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domingo, 23 de agosto de 2015
sábado, 4 de julio de 2015
Happy Fourth of July
El 4 de julio es considerado el día de la Independencia de los Estados Unidos en conmemoración y celebración por el 4 de julio de 1776 ,día en que fue firmada la Declaración de la Independencia de las trece colonias de la metrópoli inglesa en América.
Declaración que fue escrita y firmada por todos los miembros del Congreso Continental en Philadelfia, Pensylvania. El Congreso Continental, en dicha Declaración de Independencia explica detalladamente las causas por las cuales las trece colonias consideran que deben independizarse de Inglaterra y la decisión unánime de hacerlo de inmediato.
Una vez firmada la Declaración, las trece colonias se declaran como Estados Unidos de América.
Oficialmente el 4 de julio fue declarado como el Día de la Independencia de Estados Unidos de América ( Independent Day) en 1941.
Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América.
Cuando en el curso
de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los
vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la
tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de
esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige
que declare las causas que lo impulsan a la separación.
Sostenemos que
estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados
iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que
entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para
garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que
derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando
quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el
pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno
que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a
su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.
La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y
transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la
experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer,
mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas
a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones,
dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al
pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese
gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad. Tal ha sido
el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la necesidad que las
obliga a reformar su anterior sistema de gobierno La historia del actual Rey de
la Gran Bretaña es una historia de repetidos agravios y usurpaciones,
encaminados todos directamente hacia el establecimiento de una tiranía absoluta
sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un
mundo imparcial.
El Rey se ha
negado a aprobar las leyes más favorables y necesarias para el bienestar
público.
Ha prohibido a sus
gobernadores sancionar leyes de importancia inmediata y apremiante, a menos que
su ejecución se suspenda hasta obtener su asentimiento; y una vez suspendidas
se ha negado por completo a prestarles atención.
Se ha rehusado a
aprobar otras leyes convenientes a grandes comarcas pobladas, a menos que esos
pueblos renuncien al derecho de ser representados en la Legislatura; derecho
que es inestimable para el pueblo y terrible sí, para los tiranos.
Ha convocado a los
cuerpos legislativos en sitios desusados, incómodos y distantes del asiento de
sus documentos públicos, con la sola idea de fatigarlos para cumplir con sus
medidas.
En repetidas
ocasiones ha disuelto las Cámaras de Representantes, por oponerse con firmeza
viril a sus intromisiones en los derechos del pueblo.
Durante mucho
tiempo, y después de esas disoluciones, se ha negado a permitir la elección de
otras Cámaras; por lo cual, los poderes legislativos, cuyo aniquilamiento es
imposible, han retornado al pueblo, sin limitación para su ejercicio;
permaneciendo el Estado, mientras tanto, expuesto a todos los peligros de una
invasión exterior y a convulsiones internas.
Ha tratado de
impedir que se pueblen estos Estados, dificultando, con ese propósito, las
Leyes de Naturalización de Extranjeros; rehusando aprobar otras para fomentar
su inmigración y elevando las condiciones para las Nuevas Adquisiciones de
Tierras.
Ha entorpecido la
administración de justicia al no aprobar las leyes que establecen los poderes
judiciales.
Ha hecho que los
jueces dependan solamente de su voluntad, para poder desempeñar sus cargos y en
cuanto a la cantidad y pago de sus emolumentos.
Ha fundado una
gran diversidad de oficinas nuevas, enviando a un enjambre de funcionarios que
acosan a nuestro pueblo y menguan su sustento.
En tiempos de paz,
ha mantenido entre nosotros ejércitos permanentes, sin el consentimiento de
nuestras legislaturas.
Ha influido para
que la autoridad militar sea independiente de la civil y superior a ella.
Se ha asociado con
otros para someternos a una jurisdicción extraña a nuestra constitución y no
reconocida por nuestras leyes; aprobando sus actos de pretendida legislación:
Para acuartelar,
entre nosotros, grandes cuerpos de tropas armadas.
Para protegerlos,
por medio de un juicio ficticio, del castigo por los asesinatos que pudiesen
cometer entre los habitantes de estos Estados.
Para suspender
nuestro comercio con todas las partes del mundo.
Para imponernos
impuestos sin nuestro consentimiento.
Para privarnos, en
muchos casos, de los beneficios de un juicio por jurado.
Para
transportarnos más allá de los mares, con el fin de ser juzgados por supuestos
agravios.
Para abolir en una
provincia vecina el libre sistema de las leyes inglesas, estableciendo en ella
un gobierno arbitrario y extendiendo sus límites, con el objeto de dar un
ejemplo y disponer de un instrumento adecuado para introducir el mismo gobierno
absoluto en estas Colonias.
Para suprimir
nuestras Cartas Constitutivas, abolir nuestras leyes más valiosas y alterar en
su esencia las formas de nuestros gobiernos.
Para suspender
nuestras propias legislaturas y declararse investido con facultades para
legislarnos en todos los casos, cualesquiera que éstos sean.
Ha abdicado de su
gobierno en estos territorios al declarar que estamos fuera de su protección y
al emprender una guerra contra nosotros.
Ha saqueado
nuestros mares, asolado nuestras costas, incendiado nuestras ciudades y
destruido la vida de nuestro pueblo.
Al presente, está
transportando grandes ejércitos de extranjeros mercenarios para completar la
obra de muerte, desolación y tiranía, ya iniciada en circunstancias de crueldad
y perfidia que apenas si encuentran paralelo en las épocas más bárbaras, y por
completo indignas del Jefe de una Nación civilizada.
Ha obligado a
nuestros conciudadanos, aprehendidos en alta mar, a que tomen armas contra su
país, convirtiéndolos así en los verdugos de sus amigos y hermanos, o a morir
bajo sus manos.
Ha provocado
insurrecciones intestinas entre nosotros y se ha esforzado por lanzar sobre los
habitantes de nuestras fronteras a los inmisericordes indios salvajes, cuya
conocida disposición para la guerra se distingue por la destrucción de vidas,
sin considerar edades, sexos ni condiciones.
En cada etapa de
estas opresiones, hemos pedido justicia en los términos más humildes: a
nuestras repetidas peticiones se ha contestado solamente con repetidos
agravios. Un Príncipe, cuyo caracter está así señalado con cada uno de los
actos que pueden definir a un tirano, no es digno de ser el gobernante de un
pueblo libre.
Tampoco hemos
dejado de dirigirnos a nuestros hermanos británicos. Los hemos prevenido de
tiempo en tiempo de las tentativas de su poder legislativo para englobarnos en
una jurisdicción injustificable. Les hemos recordado las circunstancias de
nuestra emigración y radicación aquí. Hemos apelado a su innato sentido de
justicia y magnanimidad, y los hemos conjurado, por los vínculos de nuestro
parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales interrumpirían
inevitablemente nuestras relaciones y correspondencia. También ellos han sido
sordos a la voz de la justicia y de la consanguinidad. Debemos, pues, convenir
en la necesidad, que establece nuestra separación y considerarlos, como
consideramos a las demás colectividades humanas: enemigos en la guerra, en la
paz, amigos.
Por lo tanto, los
Representantes de los Estados Unidos de América, convocados en Congreso
General, apelando al Juez Supremo del mundo por la rectitud de nuestras
intenciones, en nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias,
solemnemente hacemos público y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y
deben serlo por derecho, Estados Libres e Independientes; que quedan libres de
toda lealtad a la Corona Británica, y que toda vinculación política entre ellas
y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar totalmente disuelta; y que,
como Estados Libres o Independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra,
concertar la paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los
actos y providencias a que tienen derecho los Estados independientes.
Y en apoyo de esta
Declaración, con absoluta confianza en la protección de la Divina Providencia,
empeñamos nuestra vida, nuestra hacienda y nuestro sagrado honor.
Firmantes:
Nueva Hampshire: Josiah Bartlett,
William Whipple, Matthew Thornton.
Massachusetts: Samuel Adams, John
Adams, John Hancock, Robert Treat Paine, Elbridge Gerry.
Rhode Island: Stephen Hopkins,
William Ellery.
Connecticut: Roger Sherman,
Samuel Huntington, William Williams, Oliver Wolcott.
Nueva York: William Floyd,
Philip Livingston, Francis Lewis, Lewis Morris.
Nueva Jersey: Richard Stockton,
John Witherspoon, Francis Hopkinson, John Hart, Abraham Clark.
Pensilvania: Robert Morris,
Benjamin Rush, Benjamin Franklin, John Morton, George Clymer, James Smith,
George Taylor, James Wilson, George Ross.
Delaware: George Read, Caesar
Rodney, Thomas McKean.
Maryland: Samuel Chase,
William Paca, Thomas Stone, Charles Carroll of Carrollton.
Virginia: George Wythe,
Richard Henry Lee, Thomas Jefferson, Benjamin Harrison, Thomas Nelson, Jr.,
Francis Lightfoot Lee, Carter Braxton.
Carolina del Norte: William Hooper,
Joseph Hewes, John Penn.
Carolina del Sur: Edward Rutledge, Thomas
Heyward, Jr., Thomas Lynch, Jr., Arthur Middleton.
Georgia: Button Gwinnett,
Lyman Hall, George Walton.
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Fourth of July. Independent Day
domingo, 21 de junio de 2015
Rosa María Payá en Tampa:Por el derecho a elegir en Cuba
En una charla que realizará en La Casa Cuba, el sábado 27 de junio, Payá presentará sus ideas y contará cómo pueden ayudar al movimiento Cuba Decide, al cual pertenece.
La charla se dará en el marco de los 25 años de La Casa Cuba de Tampa. Payá pedirá apoyo sincero para llevar a cabo una transición en la isla con miras a impulsar un proceso electoral transparente. En el evento la acompañará un grupo de disidentes y activistas, entre ellos la Dra. Josefina Vento.
Vento dijo que es posible que en Cuba se esté jugando “el futuro del continente americano”.
“Si ves el mapa lo que está pasando en Venezuela, Bolivia y otros lugares que se perpetúan estos regímenes presididos por Cuba”, expresó Vento. “Es la primera vez que vamos a visitar a Tampa. Allá se solidarizaron con esta iniciativa ciudadana que se llama Cuba Decide. Donde quiera que haya un cubano, llevaremos un mensaje de esperanza”.
Ese mensaje lo quiere transmitir Payá, de 26 años, pese a que, desde niña, sufrió debido al activismo de su padre.
“Tuvimos muchos problemas porque la seguridad del estado visitaba las escuelas donde estaba yo o mi hermano, intimidaban a los profesores, a los directores e incluso a las familias de las alumnos que eran más cercanos a nosotros”, afirmó Payá a CENTRO Tampa.
Sin embargo, ella no abandonó sus estudios. En el 2011 Payá obtuvo una licenciatura en Física de la Universidad de La Habana.
CENTRO Tampa (CT): ¿Qué es ‘Cuba Decide’?
