adultos, hombres y mujeres, estos cubanos que gritan, ofenden, muerden, tuercen los brazos y golpean a mujeres indefensas que solo levantan una flor y reclaman los derechos que ni ellos mismos conocen?
¿Alguna vez habrán oído hablar de los derechos del hombre, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas que su gobierno firmo y nunca ha tenido el valor siquiera de publicarlas, y mucho menos cumplirlas?
¿Quién es esa mujer que clava la pezuña - y algo más escondido detrás de una misteriosa toallita – a una mujer de 63 años?
Más allá de reconocer sus nombres, su identidad perdida, anónima, cultivada en un odio dirigido por la oficialidad de los órganos de la Seguridad del Estado de Cuba (*). Más allá del oscuro rostro, la discreta mano que golpea y el grito histérico de una multitud que esgrime un odio ciego, me pregunto ¿Quiénes son?
¿Qué piensan más allá de las frases y las consignas aprendidas? ¿Qué expectativas esperan del futuro? ¿Qué razón cultivan? ¿Qué libros leen? ¿Qué esperan de la vida cuando retornan de estos espectáculos de odio teledirigidos desde la altura del poder de Cuba?
¿Qué hablan con su esposa, pareja, novia o novio, amigos y vecinos? ¿Se han dado cuenta que las mujeres a las que gritan, ofenden y golpean pueden ser mañana sus propias madres clamando por los derechos que ahora aplastan?
Recorro usualmente los foros cubanos, blogs y sitios en internet de noticias sobre Cuba. La realidad cotidiana que golpea diariamente está allí, las preguntas y respuestas para el mañana sin embargo están ausentes por desgracia. ¿Qué pasará cuando esta marea de nombres que han hundido a Cuba desaparezca por la natural consecuencia de la vida?
Nadie lo pregunta, nadie lo cuestiona y son esas preguntas las que alguna vez serán la tragedia cotidiana, cuando el apellido Castro ya no esté en la nómina del poder en la isla. ¿Y entonces qué?
Cuba no ha conocido la democracia por más de medio siglo. Esa juventud que acude a estos actos de lapidación pública no conoce de los derechos y las obligaciones de un gobierno democrático, no saben el valor de reclamar sus derechos, no saben cuáles son esos derechos. Nacieron y crecieron en un país donde el estado paramilitar es la cotidianeidad y el reclamar los derechos es una ilegalidad, un no-derecho.
¿Sabrán entonces ejercerla mañana cuando esos factores de presión no estén y se encuentren sin respuestas automáticas desde el poder?
Siento que muchas de las preguntas, y muchos de los problemas y las tragedias que hemos sufrido, y sufren, ahora mismo, los cubanos son la consecuencia más elocuente de nuestra historia, de nuestro pasado.
¿Qué hubiera pasado, por ejemplo, si José Martí no hubiera muerto en Dos Ríos y hubiera alcanzado a ver la fundación de la república cubana?
A propósito, ¿qué conocen estos que alborotan y apalean a disidentes, y los ofenden y maltratan sobre su propia historia, sobre Martí, sobre nuestros padres fundadores?
Siento, y convencido estoy, que ignoran no solo una parte, sino un todo de nuestro pasado como nación, como pueblo. Los seguidores de Varela, los que realmente son martianos, los que respetan realmente nuestros sagrados símbolos como nación no son, ni pueden ser, personas que ataquen y maltraten a una mujer de 63 años. La historia de Cuba no es la historia de la búsqueda del odio, sino de la reconciliación por amor.
La madre de Martí nunca fue apaleada, mordida ni arrastrada por las calles de La Habana. ¿Qué hubiera dicho Mariana Grajales si hubiera conocido que un hijo de cubano hubiera maltratado a una mujer, y la hubiera ofendido de palabras por sus opiniones, o por defender a los suyos que cumplen largas condenas en alguna cárcel cubana? Ella nunca lo fue, ¿lo sabrán estos “jóvenes”?
¿Qué diría Lina Ruz si conociera que sus dos hijos organizan y supervisan el maltrato de un grupo de mujeres que claman por los derechos de sus familiares presos, o por el derecho a la libertad de todos?
Lina Ruz también pidió por la libertad de estos dos que hoy no le ofrecen el favor de la clemencia que les fue otorgada a ellos entonces. Y sus dos hijos cometieron un hecho de sangre, ninguno de los presos políticos cubanos ha disparado un tiro y estas mujeres solo han levantado una flor.
