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martes, 6 de abril de 2010

Los últimos días de Orlando Zapata Tamayo


por Normando Hernández González, Grupo de los 75
Hospital Nacional de Reclusos, Combinado del Este

La brisa de la mañana es fría. Los rayos del sol se empecinan –inútilmente- en calentar el interior de las blancas estructuras de hormigón que como gigantes sepulturas almacenan a miles de muertos vivos de la prisión del Combinado del Este.

La noticia corre como reguero de pólvora. Los guardias, los presos, los doctores y doctoras, las enfermeras y enfermeros y el personal civil del Hospital Nacional de Reclusos (HNR) comentan sobre el misterioso preso que trajeron alrededor de las cero horas bajo un fuerte operativo de la policía política y al cual, salvo poquitísimas excepciones de los trabajadores del HNR, han visto.

Nadie sabe decir como se llama el recluso. Si es blanco o negro, joven o viejo. El misterio se presta para la especulación: “Es un preso político de Camagüey al que los guardias dieron una paliza y está grave”, dicen unos. Otros afirman: “Es un preso político que se está muriendo y lo trajeron de Camagüey para que muera en la Habana” La mayoría asegura: “Es un preso político que trasladaron desde Camagüey porque lleva como ochenta días en huelga de hambre y se está muriendo” Todos coinciden: “Es un preso político, lo trajeron de Camagüey y está grave” Los militares de la Seguridad del Estado guardan silencio.

Es martes 16 de febrero de 2010. El misterioso prisionero respira con dificultad. Las flemas lo ahogan, lo asfixian. El guardia corre, está asustado. Intercepta a un recluso en la entrada de la sala de Terapia Intensiva y jadeando, con el rostro lívido le dice: “¡Corre, apúrate!... ¡Busca al electricista!... ¡Que venga rápido! ¡Es urgente!” El extractor no funciona. Supuestamente tiene problemas de electricidad.
Los doctores logran estabilizar a quien agoniza.

Avanza el día y la presencia de oficiales de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, aumenta. El terror que irradia las figuras de estos autómatas se adueña de tirios y troyanos. Pocos quieren hablar del recién llegado. Los que hablan lo hacen en susurro y vigilando de que nadie los escuche.

En horas de la tarde la tensión se incrementa. El HNR está tomado, literalmente, por miembros de la Contra Inteligencia de la Seguridad del Estado.

Oficiales del Ministerio del Interior (MININT) tiran un cable telefónico por la azotea del hospital e instalan un puesto de mando en el cubículo 2 de la sala de Terapia Intensiva, a la cual no dejan entrar ni a los guardias de la institución médica. Monitorean todo lo que ocurre en el cubículo 3 donde muere, lentamente, un prisionero de conciencia.

Pasan uno, dos días. Es 18 de febrero y comienza a filtrarse lo que tan oculto quieren mantener los militares de la policía política. El preso de conciencia en verdad está grave, se está muriendo. Su nombre: Orlando Zapata Tamayo.

Contando el martes 16, han pasado cuatro días de que Zapata llegara al HNR. Desde entonces un desfile de doctores en medicina de diferentes especialidades, traídos de otras instituciones médicas, lo visitan a diario.

Zapata está conectado a equipos médicos que controlan sus signos vitales y otros que lo mantienen respirando, con vida. También lo alimentan por vía parenteral. Pero ya es tarde. El daño es irreversible. Quienes lo vieron llegar señalaron: “Este hombre ya está muerto.”

El sábado 20 se conoce que a Zapata le arrancaron la vida en Camagüey. Así lo interpretaron disidentes de esta provincia cubana cuando denunciaron que a Orlando Zapata Tamayo, los guardias de la prisión de Kilo 8 le dieron una salvaje paliza y después, sin darle ninguna asistencia médica, lo escondieron en una celda de castigo, durante dieciocho días, para que nadie viera las lesiones que le provocaron. Además este tiempo lo mantuvieron sin ofrecerle agua para obligarlo a desistir de la huelga de hambre que había comenzado el 3 de diciembre de 2009, exigiendo se respetaran sus derechos de prisionero político.

Señalaron los disidentes que cuando sacaron a Zapata de la prisión y lo llevaron para el hospital Amalia Simoni, ya estaba como muerto.

