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jueves, 21 de julio de 2011

La vida se me escapa...



La vida se me escapa hecha pedazos.
Mi viejo corazón viste jirones,
jirones de desengaños y quebrantos.

Afuera una lluvia impertinente
golpea los cristales de mi puerta...
Un ciervo herido busca, desesperado,
refugio tras la roca del viejo puente.

La mata de gardenia está marchita.
¡Ojalá esta lluvia sirva para algo!
Ojalá otra vez los rosales escapen,
escapen de esa muerte que acaba con ellos,
y con las mariposas y torcazas
que, a veces, acuden a mi huerto.

El cielo gris se desploma con fuerza
huracanada sobre las calles desiertas.
El viejo reloj marca las 12 de otro día
de este año loco...
Quizás el viejo reloj quiera recordarme
que debo declarar si estoy ida,
si aun existo, o si simplemente,
vegeto entre los muertos.

He paseado a mi otra Yo por el pasillo
y los espejos se han quedado mudos,
no sé si les apena esta sombra impostora
que vaga sin dueña por la casa, o si temen
descubrir nuevas arrugas en mi frente.

De cualquier manera afuera llueve,
y otra vez aqui estoy, angustiada,
golpeando las teclas de mi laptop,
tratando de que escapen estas notas
pesimistas que me embargan...

Penas, penas y tormentos que pesan
y no quiero retenerlos,
por eso los suelto de esta forma,
para que vuelen libres,
para que se pierdan
con esa lluvia que se marcha
por los tragantes de la esquina,
sin que nadie se percate
de su éfimera existencia.
Esperanza E Serrano

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