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sábado, 12 de septiembre de 2009

Desde Santiago hasta el Santuario de la Caridad del Cobre

¡VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, RUEGA POR NOSOTROS!


Este año la celebración del dia de la Caridad del Cobre ( 8 de sep) ha sido totalmente diferente asi nos reporta desde Santiago de Cuba:

Por: Juan Carlos Hernández Hernández
Director APLOPRESS.jmailto:juanchernandez2002@yahoo.es

SANTIAGO DE CUBA, 11 de septiembre, 2009 (http://www.aplopress.com/) Muchos aún traían en sus zapatos el sabor del camino viejo del Cobre y otros, el amanecer de un peregrinar diferente hasta el Santuario de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre. Esta vez no existiría fenómeno meteorológico que impidiera la realización de una procesión que debió esperar 49 años para su realización.
Eran las 8.00 de la noche, cuando del Arzobispado de Santiago de Cuba partió toda vestida de gala; sabiéndose en su día de cumpleaños, la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre “Cachita” como muchos le llaman cariñosamente.
Al llegar a la Plaza de Marte, resplandeciente en toda su magnitud, cuando la procesión tomaba la calle Enramadas, rumbo al Parque Céspedes, ya era un mar de pueblo, quien la acompañaba. Un pueblo de fe, que no necesitó convocatorias, ni manipulaciones de ningún tipo. Así renace la fe de las nuevas generaciones, ante los ojos de los que nunca la perdieron y dando muestra de su acompañaron este 8 de septiembre a la Patrona de Cuba en su camino hacia la Catedral Santiaguera.
La multitud entonó esta anoche nuestro himno nacional como hacía mucho tiempo no se escuchaba, dicen los que saben y peinan canas. Se puede calificar este acontecimiento de histórico, si se tiene en cuenta que han pasado 50 años inculcando una ideología atea y criminalizando toda manifestación religiosa. Sin embargo, esta peregrinación que hizo que esta las piedras de las calles santiagueras vibraran de emoción, es una prueba evidente de que nuestro Santiago vive.
Los cubanos que llevamos 50 años de marchas y desfiles, podemos decir que esta peregrinación fue algo diferente. Un pueblo que marchaba disciplinadamente, junto a miembros de los distintos movimientos y partidos de oposición, encabezados por sus nuevos representantes sociales, los integrantes del Municipio de Oposición en Santiago de Cuba.
Las personas desbordaban las aceras y desde los balcones de la casas con velas encendidas mostraban en sus brazos las imágenes de la Virgen de la Caridad del Cobre, ante los ojos atónicos de docenas de oficiales de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria, que veían como tantos años de represión no pudieron apagar la llama de la fe, en todo un pueblo. La fe que era capaz de convocar por encima de su capacidad represiva, si esa multitud se lanzaba a clamar justicia por sus actos.
Sin embargo, del clamor - como un susurro- solo se escuchaba: “Virgen María, ruega por nosotros, Santa María, madre de Dios, para que con tu gracia nos ayude a nuestra patria, para que con tu sabiduría nos muestre el camino para crear un país próspero, sin odios ni rencores en esta sufrida tierra. Ruega por todos nosotros, por todos nuestros hermanos que hoy están cumpliendo injustas condenas y por aquellos que no pueden hoy ver la luz de sol, porque el odio y la incomprensión los sumieron en el sueño eterno”.
Así, bajo esta plegaria llegamos a la Catedral, luego de realizar una procesión que había sido suspendida desde el año 1961. Año en que se celebró la última y que el régimen había evitado que se efectuara, para que nuestro pueblo no tuviera la oportunidad de dar esa prueba de fe, que en esta ocasión nos regaló, para la satisfacción de todos.

viernes, 11 de septiembre de 2009

martes, 8 de septiembre de 2009

Mensaje de Barack H. Obama a los estudiantes norteamericanos.


Les confieso que no soy obamista. Pero esta vez tengo que reconocer que su alocución por el nuevo curso escolar dirigida fundamentalmente a los estudiantes de las escuelas públicas estadounides, es remarcable, digna de tomarse en cuenta para cerrar filas en la dificil tarea de la educación de nuestros niños y jovenes.