¿Conocen esos hombres y esas mujeres que ayer provocaron la muerte de Laura Pollan estos hechos? ¿Conocen exactamente por qué y para qué levantan estas mujeres esa flor?
El odio sembrado y cultivado en Cuba no corresponde con la imagen martiana, ni con la idea del Apóstol de lo que sería la Cuba de amor que el pedía en sus versos, en su palabra inflamada y en sus cartas a amigos y cubanos de allende los mares. La Cuba de hoy es irreconocible y no existiría si Martí hubiera sobrevivido Dos Ríos, y profundamente pienso que es la Cuba de Gómez y Maceo, la república militarizada de los dos héroes cubanos la que se enclavó en el corazón de la nación cubana y permitió que hombres como Machado, Batista y Fidel Castro existieran.
Puede parecer una herejía lo que digo pero, pregunto: ¿Por qué desaparecieron las páginas del diario de Martí en los días previos a su muerte, cuando el Apóstol discutió con Maceo y Gómez el carácter de la guerra, y quien debía ejercer su dirección? Y fue Gómez quien las deshojó y desapareció para siempre. ¿Lo conocen esta banda de forajidos?
Martí nunca admitió que la dirección de la guerra estuviera en manos de una junta militar, porque devendría una república militarizada, tiranizada por la estatura de los grados militares y de hazañas de esos hombres, hombres que se convertirían en ídolos, que suplantarían el poder de la opinión del ciudadano común, de la voz del pueblo civil, de la razón. ¿No es eso lo que nos ha pasado? ¿No les suena conocido?
En Cuba el odio se sentó en el poder y lo cultivó, sembró la ignorancia y la irracionalidad. Alguna vez el poeta francés Charles Baudelaire dijo, en “Flores del Mal”:
“El odio es un borracho hendido en la taberna, que siente que su sed crece con el licor.”
Y se ha sentado  en una taberna por más de 50 años, y crece con la ignorancia que las fuerzas de la represión impulsan en estos jóvenes, adultos, en estos hombres y mujeres para atacar una casa donde un grupo de mujeres se reúnen para después salir a caminar levantando una flor… para todos.
Ese es el odio que Baudelaire hablaba, ¿lo han oído hablar estos cubanos?
Siento que no. Hay una ignorancia supina en los rostros que capturan las imágenes de la prensa y que podemos ver recorrer por los sitios cubanos, por occidente.
 A mediados de los años 90 el Instituto Nacional de Sociología y Psicología de la Academia de Ciencias de Cuba realizó una encuesta anónima entre la población joven de Cuba. Lo que destapó la nunca publicitada encuesta fue asombroso.
Descubrió, por ejemplo, que los mismos jóvenes que caminaban por las calles de La Habana, de esa misma Habana donde existe una calle de nombre Leonor Pérez, no conocía el segundo apellido del Apóstol, el de su madre. No sabían que su padre, Mariano Martí, perteneció al ejército español, el mismo que combatió su hijo y por el que estuvo preso y exiliado. Y no mencionar que tampoco conocían que Julián era el segundo nombre del Apóstol de la Independencia de Cuba.
Son estos mismos jóvenes, estos mismos hombres y mujeres que golpean a las Damas de Blanco, que mordieron a Laura Pollan, y con mucha seguridad le causaron su muerte. A una mujer de 63 años. Lo que nunca sufrió la madre del Apóstol en la Cuba de la colonia, donde se cometieron muchos crímenes contra los cubanos independentistas, pero nunca contra doña Leonor.
El odio nunca fue una prédica martiana, y la república de Martí nunca hubiera sancionado el odio que ha vivido el pueblo de Cuba por 50 años. Precisamente uno de los más hermosos libros de poemas escritos y salidos por el alma cubana lo escribió el Apóstol dedicado a su hijo, un hijo que su propia esposa le impidió ver por sus ideas libertarias. De más está decir que Martí nunca emitió palabras de desprecio, ninguna ofensa, ni ningún apelativo obsceno contra la causante de su dolor como padre, y sin embargo, escribió los más hermosos versos a un hijo que no pudo ver nunca más, ni tener entre sus brazos.
¿Es eso odio? ¿Es eso lo que vemos hoy en Cuba?
Desgraciadamente no.
Entonces, ¿qué pasará mañana cuando ninguno de los que han regado ese licor del que hablaba Baudelaire ya no estén?
Preguntas que deben ser alguna vez contestadas.