Rosa María Payá (RMP): Es una herramienta concreta para que apoyen el proceso de transición. Específicamente que se realice un plebiscito en la isla y los cubanos puedan decidir si quieren la celebración de elecciones libres, plurales, democráticas, con acceso a los medios y reconocimiento de partidos políticos y demás instituciones con total pluralidad[…].Porque hace más de 67 años los cubanos no han participado en elecciones libres… Lo hemos visto en la OEA, con los cambios que la organización (el gobierno de) Obama ha hecho. Lo hemos visto con las negociaciones en la Unión Europea. Los ciudadanos cubanos han quedado excluidos de todo esto porque hasta ahora simplemente han conversado con lo que se conoce como las demandas del gobierno cubano que son distintas de las de la ciudadanía.
El conversar con un presidente como lo es el presidente Raúl Castro, que nunca ha sido elegido por sus ciudadanos, quien viola los derechos humanos de sus ciudadanos todos los días, pues no es conversar con el estado cubano, simplemente conversar con una parte que es la que está en el poder.
CT: ¿Cree que comenzó una transición en Cuba?
RMP: Esta campaña quiere ofrecer una oportunidad concreta para comenzar un proceso de transición porque de lo que sí estamos seguros es que la transición no ha empezado hasta que los ciudadanos puedan participar de ella.
CT: ¿Qué tan fácil es que se realice un plebiscito en Cuba?
RMP: Eso depende de todos los cubanos y depende de si hay una componente importante en la solidaridad internacional. Queremos iniciar una campaña mediante una movilización ciudadana, donde un grupo de cubanos comience a exigir el plebiscito con el apoyo de la comunidad internacional.
El régimen en Cuba no quiere ceder ni una gota de poder por eso es que estamos realizando una campaña, no porque creemos en la buena voluntad del gobierno cubano sino porque creemos en el poder que tienen los ciudadanos y que han demostrado tener en otras ciudades del mundo. No estamos hablando de una campaña política, no es una campaña partidista sino que estamos hablando del derecho a elegir de los cubanos… Lo que Cuba Decide quiere, es unir a todos los que están a favor del derecho a elegir de los cubanos en función de la realización medible de este plebiscito que va a necesitar contar con observadores de la Unión Europea, Naciones Unidas y con una limpieza del proceso que garantice que no se realice un fraude y que los cubanos que por primera vez en 67 años, pueda participar en una decisión que nos atañe a todos y que puede cambiar el futuro de todos los cubanos.
CT: ¿Cuándo nació Cuba Decide?
RMP: Los precedentes son muchos. En primer lugar es una continuidad lógica del proyecto Varela, en el que más de 25,000 ciudadanos pusieron su nombre, su dirección, su número de identidad y le pidieron al gobierno cubano -cuya constitución expide que con 10,000 firmas una iniciativa llegue-que se realizara un referéndum y se cambiara la ley para que se garantizara la libertad de expresión y que hubiese una amnistía para los presos políticos, una posibilidad real de tener empresa privada y las elecciones libres. Por eso están tan claras las demandas de la comunidad.
En esto hay una sola pregunta: ‘¿Está a favor de las elecciones libres?
CT: ¿Cuándo comienza su activismo?
RMP: Desde el 2010, mi trabajo era más discreto hasta el atentado contra mi papá y Harold Cepero. Luego de que son asesinados comenzamos a ser más visibles públicamente, por fuerza mi mamá y yo comenzamos a hacer las primeras declaraciones porque sabíamos que había sido un atentado porque recibimos los mensajes de texto donde los sobrevivientes pedían auxilio y donde decían que otro carro los había embestido. Pero desde el Movimiento Cristiano de Liberación mi labor se hace más pública a partir del 2012.
CT: Tras la muerte de su padre, ¿continúa la investigación en Cuba?
RMP: En Cuba lo que hicieron fue que inmediatamente el gobierno cubano sacó una versión como si ya hubiesen hecho la investigación, con una animación digital incluso de un supuesto accidente. Una versión que hemos investigado y expertos nos afirman que es físicamente imposible, por ejemplo, las velocidades que dicen que el auto tenía y la distancia que el auto recorrió . Es fácilmente demostrable que su versión no es posible, pero el gobierno cubano saca esta versión y subsecuestra a los sobrevivientes, dos extranjeros Ángel Carromero y Aron Modig. A Carromero lo dejan secuestrado durante meses y a Modig lo expulsan del país una semana después, sin que nadie pudiese hablar con él, con un pacto de silencio. Luego Modig dice que tiene amnesia y no recuerda nada de lo ocurrido.
CT: A Carromero lo juzgan…
RMP: Le imputan cargos, lo juzgan en un juicio que tuvo lugar en Bayamo,(Cuba) varios meses después,… en el cual mi familia y yo viajamos para participar del juicio y fuimos físicamente detenidos por la policía, estuvimos todo el día frente a la sala del tribunal […]. La ciudad de Bayamo estaba en estado de sitio. Periodistas independientes que intentaron llegar también fueron arrestados.
CT: Estando fuera del país, ¿tiene miedo a las amenazas?
RMP: Fui detenida en cuanto entre a Panamá (en la Cumbre de las Américas en abril). Fui detenida por la supuesta seguridad del estado panameño, pero no solo eso, durante el tiempo que estuvimos en Panamá fuimos acusados por la seguridad del estado. La puerta de mi habitación del hotel apareció abierta, tuve que cambiarme de hotel. La persecución no ha terminado, la vemos cada vez que las Damas de Blanco salen…
CT: ¿Qué opina de los cambios del gobierno de Estados Unidos hacia la isla?
RMP: Es un gobierno (cubano) que no ha sido elegido por sus ciudadanos, el presidente de este gobierno está involucrado en el asesinato de personas como es el caso de los cuatro miembros de la organización de Hermanos al Rescate. Es público que Raúl Castro asume la responsabilidad y con esa persona está hablando el gobierno de los Estados Unidos…Estoy a favor de tender todos los puentes posibles, pero tender los puentes realmente.
Para conocer más acerca del proyecto de Payá, visite Cubadecide.com
Myriam Silva-Warren | CENTRO Tampa
sábado, 11 de abril de 2015
País en crisis: Política y negocios sucios sobreviven en La Habana subterránea.
El activo mercado subterráneo es oscilante.
Existen etapas de vacas gordas y otras de escasez. Pero siempre regresa
el comercio en negro, donde los precios se corrigen por las leyes ciegas
de la oferta y la demanda
IVÁN GARCÍA
Especial
LA HABANA
Ni siquiera con suficiente moneda dura [dólares] en su billetera, Ramsés pudo comprar pescado fresco, queso blanco y latas de atún en una cadena de tiendas por divisas.
“Un socio me llevó a la casa de un tipo que vende pescado de primera. En otro sitio compré yogurt, 12 libras de carne de res de primera, 10 jabones Camay y dos tubos de pasta dental Colgate. Todo a mejor precio que en la tiendas del Estado”, cuenta, mientras bebe una piña colada en un bar particular en el oeste de La Habana.
El activo mercado subterráneo es oscilante. Existen etapas de vacas gordas y otras de escasez. Pero siempre regresa el comercio en negro, donde los precios se corrigen por las leyes ciegas de la oferta y la demanda.
A este otro habanero llamémosle Pedro. Accedió a contar para DIARIO LAS AMÉICAS cómo funciona el negocio clandestino de pescados y mariscos. También me presentó a varios personajes pintorescos que se dedican al juego ilegal, a buscadores de oro, y a quienes se dedican a la venta de alimentos, drogas y ropas de marcas.
Para tipos como Pedro, la palabra de un hombre vale más que un contrato legal. “En este mundo las cosas se mueven por las relaciones. Más importante que el dinero es tener buenos contactos. Con sólo mirar a un hombre a los ojos me doy cuenta si es serio y si puedes hacer negocio”, asegura.
Pescadores legales e ilegales, administradores de almacenes estatales u hoteles de turismo figuran entre sus contactos. "Tengo cuatro neveras y suelo comprar de 600 a 700 libras [de pescado]. El precio oscila. El pargo, la cherna y otras especies con cabeza, los compró a ocho pesos por libra. Y los vendo a 25 pesos. Los pescados más cotizados, aguja, dorado, castero y atún, o mariscos como la langosta y camarones o la caguama, los compro entre 30 y 35 pesos por libra, según la época del año. Después los vendo a 60 pesos o su equivalente en pesos convertibles. No vendo al menudeo. Tengo clientes de paladares y restaurantes estatales con mucha afluencia de turistas que cada 15 días me compran 300 o 400 libras”.
En ocasiones, alquila una camioneta y personalmente viaja a comprar en lugares costeros, donde adquiere grandes cantidades. "Otras veces me lo traen a la casa. A los dueños de embarcaciones de pesca también les suelo comprar. La parte más riesgosa es la de transportar la mercancía hasta la capital. Tengo una licencia de pescador deportivo que me permite trasegar con 50 o 60 libras de pescado como cherna o pargo. El comercio de mariscos y pescado de alta gama es ilegal. Los camuflo en la camioneta, pero los puntos de controles policiales y las patrullas de carretera son muy hábiles en detectar ilegalidades. No por honestidad, si no para ganar un dinero con los sobornos. Pesan el vehículo y así detectan cuando uno carga más kilogramos que el declarado. Tengo buenos contactos con oficiales de la Policía. Mientras más estrellas en la charretera, más seguridad te ofrecen. En el entorno policial y de la inspección estatal la corrupción es amplia. Es un mundo podrido”, relata.
Muchos de los artículos que Pedro necesita no siempre los paga en efectivo. “Con los socios dedicados a la venta de pollo o carne de res hago trueques. Igual con las personas que venden bienes de aseo o ropas. En este negocio, como en cualquier otro, es fundamental tener dinero suficiente, 3.000 pesos convertibles o más”.
Uno de los que “bisnea” por la izquierda y no paga impuestos al Estado, vive al final de un pasillo estrecho, en un barrio marginal de la ciudad. En ese mundillo, un periodista es tan intrusivo y molesto como un investigador policial.
“Es casi lo mismo. No te meten en una celda, pero en sus escritos dan pistas a la policía”, dice desconfiado. Veinte minutos me costó convencerlo que suelo enmascarar bien las historias. “Ni fotos, ni grabadora”, fue su primera advertencia.
“Empecé haciendo negocios con anticuarios. Compraba oro, libros de valor, óleos de artistas plásticos cubanos bien cotizados. No puedes imaginar la cantidad de funcionarios involucrados en esos negocios. Todo sale por el aeropuerto, hacia Europa o Miami. También hay extranjeros que por su cuenta compran oro y clandestinamente lo sacan por vía aérea. Era muy arriesgado, por eso decidí apostar al seguro y tratar directamente con los funcionarios corruptos. Estuve una temporada preso por traficar con dólares y chavitos falsos. Ahora me dedicó al negocio de los alimentos, materiales de construcción, venta de ropa y electrodomésticos. Mi premisa es la seriedad, rapidez y confianza”.
Explica que con el boom de los emprendimientos privados, la gente quiere materiales de construcción de primera calidad. Y debido a la perenne escasez y altos precios, los particulares compran la comida por debajo del tapete. "Es muy difícil que alguien pueda prosperar si tiene que adquirir los insumos a precios minoristas y, encima, pagar elevados impuestos. Al contrario del Estado, que vende sin facilidades de pago, yo vendo a plazos. Cuando existe confianza mutua, el cliente me paga por partes, sea un televisor plasma o 100 sacos de cemento”.
