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domingo, 14 de octubre de 2012

Capriles cuadruplicó, Chávez es minoría

Por: Wilfredo Franco
El señor Chávez fue reelecto esta vez por el 42,6 % de los electores inscritos. El 57% de los electores inscritos votó por Capriles (34,2%), se abstuvo (21%) o votó nulo o por otros candidatos (2%). Para ese pírrico resultado, todos debemos reconocer que lo que hizo el Gobierno fue un raspado en la olla de votantes disponibles. Utilizó todos los recursos del Estado a su disposición para la campaña y para la votación, especialmente los de Pdvsa, pero también de ministerios, gobernaciones y alcaldías chavistas.
En los un poco más de 8 millones de votantes que afirma el CNE que obtuvo, con seguridad al menos un par de millones votaron por temor a perder el empleo, la misión, el crédito, el ascenso u otras presiones o incluso atendiendo a remuneraciones y regalos oficiales.

Entonces, ¿cuántos podrían estar realmente convencidos de su proyecto político de origen cubano? Digamos que la mitad, es decir, el 20-25% del registro electoral. De manera que el 75% de los venezolanos adultos no estamos de acuerdo con seguir avanzando en convertirnos en otra Cuba ni tampoco estamos felices con su pobrísima gestión de gobierno, a la luz de los resultados de 14 años y una inmensa cantidad de dinero mal administrada, incluyendo una cuantiosa deuda pública que crece día a día. Los votos del señor Chávez no son genuinos, no son limpios, no son perdurables y dependen altamente de los ingresos petroleros. Si el petróleo estuviera al precio de los inicios del gobierno del señor Chávez, por debajo de 9 dólares el barril, la mayor parte de sus votos se esfumaría, ¡Como una pompa de jabón!

A cambio de ello, el señor Capriles, abanderado de la oposición política organizada, pasó de 1,5 millones de votos en las primarias a 6,5 millones. ¡Aun sin alcanzar la victoria, ganó! La diferencia cualitativa de estos votos es que estos no obedecen a temores, a pagos ni a coacción de ningún tipo; son votos genuinos, limpios, producto de la conciencia de cada uno. Son votos perdurables que en forma natural tenderán a multiplicarse en el tiempo. Chávez, Capriles, usted y yo, estimado lector, sabemos que Capriles será presidente de Venezuela. Diga usted que está predestinado o que mostró su clase o que es carismático o que es un político joven y experimentado; lo que sea que se pueda decir, Capriles será presidente, como lo fue Caldera en este país o Lula en Brasil o Felipe González en España, simplemente manteniendo la constancia y firmeza de su liderazgo político.

Chávez obtuvo su última y pírrica victoria rodando cuesta abajo en el tobogán de la política. Él lo sabe, en esta campaña sintió pánico al sentir la posibilidad de perder, pero los cubanos lo salvaron. Por esa razón la calificó de Victoria Perfecta y por ello ondeó la bandera cubana en Miraflores. Para el régimen cubano era una materia de vida o muerte ganar esta elección y dieron el todo por el todo. La simbiosis que sirve a ambos regímenes se consolida, por ahora. Pues todo depende de los ingresos petroleros; así, si ocurriera un descalabro inesperado, como la caída de los precios del petróleo por razones políticas (suavización de los conflictos en el Medio Oriente) o por incremento de la producción en Estados Unidos, Canadá o Arabia Saudita, por ejemplo, no sería una idea descabellada plantearse el referéndum revocatorio a mitad del próximo periodo presidencial, a sabiendas que el régimen no posee la capacidad para resolver los mas ingentes problemas del país y el deterioro económico y social seguirá de la mano del socialismo cubano-chavista.
La boletas electorales se quemaron una vez concluido el conteo
A la Venezuela a la que pertenecemos el 57% de los venezolanos electores que no estamos de acuerdo con ese proyecto político, ajeno a nuestra idiosincrasia, le queda amarrarse bien los pantalones, arremangarse las mangas de la camisa y trabajar y trabajar y trabajar, más duro que nunca, primero para obtener el mayor numero de gobernaciones y alcaldías en diciembre, y segundo para educar políticamente a la mayor cantidad de electores sobre el inconmensurable valor de tener un verdadero país, donde funcionen las instituciones del Estado y la economía, por encima del temor a perder una dádiva del Gobierno.

De este proceso electoral surgió un liderazgo y una organización consolidada, que debe hacerse sentir frente a cada abuso del régimen, frente a cada violación de la Carta Magna y frente a la agudización de los problemas de todos los venezolanos y venezolanas por igual. Del mismo modo, no puede dejarse de reclamar por un sistema electoral que garantice la igualdad, la justicia y la pulcritud en cualquier proceso electoral. Está próximo a vencerse el período de los miembros rectores del CNE y de igual modo, un grupo de magistrados del TSJ ya están en situación de jubilación. Es una oportunidad para dar un paso en la reinstitucionalización y despartidización de esos poderes de la República. ¡Ahora es cuando se requiere de ánimo y energía para esforzarnos por el país que queremos, pero que debemos construir día a día, en la conciencia de todos y en la realidad material que nos rodea!
Fuente. Wilfredo Franco, El Universal, Google noticias e imágenes, edición: El Lagarto Verde
http://lagartoverde.com

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