(*) 
Si conoce a alguno de estos personajes, por favor, diríjase a  Cuba Represión ID y escriba el nombre y detalles en ese blog o como comentario aqui.  http://opencuba.blogspot.com/
 Gracias !!!

domingo, 16 de octubre de 2011

Laura Pollán, su vida y su muerte.


Laura Pollán: Historia de su vida y de su muerte 
Por: Juan Martín Lorenzo.

Seguro estoy que aquel día del 2003 en que Laura Pollan y un grupo de mujeres, esposas, madres y hermanas del grupo de 75 prisioneros políticos encerrados por Fidel Castro, aprovechando las especiales circunstancias de la guerra del golfo, no conocían el alcance y la importancia del movimiento cívico en que iba a desembocar lo que hoy todo el mundo conoce como las Damas de Blanco.

El éxito alcanzado por este grupo de mujeres, en una sociedad marginalizada y aislada por la más férrea represión, se debe sin ningún género de dudas al carácter y a la personalidad de su líder indiscutible: Laura Pollán.

Laura, una maestra de literatura, alma sensible pero inteligente, tenaz pero con la paciencia y la constancia de una buena maestra, de esas que ya poco se encuentran en Cuba, supo organizar y encauzar un movimiento que era, de por sí, no original en la sociedad cubana. Recordemos que durante la dictadura de Batista hubo grupo de mujeres que salieron en defensa de sus familiares queridos, encarcelados y muertos, pero aun en aquel entonces la sociedad civil cubana existía, los partidos políticos de oposición existían, la prensa no estaba totalmente silenciada y había medios y periodistas aun con vergüenza, dignidad e independencia, y las propias altas capas de la burguesía ayudaba, clandestinamente, el movimiento que llevo al poder a Castro en 1959.

Lección aprendida, desde ese fatídico ano, Fidel Castro se dedicó a destruir todos y cada uno de los factores que hicieron posible la existencia de un movimiento cívico en Cuba: no más prensa independiente, no más partidos políticos de oposición, no más oposición de ningún tipo, establecimiento de un estado paramilitar, creación de todo tipo de estructuras, organizaciones y mecanismos paramilitares (CDR, Brigadas de Respuesta Rápida, creación del DSE, introducción de simuladores en todo tipo de posible grupo disidente), re-estructuración de todo el aparato policial, militar, jurídico, nuevas leyes y la creación de un estado de vigilancia.  El régimen cubano convirtió la delación en una política de estado. Lo que, aun bajo la sociedad de Batista era considerado una infamia, la delación, recibió la bendición explicita del régimen y de su dictador.

Son en estas circunstancias en que este grupo de mujeres surge. No olvidemos esto porque es parte del gran mérito y del valor excepcional de estas mujeres. El movimiento no fue original como movimiento, lo que lo hicieron original fueron esas circunstancias extremas a las que tuvo que enfrentarse Laura Pollán y su bravas mujeres. Y otra originalidad: todas eran sencillas mujeres de pueblo, como debe ser en un verdadero movimiento cívico.

Las Damas de Blanco nunca aspiraron a convertirse en figuras políticas, luchaban por sus seres queridos, luchaban por los derechos más fundamentales del hombre. Muchas veces encontraron incomprensión por todo esto, pero sí lograron existir, subsistir, crecer y llegar a lo que es hoy es gracias a la sensible inteligencia de Laura Pollán, sin lugar a dudas, una inteligencia que estuvo a pruebas de valor y constancia.
Ella las oriento con paciencia y con tesón, comenzando con pequeños pasos. Caminando con una simple flor levantada en la mano, en silencio, vestidas de blanco como símbolo de pureza y paz. Caminaban por la quinta avenida, después de asistir a misa en la Iglesia de Santa Rita, en Miramar, un lugar más sosegado y lejano del bullicio del corazón de Ciudad de La Habana. Una elección inteligente y sutil.

Pequeños pasos en la dirección correcta, pero pasos firmes, seguros. Y así, esporádicamente fueron levantando presión en un régimen que se vio, de repente, indefenso totalmente ante un grupo de mujeres que solo hacían caminar con una flor en la mano, pero cuya presencia comenzaba a conocer la Cuba que desconocía del significado del movimiento cívico.