Obama establece muy bien la relación: Estado-escuelas-maestros-padres- estudiantes. En su discurso ha señalado la responsabilidad indididual de cada cual en el complejo rol de la educación. Visto así, puede parecer lo mismo de siempre, pero esta vez, el presidente del cambio, ha enfatizado algo muy importante y decisivo: la responabilidad individual de los estudiantes como ciudadanos de esta gran nación, cuyo futuro depende del esfuerzo que hoy realicen las nuevas generaciones, herederas de un país forjado en el trabajo creador, el estudio, la superación y el esfuerzo individual de cada ciudadano que se ha propuesto alcanzar metas superiores en su vidas independientemente de su estatus social, color de su piel, condiciones de vida, limitaciones fisicas o economicas.

Es un mensaje muy positivo y ojala trascienda los marcos de esta gran nación. Ojalá otros paises sean capaces de copiar este ejemplo, principalmente los abanderados del socialismo del siglo XXI, tan errados en sus políticas y gestiones económicas y sociales, pero sobre todo, en la educación de las nuevas generaciones.

Aqui les dejo el discurso íntegro. Si tienen dificultades con el inglés pueden usar el traductor colocado en la columna de la derecha.

The President: Hello everyone – how’s everybody doing today? I’m here with students at Wakefield High School in Arlington, Virginia. And we’ve got students tuning in from all across America, kindergarten through twelfth grade. I’m glad you all could join us today.
I know that for many of you, today is the first day of school. And for those of you in kindergarten, or starting middle or high school, it’s your first day in a new school, so it’s understandable if you’re a little nervous. I imagine there are some seniors out there who are feeling pretty good right now, with just one more year to go. And no matter what grade you’re in, some of you are probably wishing it were still summer, and you could’ve stayed in bed just a little longer this morning.
I know that feeling. When I was young, my family lived in Indonesia for a few years, and my mother didn’t have the money to send me where all the American kids went to school. So she decided to teach me extra lessons herself, Monday through Friday – at 4:30 in the morning.
Now I wasn’t too happy about getting up that early. A lot of times, I’d fall asleep right there at the kitchen table. But whenever I’d complain, my mother would just give me one of those looks and say, "This is no picnic for me either, buster."
So I know some of you are still adjusting to being back at school. But I’m here today because I have something important to discuss with you. I’m here because I want to talk with you about your education and what’s expected of all of you in this new school year.
Now I’ve given a lot of speeches about education. And I’ve talked a lot about responsibility.
I’ve talked about your teachers’ responsibility for inspiring you, and pushing you to learn.
I’ve talked about your parents’ responsibility for making sure you stay on track, and get your homework done, and don’t spend every waking hour in front of the TV or with that Xbox.
I’ve talked a lot about your government’s responsibility for setting high standards, supporting teachers and principals, and turning around schools that aren’t working where students aren’t getting the opportunities they deserve.
But at the end of the day, we can have the most dedicated teachers, the most supportive parents, and the best schools in the world – and none of it will matter unless all of you fulfill your responsibilities. Unless you show up to those schools; pay attention to those teachers; listen to your parents, grandparents and other adults; and put in the hard work it takes to succeed.
And that’s what I want to focus on today: the responsibility each of you has for your education. I want to start with the responsibility you have to yourself.
Every single one of you has something you’re good at. Every single one of you has something to offer. And you have a responsibility to yourself to discover what that is. That’s the opportunity an education can provide.
Maybe you could be a good writer – maybe even good enough to write a book or articles in a newspaper – but you might not know it until you write a paper for your English class. Maybe you could be an innovator or an inventor – maybe even good enough to come up with the next iPhone or a new medicine or vaccine – but you might not know it until you do a project for your science class. Maybe you could be a mayor or a Senator or a Supreme Court Justice, but you might not know that until you join student government or the debate team.
