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martes, 9 de junio de 2009

Dulce María Loynaz

Dulce María Loynaz
(Cuba 1902-1997)

Nació en La Habana. Hija del general del Ejército Libertador Enrique Loynaz del Castillo y hermana del poeta Enrique Loynaz Muñoz. De joven estudió bajo tutores selectos sin tener que salir de su hogar. Publicó, a los diez y siete años, sus primeros poemas en La Nación, en 1920, año en el que también visita a los Estados Unidos y casi toda Europa. En 1927 pasó los exámenes del doctorado en Derecho Civil, por la Universidad de la Habana, profesión que practicó, aunque a desganas, durante su vida adulta, dejó de ejercerla en 1961. Con el nuevo sistema de gobierno impuesto en Cuba, de nada le valían su estudios de derecho ante las nuevas leyes que día a día barrián con todos las libertades civiles y todos los derechos de la sociedad cubana


En 1950 publicó crónicas semanales en El País y Excélsior. También colaboró en Social, Grafos, Diario de la Marina, El Mundo, Revista Cubana, Revista Bimestre Cubana, Orígenes.


Invitada por la Universidad de Salamanca, asistió a la celebración del V centenario del nacimiento de los Reyes Católicos (1953). Fue electa miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras en 1951, de la Academia Cubana de la Lengua en 1959 y de la Real Academia Española de la Lengua en 1968. Ofreció conferencias y lecturas literarias tanto en Cuba, como en Hispanoamérica y en España.


A pesar de que su obra literaria no fue muy prólifera recibió varios reconocimientos y premios que la compensaron en gran medida del aislamiento forzado en que vivió gran parte de sus ultimas décadas de vida: Orden Carlos Manuel de Céspedes, Orden Félix Varela, Distinción por la Cultura Nacional y Medalla Alejo Carpentier (Cuba) y Orden de Alfonso X el Sabio (España). Fue galardonada con el Premio Nacional de la Literatura (1987), Premio de la Crítica (1991) y Premio Miguel de Cervantes (1992). Murió en la Habana en 1997.


Dulce María es la voz de la mujer cubana que representa los valores de una época ida. Desde niña me he identificado mucho con su obra y con su personalidad, austera, firme, segura de sí misma, pero sobre todo CUBANA.

Uno sus poemas que aprendí de memoria cuando era apenas una adolescente, es éste que hoy comparto con ustedes:

Tierra Cansada

La tierra se va cansando,
la rosa no huele a rosa.
La tierra se va cansando
de entibiar semillas rotas,
y el cansancio de la tierra
sube en la flor que deshoja
el viento... Y allí, en el viento
se queda...
La mariposa
volará toda una tarde
para reunir una gota
de miel...
Ya no son las frutas
tan dulces como eran otras...
Las cañas enjutas hacen
azúcar flojo... Y la poca
uva, vino que no alegra...
La rosa no huele a rosa.
La tierra se va cansando
de la raíz a las hojas,
la tierra se va cansando.
(Rosa, rosita de aromas...,
la de la Virgen de Mayo,
la de mi blanca corona...
¿Que viento la deshojó?)
¡Me duele el alma de sola!...

(La Virgen se quedó arriba
toda cubierta de rosas...)

¡No me esperes si me esperas,
Rosa mas linda que todas!...

La tierra se va cansando...
El corazón quiere sombra...

Dulce María Loynaz.


Dulce María Loynaz.

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