Conferencias de prensa, té literarios en casa de la maestra de matemáticas y esporádicas apariciones en lugares simbólicos como el Capitolio Nacional, el antiguo Palacio Presidencia –defenestrado en su significado por la dictadura castrista desde 1959- y así empezó su recorrido por el corazón de La Habana. El régimen se vio entonces ante la circunstancia insólita de brazos cruzados: un grupo de mujeres había logrado romper la barrera del miedo y de la inmovilidad… sin levantar un dedo, solo con una flor en la mano.

Ya en el 2009, y gracias al reconocimiento internacional del movimiento, Laura Pollán y sus mujeres desafiaban abiertamente por los lugares más céntricos de La Habana al régimen y este solo pudo enfrentar el “fenómeno”, el increíble desafío de mujeres pacificas con actos de violencia en su contra: arrastrándolas cuando se sentaron frente a la estatua del Apóstol en la Plaza Cívica - nunca fue y ha sido plaza de ninguna revolución, no fue construida por ese régimen de mentiras – lanzándole las jaurías en Iglesias y templos, acosándola y encerrándolas en la casa de su líder, Laura, agrediéndola.

Hoy por hoy esas mujeres han logrado lo que nadie logro en más de 50 años de dictadura: reconocimiento social dentro de Cuba. Los que la asaltan y gritan, los que las golpean, arañan y muerden son bandas de paramilitares organizados, dirigidos y financiados por el régimen de Castro, que les suministra equipos de comunicación, ómnibus para trasladarlos, avituallamiento material, comida, bebidas, que aísla el lugar donde las asaltan  - generalmente la casa de Laura Pollán – con la policía política del régimen vestida de simple policía local (ninguno de ellos son policías de terreno, son miembros del Departamento de la Seguridad del Estado, a.k.a. la Gestapo Castrista), y después la filma con sus cancerberos llamados “periodistas” para lapidarlas y condenarlas, sin defensa posible, en los medios de prensa controlados por Castro, y por sus agentes en las redes sociales, dirigidos por un sujeto llamado Manuel Lagarde, típico Menguele político que hace labor de “terreno” filmando el asalto armado a indefensa mujeres para después, bochornosamente, denigrarlas con su ejército de soldaditos de plomo en Twitter y en internet.

Pero nada de esto le ha dado resultado, y es así que llegamos al 24 de Septiembre, último asalto de esta jauría castrista a la casa de Laura Pollán, y asalto grosero y brutal. Asalto anunciado en su blog por el conocido personaje mencionado antes (Manuel Largarde) que escribió el día 21 de Septiembre:



Y he aquí la foto del personaje con cámara y actitud de facineroso en el acto ejecutado:
Detrás, bloqueada, la entrada de la casa de Laura, un Domingo 24 de Septiembre del 2011. Este día debe permanecer por siempre en nuestra historia, y debe ser recordado como en una futura Cuba como el Día de la Resistencia Cívica al Autoritarismo.
Como se puede leer en la nota del esbirro internauta de la G2 cubana:

“Todas las veces que haga falta, nuestros jóvenes y mujeres impedirán que las llamadas Damas…”

Lanzada la consigna del momento y la aprobación del gobierno de Raúl Castro, los “jóvenes y mujeres” se lanzaron a dar golpes, arañazos y mordidas.
Véanlo en la próxima foto tomada ese día:


 Más rápido se coge a un mentiroso que a un cojo, dice el dicho popular. Esbirro Lagarde, ¿Dónde están los jóvenes aquí? ¿Y las mujeres?
Otra perla:


Ese señor de la camisa a cuadros es el agente de sección 21 de la seguridad del estado cubana, DSE, Alejandro Pérez Pablo. Como podemos ver ésta a cuatro manos repartiendo “instrucciones” a sus discípulos y ayudando con mano propia a dar golpes y empujones. Por cierto, no está de más recordar un detalle aquí, ese día esta turba impidió la libre circulación de estas mujeres por las calles de La Habana. ¿Es eso un acto de libertad personal en un país que clama por los “derechos” de otros?
Pero no se pierdan esta otra imagen:


Es tan bochornosamente evidente de cómo estos genízaros actúan que este personaje ni se sonroja por mostrar el audífono de su equipo de comunicación para poder actuar bajo el libreto coordinado por sus superiores, desde la silla “presidencial” de Castro. Un detalle adicional, ¿han notado la corpulencia de estos personajes? Muchos de ellos practican artes marciales que en mi país, Cuba, esta cercanamente supervisado por las fuerzas de seguridad del régimen. Me imagino es la forma de garantizar una buena y salvaje represión a los disidentes. Y es también una fuente de recursos humanos para atrapar jóvenes.