Al igual que en cualquier barriada habanera, encuentras recogedores callejeros de la popular lotería ilegal conocida como “la bolita”. Y si se busca placer, no es difícil encontrarlo. En una vivienda donde cuelga un cartel del CDR, una señora tararea una canción. Deja de cantar y en un susurro dice: “Hoy me entró yerba de la buena".
También ofrece ron Santiago, cerveza Heineken más barata que los mercados estatales y chicas por 20 cuc. Es la otra Habana, la subterránea, donde todo se lucra y la simulación política se mezcla con los negocios sucios.
http://www.diariolasamericas.com
Especial
LA HABANA
Ni siquiera con suficiente moneda dura [dólares] en su billetera, Ramsés pudo comprar pescado fresco, queso blanco y latas de atún en una cadena de tiendas por divisas.
“Un socio me llevó a la casa de un tipo que vende pescado de primera. En otro sitio compré yogurt, 12 libras de carne de res de primera, 10 jabones Camay y dos tubos de pasta dental Colgate. Todo a mejor precio que en la tiendas del Estado”, cuenta, mientras bebe una piña colada en un bar particular en el oeste de La Habana.
El activo mercado subterráneo es oscilante. Existen etapas de vacas gordas y otras de escasez. Pero siempre regresa el comercio en negro, donde los precios se corrigen por las leyes ciegas de la oferta y la demanda.
A este otro habanero llamémosle Pedro. Accedió a contar para DIARIO LAS AMÉICAS cómo funciona el negocio clandestino de pescados y mariscos. También me presentó a varios personajes pintorescos que se dedican al juego ilegal, a buscadores de oro, y a quienes se dedican a la venta de alimentos, drogas y ropas de marcas.
Para tipos como Pedro, la palabra de un hombre vale más que un contrato legal. “En este mundo las cosas se mueven por las relaciones. Más importante que el dinero es tener buenos contactos. Con sólo mirar a un hombre a los ojos me doy cuenta si es serio y si puedes hacer negocio”, asegura.
Pescadores legales e ilegales, administradores de almacenes estatales u hoteles de turismo figuran entre sus contactos. "Tengo cuatro neveras y suelo comprar de 600 a 700 libras [de pescado]. El precio oscila. El pargo, la cherna y otras especies con cabeza, los compró a ocho pesos por libra. Y los vendo a 25 pesos. Los pescados más cotizados, aguja, dorado, castero y atún, o mariscos como la langosta y camarones o la caguama, los compro entre 30 y 35 pesos por libra, según la época del año. Después los vendo a 60 pesos o su equivalente en pesos convertibles. No vendo al menudeo. Tengo clientes de paladares y restaurantes estatales con mucha afluencia de turistas que cada 15 días me compran 300 o 400 libras”.
En ocasiones, alquila una camioneta y personalmente viaja a comprar en lugares costeros, donde adquiere grandes cantidades. "Otras veces me lo traen a la casa. A los dueños de embarcaciones de pesca también les suelo comprar. La parte más riesgosa es la de transportar la mercancía hasta la capital. Tengo una licencia de pescador deportivo que me permite trasegar con 50 o 60 libras de pescado como cherna o pargo. El comercio de mariscos y pescado de alta gama es ilegal. Los camuflo en la camioneta, pero los puntos de controles policiales y las patrullas de carretera son muy hábiles en detectar ilegalidades. No por honestidad, si no para ganar un dinero con los sobornos. Pesan el vehículo y así detectan cuando uno carga más kilogramos que el declarado. Tengo buenos contactos con oficiales de la Policía. Mientras más estrellas en la charretera, más seguridad te ofrecen. En el entorno policial y de la inspección estatal la corrupción es amplia. Es un mundo podrido”, relata.
Muchos de los artículos que Pedro necesita no siempre los paga en efectivo. “Con los socios dedicados a la venta de pollo o carne de res hago trueques. Igual con las personas que venden bienes de aseo o ropas. En este negocio, como en cualquier otro, es fundamental tener dinero suficiente, 3.000 pesos convertibles o más”.
Uno de los que “bisnea” por la izquierda y no paga impuestos al Estado, vive al final de un pasillo estrecho, en un barrio marginal de la ciudad. En ese mundillo, un periodista es tan intrusivo y molesto como un investigador policial.
“Es casi lo mismo. No te meten en una celda, pero en sus escritos dan pistas a la policía”, dice desconfiado. Veinte minutos me costó convencerlo que suelo enmascarar bien las historias. “Ni fotos, ni grabadora”, fue su primera advertencia.
“Empecé haciendo negocios con anticuarios. Compraba oro, libros de valor, óleos de artistas plásticos cubanos bien cotizados. No puedes imaginar la cantidad de funcionarios involucrados en esos negocios. Todo sale por el aeropuerto, hacia Europa o Miami. También hay extranjeros que por su cuenta compran oro y clandestinamente lo sacan por vía aérea. Era muy arriesgado, por eso decidí apostar al seguro y tratar directamente con los funcionarios corruptos. Estuve una temporada preso por traficar con dólares y chavitos falsos. Ahora me dedicó al negocio de los alimentos, materiales de construcción, venta de ropa y electrodomésticos. Mi premisa es la seriedad, rapidez y confianza”.
Explica que con el boom de los emprendimientos privados, la gente quiere materiales de construcción de primera calidad. Y debido a la perenne escasez y altos precios, los particulares compran la comida por debajo del tapete. "Es muy difícil que alguien pueda prosperar si tiene que adquirir los insumos a precios minoristas y, encima, pagar elevados impuestos. Al contrario del Estado, que vende sin facilidades de pago, yo vendo a plazos. Cuando existe confianza mutua, el cliente me paga por partes, sea un televisor plasma o 100 sacos de cemento”.
Al igual que en cualquier barriada habanera, encuentras recogedores callejeros de la popular lotería ilegal conocida como “la bolita”. Y si se busca placer, no es difícil encontrarlo. En una vivienda donde cuelga un cartel del CDR, una señora tararea una canción. Deja de cantar y en un susurro dice: “Hoy me entró yerba de la buena".
También ofrece ron Santiago, cerveza Heineken más barata que los mercados estatales y chicas por 20 cuc. Es la otra Habana, la subterránea, donde todo se lucra y la simulación política se mezcla con los negocios sucios.
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Cuba:Mercado negro
miércoles, 8 de abril de 2015
Éxodo del Mariel: Terrorismo de Estado
Fidel Castro exigió al gobierno peruano la entrega inmediata de las personas que habían entrado por la fuerza en la sede diplomática. De haberlo complacido largas penas de cárcel y el fusilamiento habrían sido indudablemente las sanciones aplicadas. Pero el gobierno de Perú no aceptó y el régimen cubano adoptó una medida que, como las demás tomadas por esos días, hizo parecer a sus testaferros que la pelota había sido colocada en terreno del adversario.
Las medidas tomadas por Fidel Castro
Fidel Castro ordenó retirar la protección y vigilancia alrededor de la sede diplomática incitando a todo cubano que quisiera emigrar a que entrara en ella. Muy pronto miles de personas, procedentes de todas las ciudades y pueblos del país, abarrotaron el lugar convirtiéndolo en un reservorio tangible del descontento que ya minaba a la sociedad.
El crecimiento del número de compatriotas que deseaba emigrar se hizo evidente y el gobierno, con el objetivo de desalentar las salidas que había propiciado, hizo del terror su método disuasivo por excelencia. Fue la primera vez que se aplicaron en el escenario público cubano los actos de repudio. Las golpizas y humillaciones abundaban por doquier. Las masas, alentadas por los grupos de poder y dirigidas por individuos de muy dudosa conducta social violaron las más elementales normas de respeto a la dignidad humana y el país convivió varias semanas con prácticas fascistas que lo mantuvieron en vilo hasta que la comunidad internacional protestó enérgicamente.
El gobierno exigió a los refugiados en la embajada y a todos los que deseaban emigrar que tenían que presentarse en sus centros de trabajo o de estudio para que les entregaran la baja. Los desempleados tenían que solicitar el documento ante los CDR (Comités de Defensa de la Revolución). Ese era el requisito indispensable para obtener el permiso de salida que permitía a las turbas interceptar a los solicitantes para atacarlos.
Otra acción política desvergonzada
Tuvieron que pasar algunos años, tener acceso a otras informaciones y, sobre todo, leer y escuchar testimonios indubitables en Radio Martí y aquí mismo, para entender la magnitud de los hechos y la perversidad del gobierno en esas jornadas denigrantes de nuestra historia.
Con el único objetivo de obtener provecho en una confrontación donde siempre sería mirado como víctima debido a la grandeza política, militar, económica y moral del contrincante, Fidel Castro sacó de las cárceles a peligrosos delincuentes, los introdujo en la embajada para crear el caos y luego exigió que las embarcaciones que venían en busca de familiares se los llevaran. Junto con ellos, viajaron no pocos enfermos mentales, se conoció después,
Fue una hábil jugada, pero de efímero valor y reveladora de la esencia anti ética del régimen, cuyo objetivo inmediato era descalificar a los nuevos emigrantes a quien la cúpula gobernante calificó de “escorias”. Pero también pretendía limpiar las cárceles cubanas y exportar hacia EUA potenciales elementos perturbadores de la sociedad, que Hollywood reflejaría en populares películas como Scarface.
El tiempo, el implacable, el que pasó…
35 años después de estos sucesos muchos de los cubanos que fueron catalogados como “escorias”, gracias a su trabajo honesto y a una sociedad que no es perfecta pero sí garantiza todas las libertades humanas, disfrutan en los EUA de una vida donde quizás la añoranza por la patria ocupe un lugar importante, pero en la cual viven según su modo de pensar, dignamente.
El Mariel no fue un éxito del castrismo, todo lo contrario. Un alto dirigente de entonces, Carlos Rafael Rodríguez, admitió ante una revista mexicana que la revolución no tenía nada de que enorgullecerse por lo ocurrido. Se rumora que fue el detonante del suicidio de Haydeé Santamaría y objeto de análisis en la carta de despedida que Osvaldo Dorticós escribió a Fidel Castro antes de morir por otro pistoletazo. Fue una victoria pírrica que muy pronto perdió el brillo artificial de los oropeles que los testaferros del castrismo le endilgaron para loar la supuesta genialidad del líder. Sus abusos, crímenes todavía impunes e iniquidades quedaron al descubierto para develar la esencia fascista de los métodos usados por las turbas alentadas y apoyadas por la policía y los dirigentes políticos.
Desde entonces los actos de repudio contra las sedes diplomáticas mal vistas por el gobierno cubano y los opositores pacíficos, especialmente las extraordinarias Damas de Blanco y los aguerridos miembros de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), no han dejado de practicarse en las calles y ante los domicilios de los hostigados.
Esto, unido a la represión y vigilancia constante de las fuerzas de la seguridad del estado así como la negativa del gobierno a respetar los derechos políticos y civiles fundamentales, demuestra que el terrorismo de estado es una práctica enquistada en el castrismo. Los norteamericanos no deberían olvidarlo, mucho menos ahora cuando detrás de pingües dividendos intentan suprimir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
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Éxodo del Mariel
sábado, 28 de marzo de 2015
¿Qué es ese escalofrío que se siente al escuchar música?
