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miércoles, 5 de enero de 2011

Robert Gibbs, el secretario de prensa de la Casa Blanca anuncia su renuncia.


Renuncia jefe de prensa de la Casa Blanca; cambios hacia 2012


WASHINGTON (AP) — Robert Gibbs, el secretario de prensa de la Casa Blanca y uno de los más enérgicos promotores del presidente Barack Obama, anunció el miércoles su renuncia para convertirse en asesor político externo del mandatario.


El cambio es uno de varios previstos para los próximos días, cuando el presidente renueva su entorno más allegado de cara al intento de reelección en 2012 y frente a un reforzado Partido Republicano.


Gibbs dijo que dejará la Casa Blanca a principios de febrero. Los candidatos que más suenan como sucesores son sus actuales subordinados Bill Burton y Josh Earnest y Jay Carney, secretario de prensa del vicepresidente Joe Biden.


La medida le permite a Gibbs dejar la ardua tarea de secretario de prensa, ganar dinero al pronunciar discursos y dedicarle más tiempo a su familia, pero también alterará la dinámica del entorno presidencial, combinada en particular con la inminente partida del asesor David Axelrod, quien al igual que Gibbs ha estado junto a Obama desde el comienzo.


Para el mundo exterior al escenario político washingtoniano, Gibbs es inusual, un miembro del personal allegado al presidente y a la vez una figura conocida. Sus enfrentamientos con los reporteros durante las conferencias de prensa han ocupado horas de televisión.


Gibbs, de 39 años, expresó su enorme gratitud al presidente. "Durante los próximos dos años participaremos en discusiones sobre el rumbo del país y en 2012 habrá una elección presidencial", dijo. "Estoy seguro que habrá funciones de sobra fuera de la Casa Blanca".


Obama también pondera un cambio en el nivel más alto del personal de la Casa Blanca y acaso en todo el escenario político: el secretario de la Presidencia. Pete Rouse, secretario interino, podría dejar el puesto próximamente y el presidente estudia traer a William Daley, directivo bancario que fue secretario de Comercio durante la presidencia de Bill Clinton.


En las próximas semanas se prevé que designará un nuevo asesor económico, un nuevo asesor político y dos subordinados del secretario de la Presidencia. Estas medidas, tomadas en conjunto, reflejan un cambio en la dinámica interna de la Casa Blanca, lo que afectará a su vez la política nacional.


El secretario de la Presidencia deberá reorientar sus departamentos legislativos y sociales para hacer frente a la realidad de una cámara baja en manos de los republicanos y un Senado en que ha disminuido la mayoría demócrata.


La Presidencia estará a la defensiva más que a la ofensiva, para tratar de proteger y aplicar las enormes leyes de reforma de salud y del sector financiero bajo la agresiva supervisión republicana.



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