La última y más importante imagen, sin embargo, está aquí. Y es la clave de la enfermedad misteriosa de Laura Pollán. Estas son las mujeres de la tropa que Lagarde habla en su blog, y asaltando a Laura Pollán. Esta negra mordió a la líder de las Damas de Blanco en el asalto. Pero hay, además, una anónima mano que hunde su pulgar en el brazo de Laura. Véanlo:


Uno de estos dos seres salvajes es la fuente de ese misterioso “virus” que comenzó su labor, curiosamente, un día después de este asalto a la casa de Laura Pollan. ¿Coincidencia?
Siento mucho decirles que no. La líder de las Damas de Blanco fue objeto de la última opción de un régimen desesperado, y determinado, por acabar con este movimiento. Esa opción fue llevarla a la muerte.

Se ha hablado de que Laura Pollán murió de paro cardiaco. No es cierto, a Laura Pollán le retiraron los equipos de respiración artificial para hacerle, en último momento, una traqueotomía y entubarla por esa vía. Por experiencia personal, específicamente por lo sucedido con mi padre, puedo afirmar que es un error médico.

Retirarle los equipos que ayudaban a Pollán a respirar para practicarle una traqueotomía, sin lugar a dudas, la llevo a caer en un paro respiratorio que lanzó el paro cardiaco. Así falleció mi padre, de la misma forma y por eso lo afirmo sin ningún género de dudas.

Ahora los perros domesticados del gobierno por Twitter e internet tratan de demostrar lo contrario, pero es así de sencillo. También es por eso que secuestraron su cadáver y no permitieron al esposo de Pollán que lo acompañaran. La DSE quería borrar toda evidencia posible que sembrara dudas sobre el fallo médico. Y fíjense que llamo fallo médico, sin dudar de la competencia de los médicos, porque no creo que ellos estén involucrados.

Si creo están involucrados estos que rodearon a Laura el 24 de Septiembre, esos que torcieron su brazo como se ve aquí:



¿Se dan cuenta de que es una mano masculina con anillo de compromiso la que le tuerce el brazo a Laura?
La estatura de los hombres se mide por la forma en que tratan a sus mujeres, ¿Cómo tratara este individuo a la suya cuando es capaz de torcer el brazo a una mujer de 63 años como Laura? Les dejo la respuesta a ustedes.
Entre estos están los culpables de esta “enfermedad misteriosa” que unos llamaron “virus”, que se alego fue una “bacteria” y que ahora dicen fue “dengue”. Pues, señores míos, Cuba no ha dicho ni antes, ni después, que hay dengue 4 en la isla. Pero, además, ¿Qué casualidad que nadie más lo adquirió ese día más allá de Laura Pollán?
Fue ese “dengue”, “virus” y todos estos inventos castristas los que provocaron la muerte de Pollán. Virus y bacterias “irreconocibles” por los científicos del Instituto de Medicina Tropical. Tal parece que los “grandes logros” de la medicina cubana también se encuentran entre los cómplices de la muerte de la líder de las Damas de Blanco.

La realidad es que fue un crimen planeado por el gobierno de Castros, de los dos, es un crimen más. La muerte de Laura Pollán es un crimen de estado, silenciado por la prensa cubana, la prensa internacional con presencia en La Habana – incapaz de hablar una palabra, ¡bochornoso! – y la instituciones mundiales que encargadas de defender los derechos humanos.

Es así de simple. El “paro cardiaco” es el último eslabón en la cadena que llevo a la muerte a Laura, pero yo descarto la culpabilidad consciente de los médicos que la atendieron. Ellos solo cometieron un fallo médico, ocurrido muchas veces en Cuba – ocurrido con mi padre – y silenciado por la indefensión en que se encuentra el cubano simple.

Los culpables de la muerte de Laura están hoy manipulando los hilos desde la silla “presidencia” de Cuba, y lo hilos pasan por los lúgubres lugares del DSE y su secuaces cancerberos que asaltaron ese 24 de Septiembre a Laura y a las Damas de Blanco.
Hay algo, sin embargo, que nos trae paz a todos. A los esbirros nadie les recordará en la historia su nombre, a una mujer como Laura, todos la recordarán.
Ese es el premio de los grandes.

Las fotos han sido tomadas del blog Cuba Represión ID. Si conoce a alguno de estos personajes, por favor, de click en el link y escriba el nombre y detalles en ese blog o como comentario aqui. Gracias !!!
 Tomado de