¿Qué es ese escalofrío que se siente al escuchar música?
El "factor hormigueo", el "escalofrío". Hay muchas maneras de describir ese fenómeno que tantos hemos experimentado; una respuesta física a la música.
Ya sea que un temblor recorre la espalda, o se siente una cálida sensación romántica o se erizan los vellos de los brazos… como sea que se presente, es un momento de placer sublime.
La música es la taquigrafía de la emoción, decía el escritor ruso León Tolstoy, y el mecanismo preciso de este factor hormigueo sigue siendo un misterio fisiológico.
¿Qué está pasando exactamente en el cerebro y el cuerpo cuando ocurre? ¿Puede la neurociencia explicarlo? Y, con ese conocimiento, ¿se puede usar por ejemplo en el tratamiento de discapacidades neurológicas?
Esa sensación que hace temblar el cuerpo
La música es un mensaje universal.Escuchar está casi invariablemente en la lista de las diez cosas que a la gente le parecen más placenteras.
Sin embargo, por sí sola, no tiene ninguna función práctica. A diferencia de la comida, el amor y el sexo, o los instintos de supervivencia, la música no tiene un valor biológico.
La música es emocional: la gente dice que le sirve para reflexionar y para mejorar su estado de ánimo.
Su relación con nuestras emociones produce ese hormigueo, y los científicos han medido estos efectos físicos y explorado la razón para que ocurran.
¿Qué está pasando cuando experimentamos el factor hormigueo?
Muchas personas experimentan el factor hormigueo al oír ciertos momentos musicales,
Este efecto no es imaginario, los científicos lo han medido.
El cuerpo experimenta cambios fisiológicos: la conductancia cutánea aumenta, el pelo se eriza, el ritmo del corazón aumenta, la temperatura del cuerpo baja, la respiración se acelera.
El hormigueo o escalofrío ocurre en los momentos de placer musical más altos.
Para el cerebro es intensamente gratificante.
¿De dónde viene?
Es diferente para cada persona…Se trata de una experiencia personal: es más probable que la música triste genere más "hormigueos" que la feliz, pero la clave es lo que a cada individuo le parezca placentero: dos personas escuchando la misma pieza musical no experimentarán necesariamente las mismas sensaciones.
…y hay una conexión con nuestros ancestros
Los centros del cerebro que están involucrados en el efecto son los de la gratificación, motivación, planeación y emoción, pero esa actividad puede ser traducida en lo físico y visceral, por ejemplo, cantando, tamborileando o aplaudiendo al ritmo de la música.
Esta respuesta física está vinculada al desarrollo del lenguaje en los humanos, y a las interacciones sociales desde el tiempo de las culturas más primitivas.
Así que, incluso la aparentemente personal y privada experiencia de escuchar música nos conecta socialmente a otros músicos y amantes de la música desde tiempos inmemoriales.
¿Qué podemos aprender del hormigueo?
El hormigueo o los escalofríos que producen el placer al escuchar música ha sido tema de una cantidad considerable de investigación.Pero, de lo que se ha aprendido de la neurociencia, ¿se deriva alguna aplicación práctica?
Actividad sensomotora
Bailar o escuchar un ritmo similar al del metrónomo puede ayudar a la gente que sufre problemas de movimiento o equilibrio asociados con la edad o enfermedad.
Lenguaje
Los mecanismos del cerebro para cantar –por ejemplo, cantar lo que se quiere decir- puede ayudar a quienes sufren de daños en las zonas del habla en el cerebro.
Cognición
Habilidades que no son musicales, como oír con precisión, recordar eventos que sucedieron hace poco y poder hacer más de una tarea a la vez pueden mejorar al aprender a tocar un instrumento musical.
Recuperar la salud
Algunas investigaciones científicas indican que tras una cirugía, los pacientes se pueden mejorar más rápido si se les permite escuchar la música que les gusta.
Tomado de:
BBC, iWonder
http://www.bbc.co.uk/mundo
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Música
sábado, 14 de febrero de 2015
Feliz Día del Amor y la Amistad
Feliz Día del amor y la amistad. Feliz Día de los enamorados. Happy Valentine´s Day.
En todas partes del mundo hay
un día para celebrar el amor y la amistad, pero cada país lo celebra
acorde con sus creencias, costumbres, y tradiciones.
Antecedentes:
¿Por qué el 14 de febrero es considerado como el Día de los enamorados?
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este período se vea como un símbolo de amor y de creación.
En el calendario
de la Antigua Atenas, el período comprendido entre mediados de enero y
mediados de febrero era el mes de Gamelion, dedicado al sagrado
matrimonio de Zeus y Hera. En la antigua Roma, el 15 de febrero se
celebraban las Lupercales, en honor de Fauno Luperco, dios de la
fertilidad.
Algunos consideran que se debe a una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para que les ayudara a conseguir o encontrar al enamorado o enamorada ideal.
¿Por qué el 14 de febrero es considerado "El día de San Valentín?
Hace muchos siglos, fue tradicional en Inglaterra la "fiesta de los valentinus", donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja. Muchas de estas parejas se convertían en marido y mujer y conseguían la felicidad de pareja que se espera encontrar y consolidar el Día de San Valentín.
Otras fuentes centran el origen de la historia de San Valentín en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo también se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.
Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos. El 14 de febrero es el onomástico o día del nacimiento de San Valentín, de ahí que muchos consideren que el nombrar el 14 de febrero como el Día de San Valentín, es una forma de honrar la memoria de tan ilustre sacerdote.
El Día de San Valentín moderno fue importado a Norteamérica en el siglo XIX por los británicos. Los primeros "valentines" producidos en masa datan de 1847 gracias a Esther A. Howland (1828 - 1904) de Worcester, Massachusetts. Desde el siglo XIX se introdujo el intercambio de postales producidas masivamente. A esta práctica se sumó el dar otro tipo de regalos como rosas y chocolates, normalmente regalados a las mujeres por los hombres. Con el paso de los años esta celebración se ha hecho masiva, y va desde el saludo de "Happy Valentine's" hasta intercambios de todo tipo de regalos, fundamentalmente tarjetas, rosas y chocolates.
El
Día de San Valentín o Día de los enamorados, se ha convertido en una celebración tradicional en la que los
novios, enamorados, esposos, amigos, compañeros de estudio o de trabajo,
etc, se expresan su amor o cariño mutuamente de una forma especial.
Actualmente ya esta fecha se celebra no solo como el día de los enamorados, sino también como el día del amor y la amistad.
Actualmente ya esta fecha se celebra no solo como el día de los enamorados, sino también como el día del amor y la amistad.
jueves, 5 de febrero de 2015
Adiós amor, adiós...Entierro de Demis Roussos y la corona de flores
Publicado por Begoña Castiella el feb 1, 2015
Demis Roussos, el cantante melódico que tanto gustó
en el mundo entero durante los años 70 y mucho después, falleció de
cáncer a los 68 años en Atenas. Y mas concretamente en el hospital
privado Iyía (que quiere decir salud en griego). Fue en la madrugada del
domingo 25 de Enero, horas antes de que se abrieran las urnas
electorales. Y por ello la noticia se dio a conocer después, por un
twitter del periodista y actor Nikos Aliaga , que había pedido permiso a
su familia. Lo confirmó su hija al Figaro y el propio hospital.Fue enterrado en el Primer Cementerio de Atenas, el que tiene mas solera, lleno hasta la bandera de gente que le quiso y disfrutó con su música. Porque además de grande y gordo, era muy culto, hablaba divinamente muchos idiomas,tocaba varios instrumentos musicales y era querido por todos.
Provenía de una familia griega que vivía en Alejandría (Egipto) donde nació en 1946. Su madre era una magnífica cantante y su padre un ingeniero que tocaba la guitarra clásica. El hijo aprendió árabe y formó parte del coro de la Iglesia Ortodoxa Bizantina de Alejandría. Su familia, como muchas otras, tuvo que abandonar rápidamente Egipto en época de Nasser y llegó a Atenas sin fortuna. En esa época se llamaba todavía Artémios Ventúris, siendo Roussos (Rúsos) su segundo apellido, el que no se usa en Grecia. Estudió secundaria en Atenas y poco a poco empezó a tocar la trompeta, a cantar … y llegó la fama con el grupo Aphrodite´ s Child, donde era bajista y cantante, con Evangelos Papathanasiu ( mas conocido como Vanguelis). Luego siguió su carrera en solitario , publicó unos 30 albumes a lo largo de su carrera y dicen que vendió mas de 60 millones de discos… Llegó a pasar 147 kilos y a escribir un libro sobre ello, “Una cuestión de peso”, publicado en 1982.A partir de cierto momento cantaba con una chilaba (que se puso un día casi de broma antes de un concierto en Italia porque hacía mucho calor).
Luego se le pasó la racha, vendió todas las chilabas por mucho dinero y si actuaba lo hacía con chaqueta, camisa y pantalón.Sus ultimas actuaciones fueron en el 2009 y 2010 con su disco Demis.
Esta es una foto de su última actuación en Atenas en junio del 2010. Y aquí una actuación en directo en el 2012, demostrando que el que tuvo retuvo, su voz seguía siendo igual de melódica …
En su entierro estaba una de sus esposas, Anne Marie (tuvo otras mas), uno de sus hijos, Cyril, (tenia otra hija , Emily), su hermano Costas y muchos parientes y amigos mas. Aquí ven al hermano Costas con sombrero y al hijo Cyril en segundo plano .
Asistió el todavía Presidente del Parlamento,Yorgos Meimarákis entre otras muchas personas. Y cual fue su sorpresa cuando vio que la cinta de la corona de flores que había encargado ponía “Sincero pésame, la Presidenta del Parlamento, Zoí Konstandopulu” . Zoí será la nueva Presidenta del Parlamento – recién nombrada por Alexis Tsípras- a partir del día 5 de Febrero, cuando vuelve a abrirse. (El error fue del florista y la oficina de prensa del parlamento lo dejó bien claro).
Dedicado a Gon de Son Comparet. http:// http://abcblogs.abc.es/alasombradelaacropolis/2015/02/01/el-entierro-de-demis-roussos-y-la-corona-de-flores/
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Música. Demis Roussos
miércoles, 21 de enero de 2015
Discurso sobre el Estado de la Unión de Barack Hussein Obama
Barack Hussein Obama, momentos previos a su Discurso
sobre el Estado de la Unión en la Cámara de Representantes, en el
Capitolio, Washington.
Han pasado quince años de este nuevo siglo. Quince años que comenzaron con la presencia del terror en nuestras costas; que transcurrieron con una generación en dos guerras largas y costosas; que vieron una recesión brutal que se expandía por nuestra nación y por el mundo. Han sido, y aun son, tiempos difíciles para muchos.
Pero esta noche vamos a dar un giro.
