El pasado nunca tuvo futuro. Comienza ahora
Avanzan los acuerdos y crecen la responsabilidad y la exigencia. Este es titulo del editorial del Granma del martes 16 de abril. Avanzamos en las reformas. En este año el 14 de enero nos dieron permiso para salir y entrar al país con un plazo de dos años sin que el Estado se apropie de nuestras pertenencias. Ya podemos vender la casa, el automóvil, nos arriendan una tierrita y el productor tiene permiso para comerciar con entidades turísticas. Nos suministran a algunos un crédito bancario, podemos también ejercer el trabajo por cuenta propia.
Ya unos años atrás nos habían permitido alquilar una habitación en un hotel teniendo derecho al servicio de gastronomía, comprar una computadora o un celular con línea propia y unos años antes nos habían legalizado el dólar por el cual cientos de cubanos habían ido a prisión. Todo con el estricto control del Estado y sometido a una explotación excesiva por un sistema tributario tan despiadado que no da oportunidad al hombre honesto.
Es un barbarismo llamar a esto reformas, sin embargo para los desposeídos les propone un sueño de esperanzas.
Lo inexplicable y con tendencias a la confusión es que estos y otros derechos existían antes del 1959. Es una gran paradoja que me obliga a pensar que hemos vivido, pero no existido durante estos 53 años de socialismo. Parece como si el tiempo del progreso se hubieses detenido aquel fatídico año de la toma del poder por Fidel Castro.
Ahora, retornar al pasado donde nos habíamos quedado es una hazaña, un éxito sin precedentes, un logro que solo es capaz de ser realizado en el socialismo. Solo que poco se cuenta con las notables diferencias y de las cuales aunque no se hace alusión directa, el propio oficialismo las admite.
La política de gobierno ha envilecido a las generaciones que arrastradas por el fanatismo y azocadas por el miedo se han replegado en la resignación y la corrupción. Con un sustancial debilitamiento de valores ejercen la conciencia de las circunstancias en base a las necesidades. La ropa, la comida y la prosperidad económica son aceptables de cualquier forma que se obtengan.
Vamos forjando ahora un capitalismo de desperdicios sobre la miseria de un capitalismo de estado y las ruinas de una nación traumatizada por el parasitismo gubernamental. Si la revolución baso su estrategia en la miseria vivida por el pueblo, hoy es peor, por la senda de la “revolución´´ hemos llegado a lo miserable sin estar en la miseria.
Es vergonzoso ver como la presidencia de la república se vanagloria en seguir deformando más que reformando la generación desorientada que atormentada busca el progreso en el exterior. Hoy tenemos, cientos de familias separadas, miles de barrios deformes hechos alrededor de las ciudades, las cárceles han aumentado y permanecen nutridas, una población envejecida. La industria azucarera apenas existe. La corrupción generalizada, fraude, demagogia, calles deterioradas y llenas de basuras, un turismo de miserias, los mercados semivacíos y los productos fuera del alcance de un salario medio, muchas escuelas y poca educación, existe una prostitución barata y miserable, un cuerpo de policías que más bien son los organizadores de violaciones que los cumplidores de la ley, ancianos que deambulan por la calle para completar su sustento cuando debían estar descansando. Hospitales en condiciones deprimentes. Decenas de productos que antes se producían ahora se importan. Las relaciones comerciales con el exterior son mínimas. La dualidad monetaria hace despreciable el peso cubano cuyo valor estuvo en el 59 por encima del dólar. La discriminación racial es evidente. El transporte en pésimo estado sostenido por viejos vehículos remodelados al ingenio y el sacrificio de sus víctimas. Un periodismo culto, pero penetrado hasta los tuétanos por la demagogia. Desorganización e irrespeto por la sociedad y además una espantosa deuda. Una Cuba perdida en el tiempo.
Se avanza en la mutación de dictadura mala a dictadura buena, la sustitución de Maquiavelo por Drácula. De una víbora por un vampiro, Caín y Abel. El hermano bueno y el hermano malo, uno da lo que otro quito, los dos y su linaje disfrutando las mieles del poder sin reconocer el fracaso porque entonces sería dar crédito a la razón opositora y eso nunca. Dentro de la revolución, todo, fuera de la revolución, nada.
Es el programa del único partido aunque parece que sus Lineamientos aprobados en el Sexto Congreso fueron basados en la política económica de antes del 1959.
Reformas, lineamientos, congresos y conferencias, todo está dirigido a centrar y fortalecer más el partido comunista como órgano rector de la sociedad y eliminar la oposición. La separación empresarial de lo directivo es una simbiosis de recompensas entre la burguesía comunista y corrupta creada por el poder y para el disfrute del poder. Con este sistema una entidad puede estar dirigida por alguien que no lleve el carnet rojo en el bolsillo, pero está obligado a responder a los intereses del poder que controla. Destaca el Granma la expresión del primer secretario, el cambio de mentalidad “es lo que más trabajo nos llevara superar al estar atada durante largos años a los mismos dogmas y criterios obsoletos´´. La demagogia crece.
Los que están fuera del partido comunista y pertenecen a la oposición ya han cambiado la mentalidad y por eso son reprendidos, excluidos de la sociedad, encarcelados y asesinados.
Se trata de desmontar el socialismo manteniendo el poder sin pedir disculpas para evitar el reclamo que podría venir de tantos afectados exigiendo justicia.
Hay algo muy importante a destacar, se ha rejuvenecido el Comité Central. “como si el hijo del gato no cazara ratón´´
Comite Central
tomado de:http://dekaisone.wordpress.com/2013/04/22/2217/