Su señora madre, Reyna Luisa Tamayo, pudo constatar las lesiones que le provocaron los militares cuando lo golpearon: “Tenía hematomas en la espalda, los hombros y otras partes del cuerpo”, señaló.
El sonido al ser cerrada la puerta de un auto indica que llegó la madre de un héroe. Los presos que están ingresados en el hospital se encaraman encima de las camas, de las sillas, de las rejas… para admirar en silencio y ver subir por la escalinata del HNR a una Mariana de estos tiempos que viene vestida de blanco, con paso firme, seguro; con el corazón en el medio del pecho; henchida de valor, de ternura, de amor…para el hijo que entrega la vida por un ideal. La vemos sin derramar lágrimas porque ya se le acabaron de tanto llorar los abusos, las torturas… que ha sufrido y sufre ese héroe que salió de sus entrañas. Ya se le agotaron las lágrimas de tanto llorar por ver a su amado hijo morir lentamente durante casi siete años de injusto y cruel encierro dentro de las prisiones castristas. Reyna Luisa Tamayo, mira al frente. Nada ni nadie desvía su atención. Tiene un solo pensamiento. El pensamiento que tiene toda madre cuando ve morir, en cámara lenta, a su hijo: “Si puedo dar la vida para que él viva, con gusto la doy.”

Zapata no responde al llamado de su madrecita. Está inconsciente, tiene algodones encima de los ojos y también está un poco rígido. “Se encuentra muy grave”, aseguran los médicos a la señora Tamayo.

El domingo 21 la peregrinación de médicos al HNR continúa. La ambulancia sigue entrando a todas horas, hasta por la madrugada. Trae aparatos médicos, medicamentos y sabrá Dios cuantas cosas más en el sentido bueno y malo de la palabra. Pero es por gusto. La vida de Zapata se apaga poquito a poquito.

“El teatro que han montado los representantes del gobierno cubano es dantesco, indignante” comentan algunos de los prisioneros del grupo de los 75, que se encuentran encarcelados en la prisión Combinado del Este y aseguran: “El gobierno de Cuba quiere dar a entender que se preocupa por la vida de Zapata. Lo que si no va a decir nunca es que desde el 20 de marzo de 2003, está castigando, golpeando, torturando, asesinando de forma lenta y premeditada a este héroe cubano. Lo que si no va ha decir nunca es que lo sancionaron a tres años de prisión por disentir del gobierno de los hermanos Castro y que le fueron sumando años a su condena en amañados juicios sumarísimos, sin ninguna garantía procesal, hasta llegar a 32 años de privación de libertad. Simplemente por exigir se respeten sus derechos de prisionero de conciencia, por exigir se respeten los derechos de todos los presos y además les den un trato digno de ser humano.

¡Que hipocresía! ¡Que bajeza! ¡Que maquiavelismo el de este gobierno que alevosamente asesina de forma lenta, con toda impunidad y luego monta una obra teatral para ocultar el asesinato!

Lunes 22; 4:30 de la tarde. Con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, los hombros caídos, la cabeza gacha con la mirada fija en el piso y el rostro compungido se dirige hacia la sala de Terapia Intensiva, acompañado por dos doctores, el también doctor y especialista en anestesiología, mayor Mariano Izquierdo, jefe de los servicios médicos del MININT (Ministerio del Interior) en Ciudad de La Habana. Aparenta estar preocupado, triste y no es para menos. Cualquier ser humano que tenga un ápice de humanidad también lo estaría. Zapata Tamayo está llegando a su fin. Se está muriendo, hace algunas horas, entró en coma. No lo pueden ni mover pues le podría ir en ello la vida. Un riñón no le funciona.

Médicos y oficiales de la Seguridad del Estado juegan con los sentimientos de la señora. Reyna, quién destruida está por ver a su hijo morir lentamente, sin poder hacer nada a su favor. Estos militares la ilusionan, la esperanzan, le aseguran que si zapata necesita un trasplante de riñón ellos lo harán. ¡Que desvergüenza! ¡Que falta de pudor! Hace apenas unas semanas atrás torturaron a Zapata durante 432 horas sin darle agua y ahora hablan de trasplantarle un riñón.