Esta noche, después de un año de logros significativos para Estados Unidos, nuestra economía crece y genera empleos al ritmo más rápido desde 1999. La tasa de desempleo es ahora menor de lo que era antes de la crisis financiera. Más de nuestros hijos se gradúan hoy que antes; más de nuestra población tiene seguro médico hoy que antes; somos más libres de las garras del petróleo extranjero de lo que hemos sido en casi 30 años.
Esta noche, por primera vez desde el 11 de septiembre, ha terminado nuestra misión de combate en Afganistán. Hace seis años, casi 180.000 tropas estadounidenses prestaron servicio en Irak y Afganistán. Hoy quedan menos de 15.000. Y rendimos homenaje al valor y al sacrificio de todos los hombres y mujeres en esta generación del 11 de septiembre que ha prestado servicio para garantizar nuestra seguridad. Nos sentimos agradecidos y honrados por su servicio.
Estados Unidos, por todo lo que hemos sufrido; por toda la determinación y el trabajo duro requeridos para volver; por todo el trabajo que tenemos por delante, es importante saber esto:
La sombra de la crisis ha pasado y el Estado de la Unión está fuerte.
En este momento, con una economía en crecimiento, una disminución de los déficits, una industria desbordante y una producción energética en auge, hemos salido de la recesión con más libertad para escribir nuestro propio futuro que cualquier otra nación en la Tierra. Ahora depende de nosotros elegir quiénes queremos ser en los próximos quince años y en las décadas venideras.
¿Aceptaremos una economía en la que solo algunos de nosotros vivamos espectacularmente bien? ¿O nos comprometeremos a desarrollar una economía que genere sueldos que aumentan y oportunidades para todos aquellos que se esfuercen?
¿Nos enfrentaremos al mundo con miedo y reactivos, arrastrados a conflictos costosos que ejerzan presión en nuestras fuerzas armadas y reduzcan nuestra posición? ¿O nos guiaremos de forma inteligente, usando todos los elementos de nuestro poder para derrotar nuevas amenazas y proteger a nuestro planeta?
¿Vamos a dejar que lleguemos a dividirnos en facciones y nos enfrentemos los unos contra los otros, o podremos recuperar el sentido de propósito común que siempre ha propulsado a Estados Unidos hacia adelante?
En dos semanas, mandaré al Congreso un presupuesto lleno de ideas prácticas, no partidistas. Y en los meses que vienen cruzaré el país para defender mi postura en cuanto a esas ideas.
Por eso, esta noche, quiero centrarme menos en una lista de propuestas y centrarme más en los valores que están en juego a la hora de tomar las decisiones que se nos presentan. Empieza con nuestra economía.
Hace siete años, Rebekah y Ben Erler de Minneapolis estaban recién casados. Ella era camarera. Él trabajaba en la construcción. Su primer hijo, Jack, estaba en camino. Eran jóvenes, estaban enamorados en Estados Unidos y había muchas posibilidades de mejorar eso.
"Si tan solo hubiéramos sabido", me escribió Rebekah en la primavera, "lo que estaba a punto de suceder en el sector inmobiliario y de la construcción". Con la agudización de la crisis, el negocio de Ben cayó en picada, por lo que él aceptó cualquier trabajo que pudo encontrar, incluso si eso significaba tener que viajar durante largos períodos de tiempo. Rebekah consiguió préstamos de estudiante, se inscribió en un colegio comunitario y tomó la decisión de cambiar de profesión. Se sacrificaron el uno por el otro. Y poco a poco vieron el fruto. Compraron su primera vivienda. Tuvieron su segundo hijo, Henry. Rebekah consiguió un trabajo mejor y luego un aumento de sueldo. Ben ha vuelto a la construcción, y llega a casa para cenar todos los días.
"Es increíble", escribió Rebekah, "de lo que uno puede recuperarse cuando tiene que hacerlo... somos una familia fuerte y muy unida que ha superado momentos extremadamente difíciles".
Somos una familia fuerte y muy unida que ha superado momentos extremadamente difíciles.
Estados Unidos, la historia de Rebekah y Ben es nuestra historia. Ellos representan a millones que han trabajado duro y han hecho recortes y sacrificios y cambios. Ustedes son la razón por la que quise asumir este cargo. Ustedes son la gente que tenía en mis pensamientos hace seis años este mismo día, en los meses más difíciles de la crisis, cuando me puse de pie en los escalones de este Capitolio y prometí que reconstruiría la economía sobre una nueva base. Y han sido sus esfuerzos y resistencia los que han hecho posible que nuestro país salga de la crisis más fuerte que antes.
Confiamos en poder detener el flujo de trabajos que se mandan al extranjero y traer trabajos nuevos a nuestras costas. En los últimos cinco años nuestras empresas han creado más de 11 millones de puestos de trabajo nuevos.
Confiamos en nuestra capacidad de reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero y proteger nuestro planeta. Y hoy, Estados Unidos es el número uno en petróleo y gas. Estados Unidos es el número uno en energía eólica. Cada tres semanas introducimos en las redes la misma cantidad de energía solar que en todo el año 2008. Y gracias a que ha bajado el precio de la gasolina y han aumentado los estándares de combustible, la familia promedio este año debería ahorrarse $750 en gasolina.
Confiamos en que podemos preparar a nuestros hijos para un mundo más competitivo. Y hoy, nuestros estudiantes más jóvenes han obtenido las notas más altas en Matemáticas y lectura de la Historia, las cifras de graduación de la escuela secundaria han batido un nuevo récord, y más personas que viven en Estados Unidos terminan la universidad que antes.
Confiamos en que al contar con regulaciones prudentes podríamos prevenir otra crisis, proteger a las familias de la ruina y fomentar la competencia justa. En la actualidad, tenemos nuevas herramientas para acabar con los rescates financieros pagados por los contribuyentes y un nuevo defensor del consumidor que nos proteja de los préstamos y las prácticas crediticias abusivas. Tan solo en el último año, unos diez millones de personas que vivían en Estados Unidos sin seguro médico por fin cuentan con la seguridad de tener cobertura de salud.
A cada paso, nos decían que nuestros objetivos no eran correctos o que eran demasiado ambiciosos; que destruiríamos empleos y aumentaríamos el déficit. En lugar de eso, hemos visto el crecimiento económico más rápido en más de una década, el déficit reducido en dos tercios, un aumento del doble en el mercado bursátil y la inflación en atención médica más baja de los últimos 50 años.
Por lo tanto, el veredicto está claro: La economía de la clase media funciona. Expandir las oportunidades funciona. Y estas políticas seguirán funcionando, siempre que la política no se interponga en su camino. No podemos frenar el crecimiento empresarial ni poner en riesgo nuestra economía con cierres de la administración del Gobierno ni confrontaciones fiscales. No podemos arriesgar la seguridad de las familias al quitarles el seguro de salud, ni deshacer las nuevas reglas en Wall Street, ni volver a las mismas luchas del pasado sobre inmigración cuando lo que tenemos que hacer es arreglar el sistema. Y si llega a mi despacho un proyecto de ley que pretenda hacer cualquiera de estas cosas, lo vetaré.
Hoy, gracias a una economía en crecimiento, la recuperación está tocando más y más vidas. Los salarios por fin están empezando a aumentar. Sabemos que más pequeños empresarios van a aumentar el sueldo de sus empleados que en cualquier momento desde 2007. Sin embargo, la cuestión es que los que estamos en esta sala esta noche no debemos conformarnos solo con que el Gobierno no se convierta en un freno para el progreso que estamos logrando. Debemos hacer más que evitar empeorar. Esta noche, juntos, hagamos más por recuperar la conexión entre el trabajo duro y la creación de oportunidades para todas las personas que viven en Estados Unidos.
Porque las familias como la de Rebekah aún necesitan nuestra ayuda. Ella y Ben trabajan más que nunca, pero tienen que renunciar a las vacaciones y a un automóvil nuevo para poder pagar los préstamos de estudiantes y ahorrar para la jubilación. El cuidado infantil básico para Jack y Henry cuesta más que su hipoteca y casi tanto como un año en la Universidad de Minnesota. Como millones de trabajadores que viven en Estados Unidos, Rebekah no está pidiendo ayuda financiera; pero sí nos pide que busquemos más maneras de ayudar a las familias a salir adelante.
De hecho, siempre que hemos presenciado un cambio económico en nuestra historia, este país ha tomado medidas audaces para adaptarse a nuevas circunstancias y para asegurar que todos tengan una oportunidad justa. Creamos protecciones para los trabajadores, el Seguro Social, Medicare y Medicaid para protegernos de la peor adversidad. Les dimos a nuestros ciudadanos escuelas y universidades, infraestructura e Internet, las herramientas que necesitaban para llegar hasta donde los llevaran sus esfuerzos.
Eso es lo que significa la economía de la clase media: la idea de que este país va mejor cuando todos tienen una oportunidad justa, todos ponen de su parte y todos siguen las mismas reglas. No solo queremos que todos compartan el éxito de Estados Unidos, queremos que todos contribuyan a nuestro éxito.
Entonces, ¿qué necesita la economía de la clase media en nuestros tiempos?
Primero, la economía de la clase media significa ayudar a las familias trabajadoras a sentirse más seguras en un mundo de cambios constantes. Eso significa ayudar a la gente a pagar el cuidado infantil, la universidad, la atención médica, una casa y la jubilación, y mi presupuesto abordará cada uno de estos asuntos, mediante la reducción de impuestos de las familias trabajadoras y la recuperación de miles de dólares en sus bolsillos cada año.
Aquí tienen un ejemplo. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando hombres como mi abuelo se fueron a luchar, era muy importante para la seguridad nacional que las mujeres como mi abuela formaran parte de la fuerza laboral; por eso, el país empezó a ofrecer cuidado infantil universal. En nuestra economía actual, cuando tener a ambos padres en la fuerza laboral es una necesidad económica para muchas familias, hace falta tener cuidado infantil asequible de alta calidad más que nunca. No es algo que sea agradable tener. Es algo que necesitamos tener. Es hora de que dejemos de tratar el cuidado infantil como un tema secundario, o un tema de mujeres y lo tratemos como la prioridad económica nacional que es para todos nosotros. Y es por eso que mi plan hará que el cuidado infantil de alta calidad esté más disponible, y sea más asequible, para todas las familias de clase media y de bajos ingresos con niños pequeños en Estados Unidos; con más cupos y un nuevo recorte de impuestos de $3.000 por niño, por año.
Aquí tienen otro ejemplo. En la actualidad somos el único país avanzado de la Tierra que no garantiza la licencia pagada por enfermedad ni la licencia pagada por maternidad a nuestros trabajadores y trabajadoras. Cuarenta y tres millones de trabajadores no tienen licencia pagada por enfermedad. Cuarenta y tres millones. Piensen sobre eso. Y que eso obliga a demasiados padres a tomar la decisión difícil de elegir entre un sueldo o quedarse en casa con su hijo enfermo. Por eso voy a tomar una nueva medida para ayudar a los estados a crear sus propias leyes de licencia pagada. Y, puesto que la licencia pagada por enfermedad ganó donde se sometió a votación el pasado noviembre, sometámosla aquí mismo en Washington. Mándenme un proyecto de ley que ofrezca a todos los trabajadores de Estados Unidos la oportunidad de recibir siete días de licencia pagada por enfermedad. Es lo correcto.