And no matter what you want to do with your life – I guarantee that you’ll need an education to do it. You want to be a doctor, or a teacher, or a police officer? You want to be a nurse or an architect, a lawyer or a member of our military? You’re going to need a good education for every single one of those careers. You can’t drop out of school and just drop into a good job. You’ve got to work for it and train for it and learn for it.
And this isn’t just important for your own life and your own future. What you make of your education will decide nothing less than the future of this country. What you’re learning in school today will determine whether we as a nation can meet our greatest challenges in the future.
You’ll need the knowledge and problem-solving skills you learn in science and math to cure diseases like cancer and AIDS, and to develop new energy technologies and protect our environment. You’ll need the insights and critical thinking skills you gain in history and social studies to fight poverty and homelessness, crime and discrimination, and make our nation more fair and more free. You’ll need the creativity and ingenuity you develop in all your classes to build new companies that will create new jobs and boost our economy.
We need every single one of you to develop your talents, skills and intellect so you can help solve our most difficult problems. If you don’t do that – if you quit on school – you’re not just quitting on yourself, you’re quitting on your country.
Now I know it’s not always easy to do well in school. I know a lot of you have challenges in your lives right now that can make it hard to focus on your schoolwork.
I get it. I know what that’s like. My father left my family when I was two years old, and I was raised by a single mother who struggled at times to pay the bills and wasn’t always able to give us things the other kids had. There were times when I missed having a father in my life. There were times when I was lonely and felt like I didn’t fit in.
So I wasn’t always as focused as I should have been. I did some things I’m not proud of, and got in more trouble than I should have. And my life could have easily taken a turn for the worse.
But I was fortunate. I got a lot of second chances and had the opportunity to go to college, and law school, and follow my dreams. My wife, our First Lady Michelle Obama, has a similar story. Neither of her parents had gone to college, and they didn’t have much. But they worked hard, and she worked hard, so that she could go to the best schools in this country.
Some of you might not have those advantages. Maybe you don’t have adults in your life who give you the support that you need. Maybe someone in your family has lost their job, and there’s not enough money to go around. Maybe you live in a neighborhood where you don’t feel safe, or have friends who are pressuring you to do things you know aren’t right.
But at the end of the day, the circumstances of your life – what you look like, where you come from, how much money you have, what you’ve got going on at home – that’s no excuse for neglecting your homework or having a bad attitude. That’s no excuse for talking back to your teacher, or cutting class, or dropping out of school. That’s no excuse for not trying.
Where you are right now doesn’t have to determine where you’ll end up. No one’s written your destiny for you. Here in America, you write your own destiny. You make your own future.
That’s what young people like you are doing every day, all across America.
Young people like Jazmin Perez, from Roma, Texas. Jazmin didn’t speak English when she first started school. Hardly anyone in her hometown went to college, and neither of her parents had gone either. But she worked hard, earned good grades, got a scholarship to Brown University, and is now in graduate school, studying public health, on her way to being Dr. Jazmin Perez.
I’m thinking about Andoni Schultz, from Los Altos, California, who’s fought brain cancer since he was three. He’s endured all sorts of treatments and surgeries, one of which affected his memory, so it took him much longer – hundreds of extra hours – to do his schoolwork. But he never fell behind, and he’s headed to college this fall.
And then there’s Shantell Steve, from my hometown of Chicago, Illinois. Even when bouncing from foster home to foster home in the toughest neighborhoods, she managed to get a job at a local health center; start a program to keep young people out of gangs; and she’s on track to graduate high school with honors and go on to college.
Jazmin, Andoni and Shantell aren’t any different from any of you. They faced challenges in their lives just like you do. But they refused to give up. They chose to take responsibility for their education and set goals for themselves. And I expect all of you to do the same.
