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jueves, 20 de octubre de 2011

La fuente de la juventud está ahí: Chocolate negro, nueces y frutos secos.


El químico y experto en nutrición Joe Vinson explica cuáles son los alimentos con mayor poder antioxidante

Envejecer es parte de la naturaleza humana, pero hacerlo de la mejor manera posible es nuestra responsabilidad. Las intervenciones estéticas pueden ayudar a mejorar la apariencia, pero si lo que queremos es combatir la degeneración y muerte que provocan los radicales libres en las células debemos cuidarnos por dentro. ¿Cómo? Pues añadiendo a la dieta alimentos ricos en antioxidantes.

En esta ocasión lo sano no está reñido con lo sabroso y podemos encontrar esta fuente de juventud «sobre todo en el chocolate negro, las alubias y los frutos secos, especialmente en las nueces», asegura a ABC.es el doctor Joe Vinson, profesor de Química en la Universidad de Scranton (EE.UU.) y reconocido experto en el efecto de los antioxidantes en la salud.
En una dieta equilibrada, el consumo de alimentos ricos en polifenoles, los antioxidantes más populares, puede ayudar a proteger de ciertas enfermedades crónicas relacionadas con la edad, «incluso de las dolencias cardíacas, neurológicas y el cáncer, gracias a su capacidad para controlar los radicales libres», afirma el investigador.

Chocolate negro, alubias y nueces: la fuente de la juventud
Joe Vinson en el laboratorio
Entre los alimentos con mayor poder antioxidante, el doctor Vinson recomienda los frutos secos porque «son ricos en fibra, tienen bajos niveles de grasas saturadas y un alto contenido de grasas insaturadas beneficiosas».
De hecho, el experto llevó a cabo un estudio, que ha presentado en la 5ª Conferencia Internacional sobre Polifenoles y Salud en Sitges (Barcelona), en el que analizó nueve tipos distintos de frutos secos para descubrir cuál de ellos era el más rico en antioxidantes: nueces, almendras, cacahuetes, pistachos, nueces de Brasil, avellanas, anacardos, macadamias y pecanas. ¿El resultado? Las nueces son las que demostraron el mayor poder y calidad contra los radicales libres. Un puñado de ellas dobla la capacidad antioxidante que la misma cantidad en el resto de frutos secos.

Antioxidantes, ¿cuándo y cómo?

miércoles, 13 de abril de 2011

Las ocho "mentiras" que debes conocer


Las ocho mentiras más grandes sobre la comida sana

Por José Barki

Las maravillas del marketing y los gurús de la comida sana nos han hecho creer que ciertos alimentos hacen milagros en el cuerpo humano: adelgazan, queman grasas, nos quitan el hambre o, inclusive, nos hacen más felices. Sin embargo, la mayoría de los mitos sobre la alimentación saludable son absolutamente falsos. Estas son las ocho mentiras más grandes que nos han contado sobre el tema.


1.Los alimentos integrales adelgazan


Muchos creen que “integral” es lo mismo que “dietético”. Grave error. Las harinas y cereales integrales cuentan con prácticamente las mismas calorías que los productos refinados. Sí se podrá decir que son más sanos por su alto contenido en minerales y fibras, y que ayudan a eliminar toxinas con más facilidad. Pero de ninguna manera adelgazan.


2. Las ensaladas de los fast food son la “opción saludable”


Nunca falta el que entra en McDonald´s y, en vez de pedir una hamburguesa como Dios manda, elige la ensalada porque es la “opción sana”. Una reciente investigación privada sobre las ensaladas que se venden en los locales de comida rápida determinó que estos productos están excedidos de sal y grasas. El ejemplo es lapidario: un Big Mac tiene 540 calorías y 1,040 miligramos de sal; mientras que una ensalada completa con pollo y aderezo cuenta con 530 calorías y 1,260 mg de sal. O sea que el Big Mac es más sano; o menos dañino. Y más rico.


3. Los productos 0% grasa son sanos


Es muy común que uno se sienta habilitado para devorar sin culpas toda clase de alimentos “0% grasa” (fat free en inglés). Mucha gente los consume porque piensa que, mágicamente, perderá peso. El problema es que, al quitar la grasa, gran parte del sabor original de estos productos es removido, lo cual obliga a los fabricantes a agregar azúcar y toda clase de químicos de origen dudoso. Por eso, los alimentos 0% grasa pueden ser peores que los comunes.


4. Las galletitas son mejores que el pan


Más mitos que se derrumban. Y una buena noticia para los amantes incondicionales del pan: las galletitas tienen muchas más calorías (420 en 100 gramos) que el pan (280 en 100 gramos) y también más grasa. Así que terminemos con eso de andar haciendo migas con las insoportables galletas de agua y pidámosle al mozo otra panera.


5. Los limones aportan vitamina C y no tienen azúcar


Es cierto que los limones aportan vitamina C, pero también es verdad que otras frutas tienen las mismas propiedades y son deliciosas. Tomen nota: un kilo de frutillas tiene más Vitamina C que un kilo de limones y, aunque no lo crean, tiene menos azúcar. Por eso, basta ya de sacrificarse tomando jugo de limón para evitar gripes y resfríos, creyendo que eso nos hará todopoderosos. Las frutillas cuentan con las mismas propiedades vitamínicas y son definitivamente más ricas.


6. Las barritas de cereal hacen bien


En los últimos años se multiplicó la variedad de barritas de cereal en los quioscos. Muchos deportistas las consumen como complemento proteico. Lo que no todos saben es que estos cereales, mezclados con frutas y chocolate, pueden tener hasta el doble de azúcar que algunas golosinas convencionales. Hay que estar atento.


7. Las espinacas dan fuerza


Popeye sacaba unos músculos tremendos cada vez que comía su lata de espinacas. Y es cierto que esta verdura tiene hierro, pero no tanto como las lentejas, el hígado de cerdo o los berberechos. Además, las espinacas tienen sustancias laxantes y quelantes que hacen más difícil la absorción del hierro por parte del cuerpo humano.


8. Las zanahorias agudizan la visión


Comer zanahorias cual Bugs Bunny no nos salvará de usar lentes si realmente tenemos problemas de visión. Los betacarotenos que contiene esta verdura son precursores de la vitamina A, imprescindible para la fabricación del pigmento rodopsina, que mejora la agudeza visual en ambientes con malas condiciones de luz. Es decir: no por comer zanahorias vamos a tener la vista de un lince; a lo sumo veremos un poquitito mejor si está oscuro.