Lagarto que andas dormido,
luciendo tu piel mestiza,
tu dentadura quebrada,
y tus manos deformadas
con tus garras maniatadas.
Lagarto que navegas sin
rumbo
bajo los rayos de esa luna de mentiras,
de promesas incumplidas,
de patria como la muerte,
de: “Conmigo o contra mi,
porque aquí sólo Yo mando!".
Lagarto que flotas triste,
al paso de la corriente,
en ese mar de desconsuelo,
al que le diste tu vida,
para hoy andar así, a la deriva:
para hoy andar así, a la deriva:
Sin pan, sin techo, sin
aliento,
sin una tenue esperanza
de alcanzar lo prometido.
Lagarto que vas dormido,
¡qué tristes señas me mandas!,
flotando así, tan perdido,
tan lejos, tan maldecido,
que ni el perdón de Dios te
alcanza.
Lagarto, tú dueles mucho,
por esa maldita maña
que tienes de arrastrarte,
de cambiar tu piel mestiza,
bailando con los acordes
de esa comparsa macabra,
que se adueñó de los hilos
que tejen tu vida amarga.
Lagarto, no sé qué pasa,
que yo no puedo olvidarte.
Con todos esos achaques
de tu vida miserable,
te perdono los insultos,
las amenazas de muerte,
que alguna vez me gritaste,
cuando paseabas ufano
tus dientes recién pulidos,
y tus garras afiladas.
Lagarto verde rojizo,
amapolas amarillas,
blancas, azules o verdes
blancas, azules o verdes
se acercarán a tu orilla,
para arrastrarte con ellas,
más allá de las lagunas,
de ese mar de desconsuelo,
de esa luna de mentiras,
de esos sueños y quimeras
tan lejanos, tan lejanos,
que nunca vendrán a tus manos
tan lejanos, tan lejanos,
que nunca vendrán a tus manos
Amapolas multicolores
teñirán tu piel mestiza
con la moda de estos
tiempos,
inyectarán sangre de cambios
en tus venas angostadas,
y tejerán nuevas redes
para que en ellas descanses,
o te darán cimientos indoblegables
para que en ellos te levantes.
o te darán cimientos indoblegables
para que en ellos te levantes.
Lagarto, qué pena siento,
al verte así tan dormido,
tan huérfano de tu destino,
tan sin nada,
tan sin aquello,
tan sin ésto,
tan sin lo otro,
tan sólo con tu desgracia.
Lagarto que vas dormido,
lagarto triste flotando,
en ese mar tan aciago,
bajo esa luna quebrada
que grita tu piel mestiza-ceniza,
tan maltrecha y acabada
que das pena de ti mismo.
¡Pobre animal camuflado,
encadenado y sorbido
al vaivén de la deriva...
al vaivén de la deriva...
¡¿Cuándo abrirás los ojos,
infeliz lagarto dormido?!
¡Qué triste vida has
llevado!
¡Qué triste rumbo has cogido!
¡Qué triste,
qué lamentable
tú continuas dormido,
atrapado por las rutas del engaño!
qué lamentable
tú continuas dormido,
atrapado por las rutas del engaño!
Esperanza E Serrano
Land O´Lakes
Florida /2012
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