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viernes, 9 de mayo de 2014

Carta abierta de una joven cubana al Consejo de Estado y de Ministros de Cuba


A ustedes que dirigen, mandan  gobiernan o desgobiernan en mi país, les digo:

La juventud no es culpable del desatre nacional. No es culpable de que le hayan robado el sueño a sus padres los cuales se quedaron aqui luchando dia a dia contra vientos y mareas, dando lo mejor de si en aras de construir una sociedad mejor. 
Han pasado más de cinco décadas y éste, el hoy futuro del ayer, por el que sacrificaron nuestros padres, abuelos y tantas personas, creo  que está mucho peor que el presente de los años cincuenta. Por lo menos eso es lo que he aprendido al urgar en la historia de Cuba en épocas anteriores a 1959.

Si quieren que la juventud cambie su actitud, si quieren que asumamos con responsabilidad nuestro presente, no nos corten las alas con las leyes estúpidas que rigen  nuestro destino. 

Basta ya de mentiras. Necesitamos libertad de expresión, de acción y de creación  para crecer y prosperar en la vida. Necesitamos  la libertad  para soñar y poner en práctica nuestros sueños de vivir como seres humanos y no como animales domesticados a los que cada día se les exige más y se les permite menos, animales  desbocados cual manada perdida, salvajemente buscando lo más elemental que necesitan para vivir , amar y reproducirse en bien de la humanidad.

Basta de mentiras. Las viejas generaciones en el poder deben retirarse y darle paso a los jovenes. Las leyes deben cambiar. 


Ayer acabaron con la propiedad privada  diciendo que era incompatible con las leyes que rigen un sistema socialista. Dijeron que las propiedades serián colectivas para el uso y disfrute de todos y ¿Qué paso? Se arruinó el país . 

Hoy, desesperados quieren estimular las inversiones extranjeras.  Y con ello ¿ no aparecerá de nuevo la enemiga “propiedad privada”? 
 Basta de mentiras, de inventos y de rejuegos. Seamos claros.
¿Quienes podrán invertir en Cuba? Extranjeros capitalistas y cubanos residentes en el país que han acumulado riquezas. ¿Y quienes han podido acumular riquezas en este país? 

Fundamentalmente aquellos que han administrando los bienes colectivos propiedades del Estado, los que han robado a manos llenas. Los corruptos, los que ocupan altos cargos en las Fuerzas Armadas, en los  ministerios, los que viajan al extranjero representando al país o en funciones estatales y regresan cargados de pacotillas con las cuales surten el mercado negro tan prolífero y tan eficiente que pulula por todos los rincones del país.
Soy joven. Nací y crecí en este país, no conozco otro sistema ni otras formas de vida. Me acostumbré desde pequeña a luchar por un pedazo de pan asi tuviera que repetir consignas tan horribles como esa de ¨Pioneros  por el comunismo, seremos como el Che”. Yo no quiero ser como el Che. Yo no quiero ser guerrillera, no quiero morir en tierra extranjera y que después mi imagen se convierta en mercancia, en souvenir  para turistas que no saben lo que es vivir en un país carente de todo, hasta de ética y de humanismo. 
Carente de bienes materiales, carente de ética, de moral, de civismo. Lo digo por mí misma. Mi filosofía, al igual que la de toda mi generación se resume en las siguientes palabras: 
“Si no tengo donde vivir, ni esperanzas de poder construir o adquirir legalmente una vivienda, un techo donde guarecerme de todas las tempestades, mi necesidad me lleva  ta  construirla  a como sea; con los recursos que sean y usando los medios que estén a mi alcance; construir mi espacio vital  por mi misma, aunque para ello tenga que robarme el muro del cementerio de mi pueblo.  Si no tengo comida para mis  hijos, lo lógico es que me las arregle como pueda para conseguir los alimentos, asi sea robándole al Estado la parte que me corresponde de ese todo que,  supuestamente es de todos, administrado for funcionarios y dirigentes del l Estado, ese todo  que está  concentrado  dentro de los muros de los almacenes, mercados, granjas estatales,  fábricas, centros de trabajo, centros  de estudio,  instituciones, incluyendo hospitales, etc. 

Si quieren que me comporte de otra manera, si trabajo para el Estado o para uno de esos nuevos cuentapropistas o inversionistas,  páguenme con una moneda que tenga valor real, con la cual yo pueda pagar mis gastos sin necesidad de robar.  Pogan en el mercado, a mi alcance económico, lo que necesito para vivir civilizadamente , a la altura de estos tiempos y no de la época de las cavernas.


Yo no quiero ser ladrona, yo quiero trabajar, crear y progresar en la vida y no llevar esta vida miserable, en la que carezco de todo desde el techo hasta del tubo de pasta de dientes que necesito para lavarme la boca.

Es hora ya de cambiar las cosas. Es ley de vida que las viejas generaciones le den paso a las nuevas. Los viejos deben retirarse a descansar y dejar a los jóvenes la responsabilidad de progresar y avanzar acorde a las exigencias de nuestro tiempo. Este es nuestro momento. No nos roben más. Permítannos crecer,  y si nos equivocamos dejénnos levantarnos y aprender de nuestros errores  y si no somos capaces de avanzar, obliguénnos a entregarles las riendas a nuestros hijos y nietos.
 Cuba Cambios Ya!
Alina  Gutiérrez.
Nota
 Esta carta me llegó por email con la solicitud de publicarla en mis blogs para que otros la conozacn y también la publiquen en sus medios