¿Cómo sobreponerse al dolor por la pérdida de un ser querido?
Cuando el dolor nos invade dejándonos sin aliento, sin consuelo...
Cuando lo sentimos como una daga clavada en el alma,
cuando la risa se pierde y el mundo se nos torna ajeno,
y solo tendemos a caminar sin rumbos,
perdidos en los recuerdos,
rechazando la idea del después,
pretendiendo eternizar lo que ya se ha ido,
por ley de la vida, porque nada es eterno.
¿Cómo lidiar con esa sensación de vacío?
¿Cómo adaptarse a esa nueva realidad
que lo ha cambiado todo en nuestras vidas?
En momentos así se impone la resignación,
la aceptación de lo mutable, el reconocimiento
de lo débil que somos ante lo inevitable: la muerte.
En esos momentos tan aciagos
necesitamos fuerzas para mirar hacia adelante,
para aprender a vivir con esa espina,
con ese dolor que nos arrincona el alma...
Dios puede ser el refugio,
el consuelo, la resignación, la aceptación, la calma...
Búscalo dentro de ti y sentirás su mano.
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