Alrededor de las 7:00 de la noche el aparato que controla los signos vitales de Zapata da la alarma. Los médicos corren. ¡Zapata se muere! ¡Está muerto! ¡No! Dicen que logran salvarlo.

Los doctores se ven asustados, los militares también. Están todos compungidos. Pasada las 9:00 pm ocurre lo inconcebible: Zapata es trasladado al hospital hermanos Amejeiras. Lo sacan de la sala de Terapia Intensiva del HNR acostado en una camilla. Lleva un suero puesto, tiene vendas que cubren todo su rostro y que solo dejan ver los agrietados labios que rodean un tubo plástico que tiene introducido por la boca. No da signos de vida y su cuerpo, consumido por 82 días en huelga de hambre, va tapado con una sábana blanca hasta el cuello. “! Hay que trasladarlo con cuidado, no se puede mover!”. Dice un médico a quienes cargan la camilla.

La madrugada es fría. Las estrellas tiemblan de emoción, allá en el infinito,. Dios acoge en su paraíso a un hombre que bendijo en vida dándole el valor de los héroes, la resistencia de los mártires, el espíritu de los Dioses. Acoge a un hombre que muere por amar a la Patria que lo vio nacer, por amar al prójimo como a sí mismo. Acoge a un humilde albañil cubano de 42 años de edad y de la raza negra. Acoge a Orlando Zapata Tamayo que después de 83 días en huelgas de hambre dando una lección universal de entereza, de patriotismo, de principio, de convicción… entrega su vida-según los médicos oficialistas –a las 3 y 14 horas de la madrugada del 23 de febrero de 2010.

Hoy más que nunca usted vive Zapata. Usted no ha muerto. Los dignos cubanos y cubanas lo honran, lo glorifican y lo recuerden en nuestro Himno Nacional que dice: “Morir por la Patria es vivir”.

Ciudad de La Habana, 5 de abril de 2010.

(Fuente: Mesa de Trabajo de Martha Beatriz Roque Cabello.)

por la libertad de los presos polÌticos cubanos

Galas de Cuba



Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé



Galas de Cuba

Cuba mi suelo querido,
que desde niño adoré,
siempre por ti suspiré
de dulce afecto rendido.
Por ti en el alma he sentido
gratísima inspiración.
Disfruta mi corazón
por tu dulcísimo encanto,
y hoy te bendigo y te canto
de mi ruda lira al son.

Cuba delicioso edén
perfumado por tus flores
"quien no ha visto tus primores,
ni vio luz ni gozó bien"
Con dulcísimo vaiven
besan tus playas los mares,
se columpian tus palmares,
gime el viento dulcemente
y adornan tu regia frente
blancos lirios y azahares.


Los nísperos que florecen
en las vegas de tus ríos
forman dulces murmuríos
si al son del viento se mecen;
te adornan y te embellecen
montes y cañaverales,
susurran tus caimitales,
te cantan los ruiseñores,
y arrulladas son tus flores
por las brisas tropicales.

En la provincia oriental,
bajo el cielo peregrino,
se eleva el monte Turquino,
siempre verde y colosal.
Allí el alegre zorzal,
sobre las ramas saltando,
ve en los peñascos rodando,
las flores que el viento quiebra
y a tu ardiente sol celebra
con su canto dulce y blando.


Tú tienes risueños prados
y seductoras campiñas,
dulces y fragantes piñas,
aves raras y ganados.
En tus montes elevados
se columpian las jocumas,
y en las plateadas yagrumas
que se elevan en el llano,
el tocororo cubano
luce sus variadsa plumas.

Tus cristalinos torrentes,
que entre flores se deslizan,
tus praderas fertilizan
con sus límpidas corrientes.
Hay a orillas de tus fuentes
bellezas indescriptibles,
y allí los juncos flexibles
en la vernal estación
besan las aguas al son
de los vientos apacibles.

Ostenta en ti el cocotero
sus primorosos racimos,
siendo sus frutos opimos
envidia del extranjero.
Tus diagames en enero
florecen siempre lozanos,
mil primores soberanos
tu faz de nácar destella,
y eres "la tierra más bella
que vieron ojos humanos."