Por supuesto, nada ayuda más a las familias a llegar a fin de mes que un aumento de sueldo. Por eso este Congreso aún tiene que aprobar una ley que garantice que la mujer reciba el mismo salario que el hombre cuando hace el mismo trabajo. En serio. Es el año 2015. Ya es hora. Todavía necesitamos garantizar que los trabajadores reciban el tiempo extra que se han ganado. Quiero decirles a todos los miembros de este Congreso que todavía se niegan a aumentar el salario mínimo lo siguiente: Si realmente creen que ustedes serían capaces de trabajar a tiempo completo y mantener una familia con un sueldo anual inferior a $15.000, inténtenlo. Si no, voten para darles a millones de las personas más trabajadoras en Estados Unidos un aumento.
Estas ideas no harán que todos sean ricos, ni eliminarán las dificultades para todos. Esa no es la función del Gobierno. Para dar a las familias trabajadoras una oportunidad justa, todavía necesitaremos más empresarios que miren más allá de los ingresos del próximo trimestre y que reconozcan que invertir en su fuerza laboral les va a beneficiar a la larga. Todavía necesitamos leyes que refuercen en lugar de debilitar a los sindicatos y que les den voz a los trabajadores en Estados Unidos. Sin embargo, cosas como el cuidado infantil y la licencia por enfermedad pagada y el mismo salario para mujeres y hombres; cosas como primas hipotecarias más bajas y el salario mínimo más alto, estas ideas marcarán una diferencia significativa en las vidas de millones de familias. Eso es un hecho. Y eso es lo que a todos nosotros, republicanos y demócratas por igual, nos han mandado a hacer aquí.
Segundo, para asegurar que la gente siga recibiendo sueldos más altos en el futuro, tenemos que hacer más para ayudar a que las personas que viven en Estados Unidos adquieran nuevas habilidades.
Estados Unidos prosperó en el siglo XX porque hicimos que la escuela secundaria fuera gratuita, mandamos a una generación entera de soldados a la universidad y entrenamos a la fuerza laboral del mundo. Sin embargo, en la economía del siglo XXI que recompensa el conocimiento más que nunca, tenemos que hacer más.
Cuando termine esta década, dos de cada tres ofertas de empleo requerirán al menos algún nivel de educación superior. Dos de cada tres. Y aún así, vivimos en un país donde hay demasiadas personas inteligentes y que se esfuerzan que no pueden conseguir la educación que necesitan porque no se lo pueden permitir. No es justo para ellos y no es inteligente para nuestro futuro.
Por eso voy a mandarle al Congreso un nuevo y audaz plan para reducir el costo de los colegios comunitarios a cero.
El 40% de nuestros estudiantes universitarios eligen un colegio comunitario. Algunos son jóvenes y acaban de empezar. Otros son mayores y buscan un empleo mejor. Algunos son veteranos y padres solteros que intentan volver al mercado laboral. Quienquiera que sea usted, este plan es su oportunidad para graduarse preparado para la nueva economía, sin una gran deuda a sus espaldas. Tiene que entender que tiene que ganárselo, tendrá que mantener sus notas altas y graduarse a tiempo. Tennessee, un estado con un liderazgo republicano, y Chicago, una ciudad con un liderazgo demócrata, nos enseñan que los colegios comunitarios gratis son posibles. Quiero ver esa idea extenderse en todo Estados Unidos, para que dos años de estudios en colegios comunitarios sean gratuitos y universales en Estados Unidos como la educación secundaria lo es en la actualidad. Y quiero trabajar con este Congreso, para asegurarnos de que aquellos abrumados con la carga de préstamos estudiantes puedan reducir sus pagos mensuales, para que la deuda de estudiante no haga que nadie arruine sus sueños.
Gracias al gran trabajo del vicepresidente Biden de actualizar nuestro sistema de capacitación laboral, estamos conectando los colegios comunitarios con empresarios locales para adiestrar a trabajadores para ocupar puestos de trabajo altamente remunerados como codificación, enfermería y robótica. Esta noche también les pido a más empresas que sigan el ejemplo de compañías como CVS y UPS, y que ofrezcan más beneficios educativos y prácticas pagadas; oportunidades que permiten a los trabajadores tener acceso a puestos de trabajo mejor pagados incluso si no han cursado una educación superior.
Y ahora que una nueva generación de veteranos vuelve a casa, les debemos todas las oportunidades posibles para vivir el Sueño Americano que ayudaron a defender. Ya hemos conseguido mucho por garantizar que todos los veteranos tengan acceso a los mejores servicios. Estamos reduciendo la lista de casos pendientes que tenía a demasiados veteranos esperando meses, si no años, para recibir los beneficios que necesitan, y estamos haciendo que sea más sencillo para los veteranos convertir su adiestramiento y experiencia en empleos civiles. Joining Forces, la campaña nacional lanzada por Michelle y Jill Biden, por ahora ha ayudado a casi 700.000 veteranos y cónyuges militares a conseguir nuevos trabajos. A cada director general de Estados Unidos, déjenme repetirles: Si quieren contratar a alguien que sin duda haga el trabajo, contraten a un veterano.
Por último, a medida que capacitamos mejor a nuestros trabajadores, también necesitamos que la nueva economía continúe creando puestos de trabajo altamente remunerados para que los ocupen nuestros trabajadores.
Desde el 2010, Estados Unidos ha creado más puestos de trabajo que Europa, Japón y todas las demás economías avanzadas juntas. Nuestros fabricantes han agregado casi 800.000 empleos nuevos. Algunos de nuestros sectores fundamentales, como nuestra industria automotriz, están en auge. Pero también hay millones de personas que viven en Estados Unidos que tienen trabajos que ni siquiera existían hace diez o veinte años: trabajos en empresas como Google, eBay y Tesla.
Por lo que nadie sabe con certeza cuáles serán las industrias que generarán puestos de trabajo en el futuro. Pero sabemos que los queremos aquí en Estados Unidos. Es por ello que la tercera parte del progreso económico de la clase media consiste en crear la economía más competitiva del mundo, el lugar donde las empresas querrán ubicarse y contratar.
Las empresas del siglo XXI necesitan una infraestructura del siglo XXI: Puertos modernos, puentes más sólidos, trenes más veloces e Internet más rápido. Los demócratas y los republicanos solían estar de acuerdo en esto. Así que pongamos la mira en algo más ambicioso que un simple oleoducto. Aprobemos un plan de infraestructuras bipartidista que tenga el potencial de multiplicar por más de treinta los puestos de trabajo creados por año y de hacer que este país sea más fuerte durante las décadas venideras.
Las empresas del siglo XXI, incluidas las pequeñas empresas, tienen que vender más productos de Estados Unidos en el extranjero. En la actualidad, nuestras empresas exportan más que nunca y los exportadores tienden a pagar mejores salarios a sus trabajadores. Pero al mismo tiempo, China desea establecer las reglas de la región con el crecimiento más rápido del mundo. Eso pondría a nuestros trabajadores y nuestras empresas en desventaja. ¿Por qué deberíamos dejar que eso ocurra? Somos nosotros quienes deberíamos establecer esas reglas. Somos nosotros quienes deberíamos fijar condiciones equitativas. Por ello, les pido a ambos partidos que me otorguen la autoridad de promoción comercial a fin de proteger a los trabajadores que viven en Estados Unidos y celebrar nuevos tratados comerciales sólidos con países de Asia a Europa que no solo sean de libre comercio sino que también promuevan un comercio justo.
Miren, yo soy el primero en admitir que los tratados comerciales anteriores no han cumplido siempre con las expectativas y por eso hemos ido a por los países que rompen las reglas a nuestra costa. Pero el 95% de los consumidores del mundo viven fuera de nuestras fronteras y no podemos renunciar a esas oportunidades. Más de la mitad de los ejecutivos del sector manufacturero han expresado que están estudiando de forma activa cómo traer empleos de vuelta desde China. Démosles otra razón más para hacerlo.
Las empresas del siglo XXI dependerán de la ciencia, la tecnología, la investigación y el desarrollo que se realice en Estados Unidos. Quiero que el país que eliminó la poliomielitis y mapeó el genoma humano dé pie a una nueva era en el campo de la Medicina: Un país que sea capaz de prestar el tratamiento adecuado en el momento correcto. En algunos pacientes con fibrosis quística, este enfoque ha servido para revertir una enfermedad que se creía incontenible. Esta noche, voy a lanzar una iniciativa de Medicina de precisión que nos acercará más a curar enfermedades como el cáncer y la diabetes, y que nos dará a todos acceso a la información personalizada que precisamos para cuidar mejor nuestra salud y la de nuestras familias.
Tengo la intención de proteger un Internet libre y abierto, ampliar su alcance a todas las aulas y a todas las comunidades, y ayudar a los especialistas a construir redes más rápidas, para que la próxima generación de innovadores y emprendedores digitales tengan la plataforma para seguir transformando nuestro mundo.
Quiero que las personas que viven en Estados Unidos ganen la carrera en pos de los descubrimientos que crearán toda una serie de trabajos nuevos: Convirtamos la luz solar en combustible líquido, creemos prótesis revolucionarias para que un veterano que dio sus brazos por este país pueda jugar al béisbol otra vez con su hijo, exploremos los confines del sistema solar no simplemente para visitarlos sino para quedarnos. El mes pasado, lanzamos una nueva astronave como parte del flamante programa espacial que va a llevar a astronautas estadounidenses a Marte. Dentro de dos meses, a fin de prepararnos para dichas misiones, Scott Kelly realizará una estancia de un año en el espacio. Buena suerte, Capitán Kelly, y asegúrese de compartir sus aventuras con todos nosotros por Instagram.
Ahora, la verdad es que cuando se trata de temas como la infraestructura y la investigación básica, sé que tenemos el apoyo bipartidista en esta cámara. Me lo han comunicado miembros de ambos partidos. Sin embargo, solemos toparnos demasiado a menudo con dificultades insalvables cuando intentamos decidir cómo pagar esas inversiones. Las personas que vivimos en Estados Unidos no estamos en contra de pagar la parte de los impuestos que nos corresponde siempre que los demás también lo hagan. Pero durante demasiado tiempo, los cabilderos han amañado el código fiscal con lagunas tributarias que permiten que ciertas corporaciones no paguen nada mientras los demás pagan toda la carga. Lo han plagado de concesiones que los superricos no necesitan y han negado un recorte a las familias de clase media que sí lo necesitan.
Este año tenemos una oportunidad de cambiar todo esto. Cerremos las lagunas tributarias para dejar de recompensar a las empresas que mantienen las ganancias en el extranjero y premiar a aquellas que invierten en Estados Unidos. Usemos esos ahorros para reconstruir nuestra infraestructura a fin de atraer a las empresas para que traigan los empleos de vuelta a casa. Simplifiquemos el sistema y dejemos que los propietarios de las pequeñas empresas hagan su declaración con base en sus estados de cuenta bancarios reales, en vez de la cantidad de contadores que se puedan permitir. Y cerremos las lagunas tributarias que fomentan la desigualdad al permitir que el uno por ciento más rico evite pagar impuestos sobre su riqueza acumulada. Podemos usar ese dinero para ayudar a más familias a pagar sus gastos de cuidado infantil y enviar a sus hijos a la universidad. Necesitamos un código fiscal que ayude realmente a los trabajadores que viven en Estados Unidos a progresar en la nueva economía, y podemos lograrlo juntos.
