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lunes, 6 de agosto de 2012

Angel Carromero entre la espada y la pared

   por.Alberto Méndez CastellóPUERTO PADRE, Cuba,  agosto, www.cubanet.org) – “El español Ángel Carromero Barrios se encuentra instruido de cargo por homicidio en ocasión de conducir vehículo por la vía pública. Al sueco Jens Aron Modig se le permitió retornar a su país, pese a las actividades ilegales que realizó y a la violación de su estatus migratorio”.
Así reseñó Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, la situación legal de los compañeros del viaje que conduciría a la muerte a Oswaldo Payá y a Harold Cepero.
Dedicó el Partido Comunista un extenso editorial para tratar de explicar las circunstancias de la muerte del hombre que, con el Proyecto Varela, obligaría a los comunistas cubanos a movilizar a todo el país para declarar el carácter irrevocable del socialismo en Cuba.
Antes, el Ministerio del Interior había publicado una nota en el noticiero nacional de televisión, la que reiteraría en la prensa escrita el sábado 28 de julio, ocupando la totalidad de la página 3 del periódico Granma.
Contrasta la profusión de informes publicados por la prensa oficial cubana, única permitida en el país, de un accidente automovilístico en el que perderían la vida solo dos personas con las escuetas notas que han anunciado decenas de muertos y lesionados en las carreteras cubanas.
Precisamente cuando en la Copa Mundial de Fútbol Suecia enfrentaba a Alemania en un estadio de Múnich, el periódico Juventud Rebelde empleó más espacio para hablar de fútbol que el dedicado al accidente de tránsito ocurrido en el municipio Guamá, de Santiago de Cuba, donde murieron nueve personas y 45 resultaron heridas.
El periódico de la juventud comunista dedicó a este siniestro un recuadro de 6×5 pulgadas.
Menos espacio empleó ese diario (un recuadro de 4.5 x 5 pulgadas) para informar de un accidente de tránsito en Villa Clara en el que cinco personas fallecieron  y 46 fueron heridas el pasado 3 de marzo.
“Trágico accidente del tránsito”, tituló la prensa lo ocurrido el13 febrero 2010 en Las Tunas.  Cuatro personas fallecieron y 22 quedaron heridas cuando un automóvil se impactó contra un ómnibus y, en medio de la tragedia, una ambulancia que partió en auxilio de los accidentados rozó con otro ómnibus y se volcó.  El siniestro fue informado en una noticia que solo ocupó 4 x 5 pulgadas.
Pero las palmas se las llevan seis lacónicos párrafos, ni una foto desenfocada, donde el 11 de agosto de 2009 se informa sobre la muerte de… ¡14 personas!  y 38 lesionados en un accidente ocurrido en el kilómetro 499 de la Carretera Central en el que dos camiones de transporte de pasajeros chocaron a las 5:30 a.m. del día anterior.
Pronta y prolijamente ahora se ha dicho que el español Ángel Carromero está implicado en un delito de homicidio en ocasión de conducir un vehículo por la vía pública.
En aquella ocasión, aunque 14 personas habían muerto en una carretera y, dicho sea de paso, otras 14 habían perecido a unos kilómetros de allí en la vecina provincia de Camagüey, nada se dijo del rango y la calificación de los oficiales investigadores.
Solo se informó: “Las causas del accidente se investigan”.
El artículo 177.1 del Código Penal cubano prevé que el conductor de un vehículo que,  infringiendo las leyes del tránsito cause la muerte a una persona, incurre en una sanción de privación de libertad de uno a 10 años.
El delito de homicidio previsto en el artículo 261 del Código Penal sanciona al que mate a otro con privación de libertad de 7 a 15 años.
Toda vez que el Código Penal observa en la unidad y pluralidad de delitos aumentar el límite mínimo de la sanción en una cuarta parte y el máximo en la mitad -lo que también ocurre si se manifiestan circunstancias agravantes de modo intenso-, cabe preguntarse si el ciudadano español Ángel Carromero será sancionado con la misma amplitud en que fueron publicitadas sus presuntas faltas al conducir el automóvil en el que murieron Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Vale la interrogante, pues es este un país donde la prensa apenas si informa sobre las muertes ocurridas en las carreteras,  ahora se ha informado tanto como para predisponer a los jueces.

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