Las guajiras entre flores
nacen en tus campos bellos
tienen negros los cabellos
y los ojos seductores;
con sus gracias y primores,
son gratas cual la ambarina,
donosas como una ondina,
dotadas de ardientes almas,
esbeltas como tus palmas,
dulces como mi Rufina.

Son tus aguas exquisitas
y regaladas tus frutas,
y bellísimas las grutas
de las lomas de Cubitas.
Mil bellezas infinitas
hay en medio de tus montes,
y a tus vastos horizontes
espléndida luz colora,
cuando al despuntar la aurora
cantan tus pardos sinsontes.

Son risueñas tus marañas
y tus bosques pintorescos,
y tus cedros gigantescos
se alzan sobre las montañas.
Tus plátanos y tus cañas
al caminante recrean,
te adornan y te hermosean,
de tu alma son los destellos,
y son azules y bellos
los mares que te rodean.


Se elevan los yamaqueyes

en tus terrenos feraces,

y se anidan las torcaces

en tus esbeltos mameyes,

sobre tus altos jagüeyes

se alzan las ceibas lozanas,

ostentan las yuraguanas

verdes pencas bulliciosas

y son alegres y hermosas

tus dilatadas sabanas.

Dichoso el que admira en ti

tus praderas florecientes,

tus ceibas y tus torrentes

y tu cielo azul turquí.

Tú eres siempre la que a mí

me inspira "cantos cubanos"

la patria de mis hermanos,

del Nuevo Mundo una estrella,

y en fin "la tierra más bella

que vieron ojos humanos."

J.C.N.F. El Cucalambé.

(1829.¿?)

domingo, 28 de marzo de 2010

Realidad

No hay f'értil prado que de trecho en trecho
no esconda del zarzal la espina aguda;
ni hay venturosos pecho
que no torture alguna vez la duda.

No hay cúspide vecina al sol radioso
que no envuelva la sombra algún momento
ni anhelo generoso
que no hiera glacial remordimiento.

Siempre hay una pasión que nos anima
y un imposible que su afán refrena;
no hay hombre que no gima,
ni pueblo que no arrastre su cadena.

Esteban Borrero Echeverría
(Padre de Juana Borrero
Camagüey, junio 28 1848
San Diego de los Baños 1906)

sábado, 27 de marzo de 2010

Ultima rima

Ultima rima

Yo he soñado en mis lúgubres noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
con un beso de amor imposible,
sin sed y sin fuego, sin fiebre y sin ansias.

Yo no quiero el deleite que enerva,
el deleite jadeante que abrasa,
y me causan hastío infinito
los labios sensuales que besan y manchan.

¡Oh, mi amado! ¡Mi amado imposible!
mi novio soñado de dulce mirada,
cuando tú con tus labios me beses,
bésame sin fuego, sin fiebre y sin ansias.

Dame el beso soñado en mis noches.
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
que me deje una estrella en los labios
y un tenue perfume de nardo en el alma.

Juana Borrero
(La Habana, 18 de mayo de 1877
Cayo Hueso 9 de marzo de 1896)

martes, 23 de marzo de 2010

Al parecer se impone el Obamacare...

Barack Obama

El presidente estadounidense Barack Obama firma el proyecto de ley de la reforma del sistema de salud el martes 23 de marzo de 2010. (Foto AP/J. Scott Applewhite)

Los democrátas lograron imponer su "Obamacare", a pesar de que los republicanos se mantuvieron firmes en su oposición total a la reforma del sistema nacional de salud propuesta por el presidente Barack Hussein Obama, por considerarla demasiado costosa e inefectiva.
Veremos que sucederá en el 2014 cuando obligatoriamente cada ciudadano de Estados Unidos tenga que pagar un seguro médico, so pena de ser multado sino está asegurado, tal como sucede con todo el que posee o maneja un carro.

Con toda la fiesta que han armado al declararse victoriosos, es bueno que sepan que "No todo es color de rosas":

"13 estados redactaron una demanda judicial contra la reforma de salud, que tildan de inconstitucional al obligar a los estadounidenses a suscribir un seguro de salud, lo que estiman que atenta contra los derechos constitucionales de los ciudadanos.

"Esta demanda judicial informará al gobierno federal que Florida (sureste) no permitirá que se ignoren o menosprecien los derechos constitucionales de nuestros ciudadanos ni la soberanía de nuestro estado", declaró el fiscal general de Florida Bill McCollum.