Ayudemos a las familias trabajadoras a llegar a fin de mes sin dificultades. Démosles las herramientas que necesitan para conseguir empleos bien remunerados en esta nueva economía. Mantengamos las condiciones que fomentan el crecimiento y la competitividad. Ese es el rumbo que debe tomar Estados Unidos. Estoy convencido de que es el rumbo que quieren tomar las personas que viven en Estados Unidos. Es el rumbo que hará que nuestra economía sea más fuerte de aquí a un año, dentro de quince años y bien entrado el siglo.
Por supuesto, si hay algo que nos ha enseñado este siglo es que no podemos separar el trabajo que debemos realizar aquí de los desafíos que tenemos más allá de nuestras fronteras.
Mi primer deber como Comandante en Jefe es defender a Estados Unidos de América. En esa capacidad la pregunta no es si Estados Unidos lidera el mundo, sino cómo lo hace. Cuando tomamos decisiones apresuradas y reaccionamos ante los titulares en vez de usar nuestra cabeza, cuando la primera respuesta ante un desafío es enviar a nuestras fuerzas armadas, corremos el riesgo de ser arrastrados a pelear en conflictos innecesarios y le damos la espalda a la estrategia de más amplio prospecto que necesitamos para tener un mundo más seguro y próspero. Eso es lo que nuestros enemigos quieren que hagamos.
Yo creo en un liderazgo estadounidense más inteligente. Lideramos mejor cuando combinamos nuestro dominio militar con una estrategia diplomática sólida, cuando utilizamos nuestro poder para formar alianzas internacionales, cuando no dejamos que nuestros temores nos cieguen y nos impidan ver las oportunidades que nos presenta este nuevo siglo. Esto es exactamente lo que estamos haciendo ahora mismo, y está marcando la diferencia alrededor del mundo.
En primer lugar, nos mantenemos unidos en solidaridad con las personas de todo el mundo que han sido atacadas por los terroristas, desde una escuela en Pakistán hasta las calles de París. Seguiremos persiguiendo y acabando con los terroristas, además de desmantelar sus redes y nos reservamos el derecho de actuar unilateralmente, como hemos hecho sin cesar desde que asumí mi cargo para eliminar a los terroristas que representan una amenaza directa para nosotros y nuestros aliados.
Al mismo tiempo, en los últimos trece años hemos aprendido algunas lecciones costosas.
En lugar de tener patrullas americanas en los valles de Afganistán, hemos entrenado a sus fuerzas de seguridad, que ahora se encuentran a cargo, y hemos honrado el sacrificio de nuestras tropas con el apoyo la primera transición democrática de ese país. En lugar de enviar a un gran número de fuerzas armadas al extranjero, vamos a formar alianzas con países del sur de Asia al norte de África para denegar a los terroristas que amenazan a Estados Unidos un lugar para refugiarse.
En Irak y Siria, el liderazgo estadounidense, que incluye nuestro poder militar, está parando el avance de ISIL. En lugar de vernos arrastrados a otra guerra terrestre en Oriente Medio, estamos liderando una amplia coalición que incluye a las naciones árabes para degradar y, en última instancia, destruir a este grupo terrorista. También estamos apoyando una oposición moderada en Siria que nos pueda ayudar con estos esfuerzos a nivel mundial para asistir a la gente que se alza contra la ideología sin fundamento del extremismo violento. Este esfuerzo va a requerir tiempo. Y va a requerir concentración. Pero triunfaremos. Y esta noche le pido al Congreso que le muestre al mundo que estamos unidos en esta misión y que apruebe una resolución que autorice el uso de la fuerza contra ISIL.
En segundo lugar, estamos demostrando el poder de la diplomacia y la fuerza estadounidenses. Estamos defendiendo el principio de que las naciones grandes no pueden intimidar a las pequeñas: es lo que hemos hecho al oponernos a la agresión rusa, respaldar la democracia en Ucrania y tranquilizar a nuestros aliados de la OTAN. El año pasado, mientras realizábamos el difícil trabajo de imponer sanciones junto con nuestros aliados, algunos sugirieron que la agresión del Sr. Putin era una exhibición magistral de estrategia y fuerza. Bueno, lo cierto es que quien se mantiene hoy fuerte y unida a nuestros aliados es Estados Unidos, mientras que Rusia está aislada y con una economía en ruinas. Es así como Estados Unidos lidera: no con fanfarronadas, sino con determinación persistente y constante.
En Cuba, estamos poniendo fin a una política que debería haber terminado hace tiempo. Cuando uno hace algo que no funciona durante cincuenta años, es hora de probar algo nuevo. Nuestro cambio de política en relación con Cuba tiene el potencial de poner punto final a un legado de falta de confianza en nuestro hemisferio; desmorona una excusa ficticia para imponer restricciones en Cuba; defiende los valores democráticos; y extiende una mano de amistad al pueblo cubano. Y este año, el Congreso debería iniciar el trabajo de poner fin al embargo. Como dijo Su Santidad, el Papa Francisco, la diplomacia es un trabajo de “pequeños pasos”. Y estos pequeños pasos han ido sumándose para dar una nueva esperanza al futuro de Cuba. Después de pasar años en prisión, el hecho de que Alan Gross esté de nuevo entre nosotros nos llena de dicha: bienvenido a casa, Alan.
Nuestra diplomacia está funcionando en Irán, donde por primera vez en una década hemos detenido el progreso de su programa nuclear y reducido sus reservas de materiales nucleares. Entre ahora y esta primavera, tenemos la oportunidad de negociar un acuerdo exhaustivo que servirá para prevenir el surgimiento de un Irán con armas nucleares y garantizar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, entre los que se encuentra Israel, a la vez que evitará otro conflicto armado en Oriente Medio. No hay ninguna garantía de que las negociaciones tendrán éxito, y mantendré todas las opciones sobre la mesa para prevenir que Irán tenga armas nucleares. Sin embargo, si este Congreso aprueba nuevas sanciones en este preciso momento, se producirá ni más ni menos que el fracaso de los esfuerzos diplomáticos: estas medidas distanciarían a Estados Unidos de sus aliados y asegurarían que Irán volviese a iniciar su programa nuclear. No tiene sentido. Por esa razón, vetaré cualquier proyecto de ley que imponga nuevas sanciones y ponga en peligro nuestro progreso. Las personas que viven en Estados Unidos esperan que entremos en guerra solo como recurso de última instancia y tengo la intención de mantenerme fiel a esa sabiduría.
En tercer lugar, para dar forma al nuevo siglo estamos poniendo la mira más allá de los temas que nos han mantenido ocupados en el pasado.
Ningún país extranjero, ningún hacker, debería ser capaz de paralizar nuestras redes, robar nuestros secretos comerciales o invadir la privacidad de las familias estadounidenses, en especial la de nuestros niños. Nos vamos a asegurar de que nuestro gobierno integre los datos de inteligencia para combatir las ciberamenazas al igual que hemos hecho para combatir el terrorismo. Y esta noche exhorto al Congreso a que apruebe finalmente la legislación que necesitamos para hacer frente mejor a las cambiantes amenazas que presentan los ciberataques, combatir el robo de identidad y proteger la seguridad de la información de nuestros niños. Si no actuamos, dejaremos a nuestra nación y a nuestra economía en una situación vulnerable. Si lo hacemos, podremos seguir protegiendo los avances tecnológicos que han creado incontables oportunidades para personas de todo el mundo.
En África Occidental, nuestras tropas, nuestros científicos, nuestros médicos, nuestros enfermeros y profesionales médicos están revirtiendo el ébola, salvando innumerables vidas e impidiendo la propagación de la enfermedad. No podría sentirme más orgulloso de ellos, y le doy las gracias a este Congreso por el respaldo bipartidista otorgado a sus esfuerzos. Pero resta mucho por hacer y el mundo tiene que aprender de esta lección para crear una iniciativa global más eficaz a fin de prevenir la propagación de futuras pandemias, invertir en desarrollo inteligente y erradicar la pobreza extrema.
En la región Asia-Pacífico, estamos modernizando nuestras alianzas mientras nos aseguramos de que las demás naciones cumplan con las reglas al realizar operaciones de comercio internacional, resolver disputas marítimas y participar en desafíos internacionales comunes como la no proliferación y la prestación de ayuda ante desastres naturales. Y no hay ningún desafío, ningún desafío, que presente una amenaza mayor a las generaciones futuras que el cambio climático.
El año 2014 fue el más caluroso que se ha registrado en la historia de nuestro planeta. Y sé que un año no sirve para indicar una tendencia, pero esto sí sirve: 14 de los 15 años más calurosos registrados en la historia se encuentran todos en los primeros 15 años de este siglo.
He oído a gente que intenta evitar las pruebas al decir que no son científicos; que no tenemos suficiente información para actuar. Bueno, yo tampoco soy científico. ¿Pero saben qué? Conozco a muchos científicos fabulosos en la NASA, en la NOAA y en nuestras mejores universidades y todos los mejores científicos del mundo nos están diciendo que si nuestras acciones están cambiando el clima y si no actuamos contundentemente, seguiremos viendo subidas en el nivel de los océanos, olas de calor más largas y calurosas, sequías e inundaciones peligrosas y otras alteraciones masivas del clima que podrán generar más movimiento migratorio, enfrentamientos y hambre alrededor del mundo.
El Pentágono dice que el cambio climático supone riesgos inmediatos a nuestra seguridad nacional. Deberíamos actuar como si así fuera.
Es por eso que en los últimos seis años hemos hecho más que nunca para combatir el cambio climático, desde la forma en la que producimos energía hasta la manera en la que la consumimos. Es por eso que hemos reservado más tierras y aguas de dominio público que en ninguna otra administración de la historia. Y es por eso que no dejaremos que este Congreso ponga en peligro la salud de nuestros niños y nos haga retroceder al revertir nuestros esfuerzos. Estoy decidido a garantizar que el liderazgo estadounidense impulse las acciones a nivel internacional. En Pekín, hicimos un anuncio histórico: Estados Unidos duplicará el ritmo de reducción de nuestra polución de carbono y China se comprometió por primera vez a limitar sus emisiones. Y porque las dos economías más grandes del mundo aunaron esfuerzos, otros países ahora están dando un paso al frente y dan esperanzas de que este año, por fin, las naciones del mundo lleguen a un acuerdo para proteger el único planeta que tenemos.
Hay un último pilar fundamental de nuestro liderazgo: el ejemplo de nuestros valores.
Las personas que vivimos en Estados Unidos respetamos la dignidad humana, incluso cuando nos vemos amenazados; es por eso que he prohibido la tortura y trabajado para garantizar que el uso que hacemos de las nuevas tecnologías, como los drones, se limite debidamente. Es por eso que nos manifestamos en contra del deplorable antisemitismo que ha resurgido en ciertas partes del mundo. Es por eso que continuamos rechazando los estereotipos ofensivos sobre los musulmanes: la mayoría de quienes comparten nuestro compromiso con la paz. Es justamente por eso que defendemos la libertad de expresión y abogamos por la liberación de los presos políticos, condenamos la persecución de las mujeres o de las minorías religiosas, o de las personas que son lesbianas, homosexuales, bisexuales o transexuales. Hacemos todo esto no solamente porque es lo correcto, sino también porque acrecienta nuestra seguridad nacional.