That’s why today, I’m calling on each of you to set your own goals for your education – and to do everything you can to meet them. Your goal can be something as simple as doing all your homework, paying attention in class, or spending time each day reading a book. Maybe you’ll decide to get involved in an extracurricular activity, or volunteer in your community. Maybe you’ll decide to stand up for kids who are being teased or bullied because of who they are or how they look, because you believe, like I do, that all kids deserve a safe environment to study and learn. Maybe you’ll decide to take better care of yourself so you can be more ready to learn. And along those lines, I hope you’ll all wash your hands a lot, and stay home from school when you don’t feel well, so we can keep people from getting the flu this fall and winter.
Whatever you resolve to do, I want you to commit to it. I want you to really work at it.
I know that sometimes, you get the sense from TV that you can be rich and successful without any hard work -- that your ticket to success is through rapping or basketball or being a reality TV star, when chances are, you’re not going to be any of those things.
But the truth is, being successful is hard. You won’t love every subject you study. You won’t click with every teacher. Not every homework assignment will seem completely relevant to your life right this minute. And you won’t necessarily succeed at everything the first time you try.
That’s OK. Some of the most successful people in the world are the ones who’ve had the most failures. JK Rowling’s first Harry Potter book was rejected twelve times before it was finally published. Michael Jordan was cut from his high school basketball team, and he lost hundreds of games and missed thousands of shots during his career. But he once said, "I have failed over and over and over again in my life. And that is why I succeed."
These people succeeded because they understand that you can’t let your failures define you – you have to let them teach you. You have to let them show you what to do differently next time. If you get in trouble, that doesn’t mean you’re a troublemaker, it means you need to try harder to behave. If you get a bad grade, that doesn’t mean you’re stupid, it just means you need to spend more time studying.
No one’s born being good at things, you become good at things through hard work. You’re not a varsity athlete the first time you play a new sport. You don’t hit every note the first time you sing a song. You’ve got to practice. It’s the same with your schoolwork. You might have to do a math problem a few times before you get it right, or read something a few times before you understand it, or do a few drafts of a paper before it’s good enough to hand in.
Don’t be afraid to ask questions. Don’t be afraid to ask for help when you need it. I do that every day. Asking for help isn’t a sign of weakness, it’s a sign of strength. It shows you have the courage to admit when you don’t know something, and to learn something new. So find an adult you trust – a parent, grandparent or teacher; a coach or counselor – and ask them to help you stay on track to meet your goals.
And even when you’re struggling, even when you’re discouraged, and you feel like other people have given up on you – don’t ever give up on yourself. Because when you give up on yourself, you give up on your country.
The story of America isn’t about people who quit when things got tough. It’s about people who kept going, who tried harder, who loved their country too much to do anything less than their best.
It’s the story of students who sat where you sit 250 years ago, and went on to wage a revolution and found this nation. Students who sat where you sit 75 years ago who overcame a Depression and won a world war; who fought for civil rights and put a man on the moon. Students who sat where you sit 20 years ago who founded Google, Twitter and Facebook and changed the way we communicate with each other.
So today, I want to ask you, what’s your contribution going to be? What problems are you going to solve? What discoveries will you make? What will a president who comes here in twenty or fifty or one hundred years say about what all of you did for this country?
Your families, your teachers, and I are doing everything we can to make sure you have the education you need to answer these questions. I’m working hard to fix up your classrooms and get you the books, equipment and computers you need to learn. But you’ve got to do your part too. So I expect you to get serious this year. I expect you to put your best effort into everything you do. I expect great things from each of you. So don’t let us down – don’t let your family or your country or yourself down. Make us all proud. I know you can do it.
Thank you, God bless you, and God bless America.