Otros 34 estados ya presentaron una demanda o anunciaron que tienen la intención de hacerlo, señaló la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales (National Conference of State Legislatures).

Leer más en:

Barack Obama promulga reforma de la salud que abre "nueva era en EEUU" - Yahoo! Noticias

jueves, 18 de marzo de 2010

Tiempo

Foto: Nacimiento del Río Cauto, Oriente. Cuba

TIEMPO

EL beso que no te di
se me ha vuelto estrella dentro.
¡Quién lo pudiera tornar
-y en tu boca...-otra vez beso!
Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco...
Es tarde para la rosa.
Es pronto para el invierno.
Mi hora no está en el reloj...
¡Me quedé fuera del tiempo!...
Tarde, pronto, ayer perdido...
mañana inlogrado, incierto
hoy... ¡Medidas que no pueden
fijar, sujetar un beso!...
Un kilómetro de luz,
un gramo de pensamiento...
(De noche el reloj que late
es el corazón del tiempo...)
Voy a medirme el amor
con una cinta de acero:
Una punta en la montaña.
La otra..., ¡clávala en el viento!
Dulce María Loynaz

Oda al Niagara


Templad mi lira, dádmela, que siento
en mi alma estremecida y agitada
arder la inspiración. ¡Oh!! ¡cuánto tiempo
en tinieblas pasó, sin que mi frente
brillase con su luz!... ¡Niágara undoso;
tu sublime terror sólo podría
tornarme el don divino, que, ensañada,
me robó del dolor la mano impía!
Torrente prodigioso, calma, calla
tu trueno aterrador; disipa un tanto
las tinieblas que en torno te circundan;
déjame contemplar tu faz serena
y de entusiasmo ardiente mi alma llena.

Yo digno soy de contemplarte: siempre
lo común y mezquino desdeñando.
ansié por lo terrífico y sublime.
Al despeñarse el huracán furioso,
al retumbar sobre mi frente el rayo,
palpitando gocé; vi al Océano,
azotado por austro proceloso,
combatir mi bajel, y ante mis plantas
vórtice hirviente abrir, y amé el peligro.
Mas del mar la fiereza,
en mi alma no produjo
la profunda impresión que tu grandeza.

Sereno corres, majestuoso, y luego
en ásperos peñascos quebrantado,
te abalanzas violento, arrebatado,
como el destino irresistible y ciego.
¿Qué voz humana describir podría
de la Sirte rugiente
lo aterradora faz? El alma mía
en vago pensamiento se confunde
al mirar esa férvida corriente
que en vano quiere la turbada vista
en su vuelo seguir al borde obscuro
del precipicio altísimo; mil olas,
cual pensamientos rápidos pasando,
chocan y se enfurecen,
y otras mil y otras mil ya las alcanzan,
y entre espuma y fragor desaparecen.

¡Ved: llegan, saltan! El abismo horrendo
devora los torrentes despeñados;
crúzanse en él mil iris, y asordados
vuelven los bosques el fragor tremendo.
En las rígidas peñas
rómpese el agua; vaporosa nube
con elástica fuerza
llena el abismo en torbellino, sube,
gira en torno, y al éter
luminosa pirámide levanta,
y por sobre los montes que le cercan
al solitario cazador espanta.

Mas, ¿qué en ti busca mi anhelante vista
con inútil afán? ¿Por qué no miro
alrededor de tu caverna inmensa
las palmas ¡ay! las palmas deliciosas,
que en las llanuras de mi ardiente patria
nacen del sol a la sonrisa, y crecen,
y al soplo de las brisas del Océano,
bajo un cielo purísimo se mecen?

Este recuerdo a mi pesar me viene...
Nada ioh Niágara! falta a tu destino,
ni otra corona que el agreste pino
a tu terrible majestad conviene.
La palma y mirto y delicada rosa,
muelle placer inspiren y ocio blando
en frívolo jardín; a ti la suerte
guardó más digno objeto, más sublime.
E! alma libre, generosa, fuerte,
viene, te ve, se asombra,
el mezquino deleite menosprecia,
y aun se siente elevar cuando te nombra

¡Omnipotente Dios! En otros climas
vi monstruos execrables
blasfemando tu nombre sacrosanto,
sembrar error y fanatismo impíos,
los campos inundar con sangre y llanto,
de hermanos atizar la infanda guerra,
y desolar frenéticos la tierra.

