DEL OTRO LADO DEL MAR
Allá se quedaron ilusiones y anhelos
se quedaron amores que no puedo olvidar
se quedaron mis sueños y mis desvelos
bajo aquel hermoso pedazo de cielo
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron las huellas de mi infancia
ilusiones dormidas que ansían despertar
de mi bello jardín se quedó la fragancia
allá... muy lejos en la triste distancia
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron los azules valles
los campos de caña... el verde palmar
se quedó mi pueblo con sus quietas calles
se quedaron mis risas, mis penas, mi ayes...
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron los viejos amigos,
se quedaron mis noches... se quedó mi soñar
se quedó aquel lucero que soñó conmigo
que fue de mis penas un mudo testigo
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedó rugiendo el tirano
que quiere a mi pueblo asfixiar...
empuñando el azor en su mano,
verdugo implacable que azota al cubano
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron pasiones dormidas
se quedaron angustias... se quedó mi pesar...
mi alma fallece del dolor oprimida
porque allá se quedó LO MEJOR DE MI VIDA
Allá... DEL OTRO LADO DEL MAR.
Félix Pagés-Romeo
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