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viernes, 5 de junio de 2009

A veces...



A veces...

A veces quisiera perderme en la selva
vagar entre ramas y dormirme en un río.
A veces quisiera perderme
más allá de mis manos,
más allá de mi cuerpo,
más allá de mí misma,
más allá de ti y de todos...
Son días aciagos de dolor y de angustias,
de esperanzas perdidas y de ilusiones idas,
en que me pierdo en mi misma,
navegando por dentro,
como un barco a la deriva
a la merced del viento.
A veces la olas me llevan al abismo
y me siento perdida, porque busco
y no encuentro la brújula
para enderezar mi camino.
A veces tengo días de desvelo
en que siento rabia y no encuentro consuelo.
Son días en que el dolor y la ira se acuestan
a mi lado, oprimiéndome el pecho.
Es como si sintiera la pena de quien ara
en el mar, un día y otro día, inútilmente...
Como si la vida no fuera otra cosa
que ese constante vivir y morir de una rosa,
que se ha quedado sola,
por su efímera existencia,
abandonada a su suerte
detrás de una puerta.
A veces el tiempo me conmueve,
solidario con mis penas,
y me regala las horas de dicha,
y la calma me vuelve,
para bien de mí misma,
Y ya no estoy tan sola
porque veo al amor
florecer en las ramas,
en el nido, en las flores,
en la música del aire,
en la soledad de las rocas,
en las profundidades de los mares azules...
¡Y en las pupilas de tus ojos ardientes!

Esperanza E. Serrano

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