Vilos, y el pecho se inflamó a su vista
en grave indignación. Por otra parte
vi mentidos filósofos, que osaban
escrutar tus rnisterios, ultrajarte.
y de impiedad al lamentable abismo
a los míseros hombres arrastraban.
Por eso te buscó mi débil mente,
en la sublime soledad; ahora
entera se abre a ti; tu mano siente
en esta ininensidad que me circunda;
y tu profunda voz hiere mi seno
de este raudal en el eterno trueno.

¡Asombroso torrente!
;Cómo tu vista el ánimo enajena!
y de terror y admiración me llena!
¿Do tu origen está? ¿Quién ferti!iza
por tantos siglos tu inexhausta fuente?
¿Que poderosa mano
hace que al recibirte
no rebose en la tierra el Óceano.

Abrió el Señor su mano omnipotente;
cubrió tu faz de nubes agitadas,
dió su voz a tus aguas despeñadas
y ornó con su arco tu terrible frente.
Ciego, profundo, infatigable corres,
como el torrente oscuro de los siglos
en insondable eternidad...! Al hombre
huyen así las ilusiones gratas,
os florecientes días,
y despierta al dolor... ¡Ay! agostada
yace mi juventud; mi faz, marchita,
y la profunda pena que me agita
ruga mi frente de dolor nublada.

Nunca tanto sentí como este día
mi soledad y mísero abandono
y lamentable desamor... ¿Podría
en edad borrascosa
sin amor ser feliz? ¡Oh! ¡Si una hermosa
mi cariño fijase,
y de este abismo al borde turbulento
mi vago pensamiento
y ardiente adrniración acompañase!
¡Cómo gozara viéndola cubrirse
de leve palidez, y ser más bella
en su dulce terror, y sonreirse
al sostenerla mis amantes brazos...
Delirios de virtud... ¡Ay! ¡Desterrado,
sin patria, sin amores,
sólo miro ante mi llanto y dolores.

¡Niágara poderoso!
¡adiós! ¡adiós! Dentro de pocos años
ya devorado habrá la tumba fría
a tu débil cantor. ¡Duren mis versos
cual tu gloria inmortal! ¡Pueda piadoso
viéndote algun viajero,
dar un suspiro a la memoria mia!
Y al abismarse Febo en Occidente,
feliz yo vuele do el Señor me llama,
y al escuchar los ecos de mi fama,
alce en las nubes la radiosa frente.

Jose María Heredia


Himno al Desterrado

miércoles, 17 de marzo de 2010

Dia de Saint Patrick y yo ni me acordaba...

Mi bandera

Mi bandera

Al volver de distante ribera,
con el alma enlutada y sombría,
afanoso busqué mi bandera
¡Y otra he visto además de la mía!.

¿Dónde está mi bandera cubana,
la bandera más bella que existe?
¡Desde el buque la vi esta mañana,
y no he visto una cosa más triste...!

Con la fe de las almas austeras,
hoy sostengo con honda energía,
que no deben flotar dos banderas
donde basta con una: ¡la mía!.

En los campos que hoy son un osario
vió a los bravos batiéndose juntos,
y ella ha sido el honroso sudario
de los pobres guerreros difuntos.

Orgullosa lució en la pelea,
sin pueril y romántico alarde:
¡al cubano que en ella no crea
se le debe azotar por cobarde!

En el fondo de oscuras prisiones
no escuchó ni la queja más leve,
y sus huellas en otras regiones
son letreros de luz en la nieve...

¿No la veis? Mi bandera es aquella
que no ha sido jamás mercenaria,
y en la cual resplandece una estrella,
con más luz, cuánto más solitaria.

Del destierro en el alma la traje
entre tantos recuerdos dispersos,
y he sabido rendirle homenaje
al hacerla flotar en msi versos.

Aunque lánguida y triste tremola,
mi ambición es que el sol, con su lumbre,
la ilumine a ella sola, ¡a ella sola,
en el llano, en el mar y en la cumbre!

Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día...
Nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía.
Bonifacio Byrne
(Matanzas 1861-1936)