La semilla se niega a ser polvo...
Siento pena
por esa ausencia abrazada a los muros,
escondida en laberintos oscuros,
caprichosos, impredecibles…
Pena profunda,
pena que cala mis huesos,
me hiere y me grita el dolor
de la ausencia de valores
y de la solidaridad
quese quiebra a cada instante,
retorciéndose en vano,
aniquilándose
sin extender la mano.
Hoy, tal vez…
_ Quizás otra vez-
esté escribiendo absurdos
con mi silueta marcada
en los espejos desposeídos,
huérfanos de imágenes reales.
Cristal desierto de madrugadas,
de campanarios de luto doblando
en cada esquina del puerto
donde habitan las momias.
Estoy lejos y a la vez tan cerca
que siento a los curiosos
preguntando quién es esa sombra
atrevida que vaga por mi casa,
registrando mis cuadernos de notas,
consumiendo mis horas,
vistiendo mi ropa sin permiso,
gastando mis zapatos
a cada paso, sin importarle
el sacrificio que me costó comprarlos.
A los curiosos impertinentes,
les aviso que las cortinas
permanecen abiertas,
en espera de ese mar que a veces
se asoma a mi ventana
anunciando la brisa nueva
de lo eterno que habita en cada instante.
A los curiosos les recuerdo
que la luna está de fiesta.
con nuevos amantes,
que no le escriben versos,
porque duermen en su seno,
atraídos por el aroma del desierto
gravitando en el universo.
Los corderos
viven en el silencio,
callan,
y otra vez, se pierden en la nada,
vagando sin rumbo
sin hacer realidad
un pedazo de sueño.
A solas lloro por la flor,
por la semilla hecha polvo...
Polvo que el viento,
sin querer,
por la semilla hecha polvo...
Polvo que el viento,
sin querer,
trae a mis manos.
Polvo, semilla y flor,
de ausencia absorbida
por la complicidad
de las causas pendientes.
Polvo, semilla y flor,
de ausencia absorbida
por la complicidad
de las causas pendientes.
Flor insertada en mis sueños
como un anhelo,
como una esperanza,
como la vida misma…
Esperanza E. Serrano
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