domingo, 6 de septiembre de 2009

El tiempo

Tiempo


El beso que no te di
se me ha vuelto estrella dentro...
¡Quien lo pudiera tornar
- en tu boca...- otra vez beso!


Quien pudiera como el río
ser fugitivo y eterno:
partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco...


Es tarde para la rosa,
es pronto para el invierno,
mi hora no está en el reloj...
¡Me quedé fuera del tiempo!


Tarde, pronto, ayer, perdido...
mañana inlogrado, incierto
hoy...¡ Medidas que no pueden
fijar, sujetar un beso!...


Un kilometro de luz,
un gramo de pensamiento...
(de noche el reloj que late
es el corazón del tiempo...)


Voy a medirme el amor
con una cinta de acero:
Una punta en la montaña...
la otra...¡Clávala en le viento!

Dulce María Loynaz





sábado, 5 de septiembre de 2009

Te ofrezco mis manos

Te ofrezco mis manos,
ven, acércame las tuyas...
Tratemos de tocar con ellas
los primeros destellos del alba...
Verás cómo el sol se detiene
y nos brinda un trago de su luz
para calentarnos el alma.

Vamos a empezar nuestro día
cogidos de las manos;
vamos a entrelazar las rutas
de estas líneas paralelas
que persisten en alejarnos.

Vamos a remontarnos lejos
para buscar aquellas noches
que se nos quedaron dormidas,
vamos a rescatar los besos
que no nos dimos por temor
a desatar la furia de las dudas.

No te quedes ahí, como si nada.
Aprende a liberarte de ti mismo
ensayando la sonrisa de la vida.
Si te quedas ahí, nos condenarás
al fracaso inutil de los sueños,
se nos irá el sol y también el alba.


Se hará tarde y ya no estaré aquí,
ofreciéndote mis manos,
para alcanzar ese rayo de luz
que nos despierte el alma.

Esperanza E Serrano
Fort Myers, 2008

viernes, 4 de septiembre de 2009

Marcha mundial: No Más Chavez




Por el bien de la humanidad, los defensores de la libertad nos oponemos al socialismo-fidelismo del siglo XXI que Chavez y su comparsa pretenden implantar en America Latina.
No más Chavez,


lunes, 31 de agosto de 2009

Félix Pagés Romeo

Amigos, los invito a a visitar esta pagina
Biografía Su obra; página 1 Su obra; página 2


AUTÉNTICA POESÍA


Félix Pagés-Romeo


Félix Pagés-Romeo, nació el 27 de julio del año 1928 en Nueva Paz, un pequeño pueblo costero al sur de la provincia de La Habana, CUBA. Desde muy pequeño fue amante de las letras, siendo su mayor vocación escribir, y la lectura de libros de literatura. A la temprana edad de once años ya Félix había escrito varios poemas, los cuales conserva en un lugar preeminente de sus archivos, con un cuidado y un cariño muy especial.
Graduado de Bachiller en Ciencias y Letras sus trabajos literarios le hicieron merecedor de galardones y reconocimientos por parte de distintas entidades del ramo. Más tarde las aulas de la entonces prestigiosa Universidad de La Habana, le sirvieron de fuentes para ampliar sus conocimientos.

A la edad de 24 años contrajo matrimonio con Haydée Álvarez Martínez, doctora en Pedagogía también graduada en las aulas de la que fue ilustre Universidad de la Habana. De ésta unión les nació una hija, Isis, la cual es la madre de tres hermosos retoños y por supuesto son los nietos muy queridos de Félix y de Haydée, su querida esposa.
A raíz del triunfo de la revolución comunista en Cuba, liderada por los hermanos Castro, las cosas no fueron nada sonrientes para Félix, quien acostumbrado a pensar y escribir libremente, muy pronto se vio advertido por el régimen para que moderara sus escritos y expresiones alusivas al proceso revolucionario que guiaba a su manera todas las formas del pensamiento y de la escritura.

Ante esta situación, Félix, gran partidario de la libertad y de los derechos del hombre a hablar y expresarse libremente, pendía sobre él, -cual espada de Damocles-, la constante amenaza por parte del régimen para que silenciara su voz o exponerse a ser silenciado por la fuerza.
En vista de esa situación, sólo existía un camino... el exilio, y lo tomó emigrando a los Estados Unidos donde hoy reside con su familia, a la cual añadió un nuevo retoño, esta vez un varón que lleva también el nombre de Félix.

Ubicado en el bello Estado sureño de Virginia, muy cerca de Washington D.C. la capital de la nación, junto a las márgenes de los ríos Pottomac y Shenandoah, a los pies de las bellas montañas Apalachian, casi con vista al Valle encantado del Shenandoah, hoy tiene Félix enclavada su residencia, y desde allí piensa, y desde allí escribe y desde allí nos envía sus creaciones todas llenas del romanticismo, ilustrando con ellos el bello estilo de la auténtica poesía. Bellos poemas que a través de ellos podremos descubrir sus sueños, sus ilusiones y sus esperanzas. Y desde allí sueña con poder volver un día a su querida Perla del Caribe.