Todas las personas que vivimos en Estados Unidos tenemos un compromiso profundo con la justicia, por lo que no tiene ningún sentido gastar tres millones de dólares por prisionero para mantener abierta una prisión que el mundo condena y los terroristas usan para reclutar. Desde que asumí el cargo de Presidente, hemos trabajado de forma responsable para reducir la población de Guantánamo a la mitad. Y ha llegado la hora de finalizar el trabajo. Estoy determinado y no desistiré hasta que cerremos la prisión. Nosotros no somos así.
Las personas que vivimos en Estados Unidos apreciamos nuestras libertades civiles y debemos mantener ese compromiso si queremos la máxima cooperación de otros países y sectores en nuestra lucha contra las redes terroristas. Así que a pesar de que algunos ya se han distanciado de los debates sobre nuestros programas de vigilancia, yo no lo he hecho. De acuerdo con lo prometido, nuestras agencias de inteligencia han trabajado arduamente para incrementar la transparencia y crear más salvaguardas contra posibles abusos, todo ello teniendo en cuenta las recomendaciones de los defensores de la privacidad. Y el mes que viene publicaremos un informe sobre lo que estamos haciendo para cumplir nuestra promesa de mantener seguro a nuestro país mientras fortalecemos la privacidad.
Estamos mirando al futuro en vez de al pasado. Estamos asegurándonos de que nuestra fuerza tenga un peso equivalente al de nuestra diplomacia, y de que usamos la fuerza inteligentemente. Estamos formando coaliciones para enfrentarnos a nuevos desafíos y oportunidades. Y estamos liderando con el ejemplo de nuestros valores. Siempre. Eso es lo que hace que seamos excepcionales. Es lo que nos mantiene fuertes y esa es la razón por la que siempre tenemos que seguir esforzándonos en comportarnos de acuerdo con los principios más elevados: los nuestros.
Saben, hace poco más de una década, pronuncié un discurso en Boston en el que dije que no éramos los estados liberales de América, ni los estados conservadores de América, ni los estados negros de América, ni los estados blancos de América, sino los Estados Unidos de América. Dije eso porque fue lo que experimenté en mi propia vida, en una nación que le dio a alguien como yo una oportunidad; porque crecí en Hawái, un crisol de razas y tradiciones; porque luego formé mi hogar en Illinois, un estado de pueblos pequeños, tierras ricas para la agricultura y con una de las mejores ciudades del mundo: un microcosmos del país, donde los demócratas, republicanos e independientes, personas decentes de todos los orígenes étnicos y de todas las religiones comparten ciertos valores fundamentales.
En los últimos seis años, los expertos han señalado en más de una ocasión que mi presidencia no ha dado resultados sobre la base de esta visión. Qué irónico, dicen, que nuestra política parezca estar más dividida que nunca. Esto se presenta como prueba no solo de mis propios fallos, de los cuales tengo muchos, sino también como prueba de que la propia visión es errónea e inocente y de que en esta ciudad hay demasiada gente que de hecho se beneficia del partidismo y de la paralización gubernamental para que hagamos nunca nada al respecto.
Sé que este tipo de cinismo es tentador. Pero sigo creyendo que los cínicos están equivocados.
Sigo creyendo que somos un pueblo unido. Sigo creyendo que, juntos, podemos hacer grandes cosas, incluso cuando las probabilidades no juegan a nuestro favor. Creo en ello porque he visto una y otra vez, en mis seis años ocupando mi cargo, la mejor versión de Estados Unidos. He visto las caras llenas de esperanza de jóvenes graduados de Nueva York a California, y nuestros oficiales más nuevos de West Point, Annapolis, Colorado Springs y New London. He estado de luto junto a las familias en duelo de Tucson y Newtown, y en Boston, Texas y West Virginia. He sido testigo de cómo las personas que viven en Estados Unidos se enfrentan a la adversidad, desde el Golfo de México a las Grandes Llanuras, desde las líneas de montaje del Medio Oeste a la costa del Atlántico Medio. He visto cómo el matrimonio entre homosexuales ha pasado de ser un tema polémico que solía usarse para separarnos a una historia de libertad en todo nuestro país, y ahora es un derecho civil en estados donde vive el setenta por ciento de la población estadounidense. Conozco la generosidad, el gran corazón, el optimismo y la bondad de las personas que viven en Estados Unidos que, día tras día, dan vida a la idea de que somos los guardianes de nuestros hermanos y nuestras hermanas. Y sé que esperan que aquellos de nosotros que trabajamos como funcionarios públicos aquí demos un mejor ejemplo.
Así que la pregunta que los aquí presentes esta noche debemos hacernos es qué podemos hacer, todos nosotros, para reflejar mejor las esperanzas de Estados Unidos. He servido en el Congreso con muchos de ustedes. Conozco bien a muchos de los aquí presentes. Hay mucha gente buena aquí, a ambos lados del pasillo. Y muchos de ustedes me han dicho que no vinieron aquí para esto: no vinieron para participar en una procesión de discusiones en programas de televisión por cable, para estar recaudando fondos constantemente, siempre alerta para ver cómo reacciona el Congreso ante cada decisión.
¿Se imaginan si rompiéramos con esos patrones viejos y anticuados? ¿Se imaginan si hiciéramos algo diferente?
Que quede claro: una política mejor no requiere los demócratas abandonen su programa político ni en el que los republicanos simplemente tengan que aceptar mi programa con los brazos abiertos. Una política mejor requiere que apelemos a la decencia básica el uno del otro en vez de apelar a nuestros temores más elementales. Una política mejor requiere que debatamos sin demonizar el uno al otro, que hablemos de temas importantes, de valores y de principios y de hechos, en vez de las metidas de pata insustanciales, errores triviales o falsas controversias que no tienen nada que ver con la vida diaria de las personas. Una política mejor requiere que pasemos menos tiempo sumergidos en dinero turbio para anuncios de campañas sucias y que dediquemos más tiempo a inspirar a los jóvenes, motivándolos, mostrándoles las posibilidades y pidiéndoles que se unan a nosotros en la gran misión de construir Estados Unidos.
Si vamos a tener discusiones, discutamos. Pero hagamos que sean debates que estén a la altura de esta cámara y de este país.
Es posible que todavía no estemos de acuerdo en cuanto al derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad, pero seguramente podemos coincidir en que es bueno que los embarazos de adolescentes y los abortos estén cerca de los niveles históricos más bajos y que cada mujer debería poder tener acceso al tipo de atención médica que necesita.
Sí, el tema de la inmigración todavía levanta pasiones, pero seguramente todos podemos reconocer algo de nosotros mismos en un perseverante estudiante joven y estar de acuerdo en que nadie se beneficia cuando se separa a una madre trabajadora de su hijo, y que es posible mejorar una ley que confirme nuestra tradición como una nación de leyes y una nación de inmigrantes.
Podemos pelear por los votos durante las campañas electorales, pero seguramente podemos ponernos de acuerdo en que el derecho al voto es sagrado y que se le está negando a demasiadas personas; y, además, en el 50. º Aniversario de la gran manifestación desde Selma hasta Montgomery y la aprobación de la Ley de Derecho al Voto, demócratas y republicanos debemos unirnos para hacer que votar sea más fácil para todos los estadounidenses.
Es posible que veamos con ojos distintos los eventos de Ferguson y Nueva York. Pero seguramente podemos entender a un padre que tiene miedo de que su hijo no pueda caminar hasta su propia casa sin ser acosado. Seguramente podemos entender a la mujer que no puede descansar tranquila hasta que el oficial de policía con el que se casó no cruza la puerta de su hogar al final de su turno. Seguramente podemos ponernos de acuerdo en que es bueno que, por primera vez en 40 años, el índice de criminalidad y la tasa de encarcelamiento hayan disminuido a la vez, y podemos usar esto como un punto de partida para que demócratas y republicanos, junto con los líderes comunitarios y los cuerpos de seguridad, reformemos el sistema de justicia penal de Estados Unidos para que nos proteja y nos sirva a todos.
Eso es una política mejor. Así es como comenzamos a recobrar la confianza. Así es como trabajamos para que nuestro país avance. Esto es lo que quieren las personas que viven en Estados Unidos. Esto es lo que merecen.
Ya no tengo que realizar ninguna campaña política. Mi único programa para los próximos dos años es el mismo que he tenido desde el día en que presté juramento en los escalones de este Capitolio: hacer lo que creo que es mejor para Estados Unidos. Si comparten la visión que les he planteado esta noche, únanse a mí para realizar el trabajo necesario. Si están en desacuerdo con parte de lo que he dicho, espero que por lo menos estén dispuestos a trabajar conmigo en los temas en los que concordamos. Y me comprometo con todos los republicanos presentes esta noche a que no solo pediré sus ideas, sino que procuraré trabajar con ustedes para hacer este país más fuerte.
Porque quiero que esta cámara, esta ciudad, reflejen algo que es verdad: que, a pesar de todos nuestros desaciertos y limitaciones, somos personas con la fuerza y la generosidad de espíritu suficiente para tender un puente, unirnos para realizar un esfuerzo colectivo y ayudar a nuestros vecinos, tanto en nuestra misma calle como al otro lado del mundo.
Quiero que nuestras acciones le digan lo siguiente a cada niño en cada vecindario: tu vida es importante, y estamos comprometidos a mejorar tus oportunidades en la vida como lo estamos con nuestros propios hijos.
Quiero que las generaciones futuras sepan que somos personas que ven nuestras diferencias como un gran don, que somos un pueblo que valora la dignidad y la importancia de cada ciudadano: hombres y mujeres, jóvenes y mayores, negros y blancos, latinos y asiáticos, inmigrantes e indios americanos, homosexuales y heterosexuales, personas con enfermedades mentales o discapacidades físicas. Quiero que crezcan en un país que le demuestre al mundo lo que aún sabemos que es verdad: que seguimos siendo más que un conjunto de estados rojos y estados azules; que somos Estados Unidos de América.
Quiero que crezcan en un país donde una joven madre como Rebekah se pueda sentar a escribirle una carta a su Presidente contándole sus vivencias de los últimos seis años:
“Es increíble cómo somos capaces de recuperarnos cuando lo necesitamos... somos una familia fuerte y muy unida que ha superado momentos extremadamente difíciles”.
Conciudadanos, nosotros también somos una familia fuerte y muy unida. También nosotros hemos superado momentos difíciles. Tras quince años del inicio de este nuevo siglo, nos hemos levantado, nos hemos sacudido el polvo de las solapas y hemos comenzado a trabajar otra vez para reconstruir Estados Unidos. Hemos sentado las bases de una nueva era. Crear un futuro más brillante depende de nosotros. Iniciemos este nuevo capítulo juntos, y comencemos a trabajar ahora mismo.
Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a este país que tanto amamos.
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