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miércoles, 30 de marzo de 2011

El sublime poder de la música

La música, fiel redentora de todas mis heridas. En días como hoy, escuchar a Plácido Domingo es el mejor bálsamo, la dicha secreta de remontarse al infinito y tocar las estrellas, y desde alli olvidar todas las penas...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperanza, Alma sublime y gentil, ¡cuánto me hubiera gustado haberte conocido en tus años mozos... !
Hoy serías la abuela de mis nietos
Jacob