Varios periódicos y revistas locales se han hecho eco de sus obras, perpetuadas en el hilo invisible que une su arte con los más destacados poetas de años atrás.
AUTÉNTICA POESÍA abre sus páginas con entusiasmo y se honra en mostrar una breve antología de su obra poética. Disfruten de la belleza de las poesías de Félix Pagés-Romeo.

Arriba

domingo, 30 de agosto de 2009

Hoy quiero decirte...


Hoy quiero decirte...

Desde acá, desde esta vieja ciudad donde vivo exiliada desde hace años puedo “ver” los barcos que se alejan en alta mar o los que llegan cargados de esperanzas a los puertos de los pueblos de mi tierra. Pueblos en los que la gente vive indiferente esperando lo que no acaba de llegar y que algunos, ya cansados, creen que morirán sin verlo.
Desde acá puedo mirar los ojitos tristes del niño parado detrás de una vidriera contemplando el juguete que desea y que sus padres no pueden comprarle porque cuesta más que todo el salario en pesos cubanos con los que le han pagado por un mes de trabajo, cualquiera que sea el oficio o la profesión que desempeñe en su puesto laboral.Qué más da cual sea el trabajo realizado si de todas formas el salario medio no alcanza para comprar un simple juguete a un niño que sueña con abrazar una pelota de verdad; una de esas pelotas grandes, llenas de franjas de colores, de esas que se ven tan bonitas reposando a los pies o en las manos de los turistas sin rostros definidos...
Turistas que se ven en cualquier portada de revista o en cualquier folleto, donde se anuncian y hasta se venden los paquetes de turismo a las hermosas playas cubanas, a sus elegantes hoteles con sus lujosas piscinas construidas con todo el glamur de la modernidad sofisticada, rendidora del culto a la buena vida y a la magia de los sueños imposibles de alcanzar para la gran mayoría, los que se conocen como “cubanos de a pie”.
Desde acá se puede ver la cara con la expresión marcada por la frustración del maestro que se esforzó inútilmente durante años creyendo que cumplía una misión sagrada, al querer educar al hombre nuevo, al "ser perfecto" para una sociedad perfecta, distinta a todas. El hombre nuevo, idealizado desde su concepción teórica como ser superior... Hombre nuevo carente de valores humanos, ciego defensor de una ideología que propicia el culto desmedido a la personalidad del líder.
Ideología que sólo ha servido para esclavizar a pueblos y a sociedades enteras, y que hoy parece que muchos pueblos de América Latina se empeñan en abrazar y hasta se ufanan de copiar los moldes fidelistas impuestos en Cuba por más de cincuenta años. Ideología que ha creado un hombre nuevo hecho de arcilla, de la arcilla con la que se funden los mediocres los pusilánimes, los inactivos carentes de opiniones y de acciones propias, los indiferentes, los apáticos y los cómodos seguidores de consignas, los muertos en vida, buenos para nada. En Cuba el tal experimento del hombre nuevo del siglo XXI ha dado frutos negativos aunque por suerte para la humanidad, muchos se les escaparon de las manos a sus supuestos formadores o educadores. Los escapados son los que hoy forman las nuevas generaciones de cubanos dignos y los vemos por doquier, afanados, luchando por romper las cadenas con las que quisieron atarlos para privarlos de un mejor destino.
Desde acá puedo ver esos rostros sin caretas enfrentados con dignidad a la realidad de la búsqueda del pan de cada día de una manera honrada y decorosa, sin doblegar la frente, sin complicidades ni miedos aunque actúen cautelosos para burlar las leyes absurdas impuestas por los amos entronizados en el poder por la fuerza desde hace más de medio siglo. Desde acá también observo que en ellos se vislumbra el amanecer de un nuevo día. Observo el panorama con sana envidia y con regocijo aplaudo sus pasos disfrutando a plenitud sus canciones atrevidas, sus cuadros, sus poemas, sus obras de teatro, sus retos cuestionando la vida cotidiana, algunos ya aprendieron a escribir sin miedos sobre el diario vivir de los cubanos publicando blogs que burlan la censura , y sobre todo, admiro y respeto a los cientos de presos en las ergástulas castristas que no se rinden y prefieren morir, para que se respeten los derechos humanos en Cuba, antes que mendingarle un perdón o hacer una “mea culpa” para que los liberen de sus condenas.
Desde mi condición de exiliada puedo escuchar el silencio de las Damas de Blanco desfilando por las calles de La Habana o sus voces reclamando justicia frente al mundo. Siento un profundo respeto por ellas y desde acá, siento la urgencia de unir mi voz a sus reclamos, aunque no sepa como hacerlo, el caso es, por lo menos intentarlo.También puedo ver cómo han pasado los años y muchos ancianos hoy se arrepienten de su ceguera cuando, al compás de la sordina de las tardes mustias, se mecen en sus viejos sillones o permanecen sentados inermes en un viejo balcón o detrás de una ventana, mientras sus mentes vagan recorriendo los caminos transitados...
Caminos que desde el comienzo han estado lleno de tropezones y de sufrimientos en los que se incluyen los fusilamientos, las condenas en los campos de la UMAP, los actos de repudio, la discriminación y la exclusión por falsos conceptos ideológicos y políticos, la separación de las familias, la muerte de los hijos, hermanos y sobrinos, en campos de batallas en países lejanos; el hambre y las carencias de las cosas más elementales... Caminos donde la falta de libertades civiles, las violaciones constantes de los sagrados derechos humanos, el odio, la envidia, los resentimientos, las frustraciones, la doble moral, la corrupción política y una gran represión, han terminado asfixiando a los seres humanos, condenándolos a una existencia llena de vicisitudes y carencias, sin esperanzas de alcanzar mejores niveles de vida. Estoy segura que ni el más experto de los especialistas en estudios sociales, pudo imaginar alguna vez que se podría llegar a ese estado tan deplorable de miseria económica y humana, en un país que otrora fuera tan distinto, tan próspero y tan alegre.
Muchas veces me domina la tristeza porque sé que hoy nuestro destino, sería diferente si todos nos hubiéramos unidos en el momento preciso, y nos hubiéramos enfrentado al monstruo desde un inicio.Han pasado muchos años y aun recuerdo la firme decisión de mi hermano cuando me dijo: “Yo no te acompaño, yo me quedo. Ellos son los que sobran, ellos son los que tienen que irse”. Fui tonta al no entender aquel mensaje. Como muchos, hice lo más fácil. Quizás actué por egoísmo, por cobardía, por inmadurez, o por estupidez, sin saber que también al hacerlo, perdía mis derechos más elementales como ciudadana cubana. Les di el gusto de irme y dejarles a su disposición lo que por ley también me pertenece.Han pasado los años y allá todo ha empeorado.
Desde acá puedo decir que me siento mutilada. Que me duele ver cómo andan las cosas en mi patria y cómo desde aquí casi no puedo hacer nada por cambiarlas. Allá, cada día la bestia es más salvaje castigando en las cárceles a los mas valientes, a los que se arriesgan a gritar a los cuatro vientos: “Queremos libertad, queremos que se respeten nuestros derechos humanos, queremos elecciones libres, queremos otros partidos políticos, queremos cambios, no queremos más autoritarismo, no queremos mas fidelismo ni socialismo, no queremos más dictaduras, queremos justicia paz y libertad en una Cuba con todos, por todos, y para todos los cubanos.”.
No miento cuando digo que desde acá siento la carga de mi culpa y la de otros como yo. De nada vale lamentarse pero es de humanos hacer un recuento y pensar en lo vivido, comparar y dudar y hasta tener el valor de reconocer nuestros errores, aunque sea un poco tarde para empezar de nuevo. He llegado a la conclusión de que Ellos, los presos políticos, los dignos hijos de Cuba, están en esas celdas por nosotros, porque les fallamos, porque no estuvimos a su lado cuando más nos necesitaron, porque dejamos que fueran solos a cumplir sus injustas condenas. Hicimos lo que hacen otros millones que se tapan los ojos y los oídos para no ver lo que pasa. Somos culpables por nuestra indiferencia, por nuestra apatía y por el conformismo cobarde que nos ata y nos vuelve incapaces, y nos convierte en cómplices de quienes ostentan por la fuerza el poder.
También creo que hemos sido y seguimos siendo, víctimas del miedo a inmolarnos, somos el resultado humano de quienes han vivido en la zozobra de no saber qué hacer o decir por temor al vecino o el familiar cercano que puede ser un informante delator. El temor impuesto por las represalias oscilantes entre el perder el empleo, y no tener donde ganarse los cuatro quilos prietos para comprar el mendrugo de pan que venden por la libreta de racionamiento, hasta ir preso, o ser fusilado si te juzgan y te declaran un enemigo o un traidor de tu pueblo. A veces me desesperan los días como hoy, cuando sintonizo la radio o la TV y escucho las noticias que hablan de estas verdades que llevo clavadas en el alma. Aunque quiera huir de mí misma y me empecine en creer que otros son los culpables, de mis y de nuestras desgracias, bien sé que nos moriremos de penas sin ver los ansiados cambios si todos seguimos atados a nuestras debilidades, a nuestros miedos, a nuestras frustraciones...
Todo esto que hoy escribo he querido decirlo desde hace mucho tiempo, pero mis manos y mi voz se apretaban en mi pecho y mis neuronas no daban el salto necesario para romper las barreras del silencio. Ojala los que me leen puedan entender que, a pesar de los años y de las miles de cosas que hoy me separan de mi tierra, aun la recuerdo con amor y con una gran nostalgia. Nostalgia propia de los que añoramos nuestras raíces, de los que vivimos exiliados en tierras extrañas y todo nos resulta ajeno, como si estuviéramos de paso, viviendo en una latitud que no nos pertenece, que no es nuestra. Aunque asimilemos la cultura del país donde residimos, y nos adaptemos a las nuevas condiciones de vida, no hay formas de escapar de ese sentimiento de no pertenencia, de no identificación plena con lo que nos rodea. No hay formas de escapar de ese deseo de regresar al lugar de origen, al punto de partida donde iniciamos nuestras vidas.

Esperanza E Serrano
Fort Myers Fl, 2009

lunes, 24 de agosto de 2009

No es de amor la pena que me abruma...



No, no es de amor la pena que me abruma
no es de celos la fiebre que me abraza,
no es de acero el puñal que me traspasa,
ni es de fastidio mi dolor, en suma.

Es una imagen leve como espuma,
que vive en mi alma y de mi ser no pasa,
y que está siempre, cual flotante gasa
suspensa entre mis ojos y mi pluma.

Un vago sentimiento, una memoria,
mezcla infeliz de lágrimas y horrores,
de afán supremo y borrascoso duelo

La ausencia, en fín, del centro de la gloria;
el recuerdo de Cuba y de sus flores,
y el adiós de sus palmas y su cielo...
Rafael María de Mendive

domingo, 23 de agosto de 2009

"Eternos amantes"


"Eternos amantes"

Otra vez la lluvia me acaricia,
y otra vez estoy jugando
a ser la niña que despertó
con el calor de tus brazos,
cuando la luna se dormía
en un suspiro, y el sol abría
la puerta para colarnos
el aroma de las horas detenidas
en los susurros de las rosas
embriagadas de ternura.

Las caricias de esta lluvia
me devuelven tus besos
y me traen la esperanza
de otra aurora sonriente,
cuando pasen los siglos
y otra vez despertemos abrazados,
cual eternos amantes elegidos por los dioses
para tocarnos un segundo aquí en la tierra,
y otra vez, al separarnos,
vagar sin rumbos ciertos...
perdidos en las galaxias del retorno.
Esperanza E Serrano